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“Cóctel explosivo”: Asesinas natas, y a mucha honra

Crítica de la película de Navot Papushado: una historia disparatada, con tanta acción, tiros y peleas que resulta muy divertida
La Raz

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«Gunpowder Milkshake (Cóctel explosivo)»
Director: Navot Papushado Guion: Navot Papushado, Ehud Lavski. Intérpretes: Karen Gillan, Lena Headey, Carla Gugino, Michelle Yeoh, Angela Bassett. EE.UU, 2021. Duración: 114 min. Acción
¿Que alguien duda que a Navot Papushado le gusta Quentin Tarantino, pero, sobre todo, la protagonista de sus excelentes «Kill Bill» (de la que parece que nos llegará la tercera remesa, ole, el próximo año?) Pues si es así que vea la nueva película de este cineasta nacido en Israel para comprobarlo. En el fondo, el racimo de mujeres tan chulitas que presenta este filme de acción feminista son precisamente eso, unas asesinas frías como el témpano con su peculiar código de conducta y honor. Veamos: Scarlet (Lena Headey, «Juego de tronos»; a la actriz le va la marcha en su profesión), la madre de Eva, abandonó a la niña hace quince años, cuando mató a la persona equivocada y tuvo que poner tierra de por medio. El trauma de la entonces adolescente le sigue lastrando la vida en la actualidad, cuando ella misma se ha convertido también en una criminal a sueldo que da matarile con una sangre fría pasmosa.
Nada como seguir la tradición familiar... Pero hasta los criminales tienen su corazoncito, y cuando la joven deja huérfana a una cría de ocho años decide plantarle cara a quienes les pasaban los «encargos», los integrantes de «La Firma», un despiadado sindicato del crimen, ayudada de una banda de señoras tan de armas tomar como ella misma. Hay escenas de lucha a tiros y cuchillazos limpios con un punto gore francamente divertidas, hay otras que incluyen a decenas, literal, de tipos detrás de la chica que no pueden con ella, hay una muerte por estacazo a un hombre con una máscara de vampiro... Hay, en resumidas cuentas, un guion del todo increíble, con llamativas lagunas y una admiración descarada por el bendito western, pero, también, casi dos horas de pura adrenalina y testosterona (porque, sí, nosotras también la producimos), y una batalla final que ríanse hasta de la serie basada en las obras de George R.R. Martin. Al lado, un juego, pero de niños...

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