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Los Premios Pop Eye reconocen al sector cultural

Rebeca Argudo y Javier Menéndez Flores, premiados en la categoría de Periodismo y Libro de ficción, respectivamente
EDUARDO PALOMOEFE
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Que los Premios Nacionales a las Artes y las Letras Pop Eye llenan Plasencia de arte y cultura es algo que ni se dice, porque ya se sabe. Un teatro en pie recibiendo a la cantante Ana Belén a puerta gayola (agapimú, agapimú) con el cariño que solamente se tiene a los grandes (y no a todos), es cosa seria. De esas que ponen los pelos de punta, la piel de gallina, el alma en vilo. Por inusuales e inauditas. En primera fila, engalanando el teatro con arte y tronío, con el duende que no tiene nadie, esos que uno ama por todo lo que les debe: Rosa Montero, Ariel Rot, Cayetana Guillén Cuervo, Nacho Vegas, Ana Barriga, Jorge Sanz, Iñaki Domínguez, Javier Menéndez Flores, María José Solano…
Talento a borbotones, arte en vena, desbordando la alfombra roja de las grandes ocasiones, de domingo grande y fiesta de guardar. Descapotables que anticipan magnicidios (Dios no lo quiera) llevan a los estrellones hasta las puertas del teatro. Gritan las viejas a su paso, “haters” uno punto cero, menos mal que no tienen Twitter, mamarracha y quítate las gafas. Esa no es nadie, es la de la tele, y tu cara me suena. Qué grande es esta España mía, esta España nuestra, mi querida España, de las alas quietas, de las vendas negras sobre carne abierta. Esta que lo mismo se aplaude a un obispo nuevo que a la cerveza fría. A esfuerzo y trabajo duro, a jolgorio alegre, a desayuno amable.
Lo que consigue esta gente de Bon Vivant una vez al año en tierra yerma, en esta Extremadura que a veces (vaya cuajo el nuestro) olvidamos que existe, es de admirar. No podemos contar lo que no abarcan las palabras. ¿Sabe usted lo que es desayunar con Ariel Rot hablando del talento argentino? ¿Sabe lo que es compartir café con Ana Belén a las ocho y media? ¿Llorar de la risa con Iñaki Domínguez? ¿Estrujar a Ana Barriga mientras te haces cruces porque lo que ves en un muro ha salido de sus manos? ¿Chillarle guapa a Cayetana Guillén Cuervo porque no hay manera de expresar todo el arte que esta mujer lleva en su cuerpo? Eso únicamente lo consigue Plasencia. Es hacer familia, crear vínculo. Y no es tan fácil. Todo alrededor de la cultura, de eso que nos une independientemente de la ideología, por encima de fanatismos, de militancias y de activismos.
Qué bien entiende esto el niño sabio que es el Niño de Elche, al que adoramos mi niña luz, que es la Barriga, y yo, y del que nos hemos acordado tanto. Benditas coincidencias, querida providencia. Hasta el abucheo espontáneo al cantante oscuro (la libertad de expresión es una autovía de doble dirección, primo), al activista del descontento, libre voz del penitente, dota de color al auditorio libre que nadie controla porque no puede. Esa es la libertad verdadera: premiar a unos y a otros por su trabajo, por su constancia, independientemente de todo sesgo o inclinación. Grande un Juanjo de la Iglesia presentando una gala media y comedida, poco coñazo (por no decir nada), con la generosidad de los inmensos que dejan a los premiados todo el protagonismo porque no necesitan rapiñarlo. Cuánto de ética periodística ha aprendido mi generación con él. Mucho más que en toda la carrera, ni hablar del ejercer.
Resumiendo: esta gente nos han ganado. Queremos volver. Plasencia es nuestra casa. Nos da igual en calidad de qué. Pero queremos volver. Zenda ya está planeando algo, la Barriga también. Cayetana, ni te cuento. Que en los bares te llamen por tu nombre no tiene precio. Vamos de boda el domingo, no nos hacemos de rogar. Anda, sujétame el cubata. Que yo aquí hoy tengo muchos bares por cerrar.

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