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Teatro

Viejos y nuevos Luthiers

El mítico grupo humorístico regresa con la gira «Viejos hazmerreíres», con la que pasarán por Madrid, Alicante, Burgos o Málaga

De izda. a dcha., Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Tomás Mayer-Wolf y Horacio «Tato» Turano
De izda. a dcha., Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Tomás Mayer-Wolf y Horacio «Tato» TuranoLES LUTHIERS

Tras años coqueteando con los Príncipe de Asturias, Marcos Mundstock celebró el ya rebautizado por entonces como Princesa: «¡Qué suerte que esta vez (Álex Grijelmo) se haya salido con la suya!». Terminaban así con varios lustros de nominaciones «que vamos a echar de menos», decía el luthier sobre el estrado del Teatro Campoamor, Oviedo. Cada edición era una nueva etapa de «incertidumbre, ansiedad y frustración», continuaba, pero tenía algo bueno, «no ganábamos, pero salíamos en la Prensa». Tras ese victorioso 2017, en el que el grupo argentino cumplía 50 años, Mundstock solamente pedía una cosa: «Que no se olviden de nosotros». Pues puede estar tranquilo el humorista, hito de los escenarios de acá y de allá. No tanto por salir en los diarios o no, sino porque sus chascarrillos difícilmente se borrarán de la mente de aquellos que ocuparon la platea mientras se movía entre «barríltonos» y «campanófonos».

Se van a cumplir ya dos años de su marcha, pero su arte no se puede disgregar del de Les Luthiers. «El homenaje estriba en seguir adelante con todo. Es lo que siempre deseó», apunta un Jorge Maronna, fundador e ideólogo del grupo, que baja la mirada al tocar un tema espinoso: «Fue triste ver a Marcos sin poder actuar, aunque todavía más el no poder despedirlo en mitad del encierro más estricto».

Melancolía inevitable, pero que va en el curso de la vida y de las tablas. Más todavía en una formación fundada en 1967 y en la que el relevo generacional es parte de su gasolina. Las puertas de Les Luthiers, dice Maronna, están abiertas para «buenos actores y buenos músicos con un entusiasmo que nos empuje a irnos». Y en esta categoría es en la que entra Tomás Mayer-Wolf –«Tomy», para Maronna–, pero también «Tato, Martí y Roberto», enumera el último en llegar (ya en 2015). Su frescura radica en «no imitar ni copiar a las personas que remplazamos porque son irremplazables», explica quien cogió el hueco de «Carlitos» Núñez para «hacer de mí».

Hace tiempo que Les Luthiers encontraron su manera de hacer, una expresión que, como dice el propio Mayer-Wolf, «es única al combinar humor fino con música y otros elementos informales». Un «show» que atraviesa generaciones a uno y otro lado de la sala por esos «chistes precisos y actualizados que hacen que la chispa siga viva», apuntan. Y con el fin de mantener en activo esa llama, regresan ahora a España para hacer una gira con «Viejos hazmerreíres» (Burgos, Madrid, Alicante, Málaga...), y ellos que lo celebran: «En ese país todo gira alrededor de la comida. Ya queremos repetir aquel pulpo...», se relame Maronna.