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Las oportunidades perdidas del gobierno catalán

Pedro Nueno Iniesta, ingeniero industrial y arquitecto técnico, ha publicad un artículo que no tiene desperdicio
Quique GarciaEFE
La Razón
  • César Alcalá

    César Alcalá

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Para conocer la pobreza política y de visión de los líderes catalanes que están al frente de la Generalitat de Cataluña, se podrían poner muchos ejemplos. Ahora bien, recientemente Pedro Nueno Iniesta ha publicado un artículo que no tiene desperdicio. Para quien no lo sepa Nueno es ingeniero industrial, arquitecto técnico y profesor de administración y dirección de empresas. En 2003 Jordi Pujol le concedió la Creu de Sant Jordi. Además ha sido impulsor de la escuela de negocios China Europe International Business School situada en Shangai. Con lo cual, nos podemos hacer una idea de la importancia de las palabras del artículo publicado.
Parece ser que una importante empresa de automóviles china estaba interesada en la construcción de una fábrica en los alrededores de Barcelona. Nueno estuvo con ellos y con la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, enseñándoles unos terrenos. Parece ser que les parecieron adecuados. Después fueron al puerto de Barcelona y pudieron comprobar la agilidad en la carga y descarga de mercancías. La reunión la cerraron en el IESE y, según Nueno, quedaron encantados.
Al cabo de unos días los chinos se pusieron en contacto con Nueno y le dijeron que estarían encantados de cerrar un acuerdo, pero ponían una serie de condiciones. Estas eran muy aceptables. Escribe Nueno: “Me preguntaron cuándo podríamos ir a la China a firmar el acuerdo y que debería ir el presidente de la Generalidad. Acordamos una fecha con el president. Era un domingo”.
Hasta aquí las cosas se desarrollan con normalidad. Una empresa extranjera confía en España y en concreto en Cataluña para construir sus coches. Esto traería muchos lugares de trabajo y un desarrollo industrial para Hospitalet, Barcelona y el Área Metropolitana, junto con el Puerto de Barcelona. Cualquier dirigente político se daría con un canto en los dientes. Pero, Señores, el que es pobre de espíritu y solo tiene en la cabeza la palabra independencia, no ve más allá de sus narices.
Antes de marcharse hacia Beijín, Nueno decidió visitar al president de la Generalitat para explicarle por encima como iría todo. Es decir, quienes estarían presente y como funcionaría el ritual de la firma de la empresa. Y aquí es donde aparece la sorpresa…
“Cuál no seria mi sorpresa cuando el president me dijo que no iría. Yo casi me desmayo. Le expliqué que si no se presentaba, los chinos lo considerarían un insulto. Él había escogido la fecha y el lugar, Beijín, porque dijo que le iba mejor para su viaje. La empresa china hubiera preferido hacerlo en la central, en su región, pero entendió que al president le fuera mejor Beijín y lo organizaron todo desde ahí. Me dijo el president que se lo pensaría, pero que lo más probable es que no fuera porque la gente decía que hacía demasiados viajes”.
Hay que ser cínico y rastrero. Aunque Nueno no dice de qué presidente está hablando, blanco y en botella. Se trata de Quim Torra, al cual se le acusó de viajar mucho, incluso a los Estados Unidos, para exportar el procés. Para eso si podía viajar, pero no para traer una empresa a Cataluña y puestos de trabajo. Ahora se quejan de la marcha de Nissan. La verdad, me extraña que aún haya empresas abiertas en Cataluña con estos incompetentes al frente. Y el momento surrealista de toda esta historia llega cuando todos reunidos se pretende “engañar” a los chinos porque, claro, como que los representantes de la Generalitat -léase independentistas- son una raza superior -así lo dijo Torra- todos son la misma persona…
“A las 11h estábamos todos en la sala, pero ningún representante de la Generalitat. Media hora más tarde entraron cuatro personas y dijeron que eran el equipo de la Generalitat en la China y que representaban al presidente. El chino les agradeció que vinieran e inició el acto. Fue un acto muy frío, aceleraron la comida, se fueron pronto y no quisieron saber nada de invertir en Barcelona”.
Estoy convencido que el president, cuando supo que no se había firmado el acuerdo, pensó que todo había sido una fantasmada y dio gracias de no haber viajado. Seguro que se lo explicó al fugado y aún ríen. Estos personajes, que se llenan la boca diciendo que aman Cataluña, son unos falsos y unos mediocres. Ni aman ni creen en Cataluña. Solo están ahí para vivir del cuento, porque en la empresa privada se morirían de hambre.
Lo peor del tema es que no es un caso único. Hace poco ha ocurrido con Great Wall y pasará con muchas otras. No saben comportarse en público. No tiene ni idea de diplomacia, porque se consideran el centro del mundo y, los resultados demuestran que nada de todo esto es cierto. Cuando se saben cosas como estas la sociedad catalana debería pedir explicaciones y pedir perdón. ¿Ustedes creen que alguien pedirá explicaciones? ¿Alguien pedirá perdón?