“El robo del siglo”: El atraco que paralizó a un país
El director Ariel Winograd recrea, junto a Diego Peretti y Guillermo Francella, uno de los crímenes más elaborados de la historia de su país
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En la mañana de un viernes, la del 13 de enero de 2006, una variopinta banda de atracadores entró con estruendo en una sucursal bonaerense del Banco Río con la intención de hacerse con los depósitos de la caja fuerte, secuestrando a 23 rehenes por el camino. El atraco, que finalizó con los ladrones escapando por el subterráneo con 19 millones de dólares, sin un solo herido y cuya preparación y ejecución todavía es objeto de estudio por policías de todo el mundo, ha servido de inspiración a producciones como «La casa de papel» o «Plan de fuga». Tres lustros después, y gracias al libro y la investigación del periodista Rodolfo Palacios, llega a nuestras carteleras «El robo del siglo», dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Diego Peretti y Guillermo Francella, y que adapta, con humor negro, los hechos que tuvieron a todo el país atento a la televisión.
Peretti (”Los simuladores”, “Maktub”), que se llegó a reunir con los atracadores originales, cuenta el proceso de documentación de cara al filme: “Al tratarse de algo que ocurrió de verdad, con consecuencias reales, había que tener cuidado de cómo trasladarlo al guion, con muchas idas y venidas. El tener a los ladrones, aprovecharnos para que nos explicaran todo, el camino que tomó arte, la producción… Todo hizo que los actores pudiéramos ejercitar tranquilamente la composición de los personajes. La magia y lo mejor de la película es que la esencia del robo la pudimos trasladar a la ficción, a un hecho cultural. Eso me parece fundamental y mágico”, explica.
El misterio del dinero
«A mí me tocó de cerca, porque en esa época vivía en la zona. Nos quedamos muy impactados por la originalidad del hecho y porque la logística fue asombrosa se mire por donde se mire», confiesa por videoconferencia Francella, que arroja luz sobre el misterio de la desaparición de buena parte del dinero antes de que los atracadores pudieran ser detenidos, uno de los grandes misterios de la Argentina moderna: «Nunca se supo el monto exacto, o sea que perfectamente se pudieron quedar con mucha de la plata que robaron. Como tuvimos contacto con los ladrones antes del rodaje, les preguntamos por su estado económico actual y ninguno tenía problemas, todos podían estar el resto de su vida sin trabajar. Eso indica que parte del dinero se lo quedaron, pese a la breve condena por la que pasaron todos», añade.
«Mi intención no era juzgar. No quería pintarlos como delincuentes comunes o Robin Hood, porque no eran nada de eso. La película tiene tramos de ficción, ligados a jugar un poco más con la trama y el ritmo, pero la comedia era natural, porque muchas de las situaciones ridículas que ocurren durante la preparación del robo se dieron en la vida real», explica el director, que se entrevistó en varias ocasiones con los criminales —uno de ellos incluso estuvo presente en el rodaje porque se ha convertido en uno de los negociadores de cabecera de la policía de Buenos Aires —y que no se atrevió a disipar la gran duda sobre la que gira «El robo del siglo»: «También hablamos con el responsable policial de la operación y él nos contó cómo se vivió y cómo les consiguieron confundir. Ellos se lo comieron doblado y lo reconocen. Acá lo de la moral o lo de vamos a castigar a estos hombres malos que han robado no fue el objetivo de la película. Había que plasmar lo ocurrido de manera taxativa. Acá era mostrar qué paso, porque todos fueron detenidos a raíz de la confesión de la mujer de uno de ellos que los delata y los lleva a la condena. De la plata... Hay cosas que es mejor no preguntar. Yo los vi a todos muy bien, muy sanos», se despide irónico.