Y ahora que vengáis a Florencia…

Os doy una ruta rápida para ir a pie. Si estáis en la Piazza Della Signoria, justo enfrente del Palazzo Vecchio admirando la imponente estatua del David de Miguel Ángel, mirad hacia atrás y buscad la Via Porta Rossa, pasaréis por la farmacia Molteni, atravesad la Via dell’Arte della Lana y después la Via Calimala, seguid de frente, pasad la Via Pelliceria y girad a la derecha por la Via dei Sasetti hasta llegar a la Via degli Strozzi y una calle más adelante encontraréis el imponente Palazzo Strozzi. Es un paseo muy agradable y son solamente 7 minutos a pie desde la Piazza della Signoria para encontrar un espacio importantísimo en la historia de Florencia en donde el arte más actual está siempre presente.

Es único admirar piezas de los mejores artistas contemporáneos del mundo “introducidas” en una casa florentina renacentista. Y esta preciosa "casita" fue idea de Filippo Strozzi porque después de que los Médici lo exiliaron a Lyon, regresó en 1434 y fue cuando decidió construir este impresionante palacio para demostrar la grandeza de la familia. El proyecto fue tan grande que tuvieron que demoler muchas casas que también eran de su propiedad. Para él, el proyecto era tan importante que según los historiadores cuentan, contrató a un astrónomo para que le indicara cual era el día ideal para colocar la primera piedra. Debe haber sido muy acertada la visión de aquel astrónomo porque el palacio sigue impoluto y albergando importantes muestras de arte.

Esta exposición es un alarde según lo cuentan muchos expertos. Es resultado de una investigación llevada a cabo los últimos cuarenta años. Primero se recorre la parte noble del palacio hasta llegar al espacio llamado Strozzina, que estrena una nueva instalación en el claustro de la época del Renacimiento, con el impresionante cohete de Goshka Macuga colocado en el patio que literalmente apunta a las estrellas y que parece estar esperando ser lanzado de un momento a otro. A los niños les super encanta y a todos los que se topan con él les sorprende y mucho. El super cohete quiere representar la esperanza de la salvación de la humanidad en otros mundos porque Macuga desea llevarnos a "nuevos planetas", animándonos a mirar al cielo, a encaminar nuestras aspiraciones hacia un horizonte más amplio, pero el mensaje no queda allí porque el cohete que está anclado al suelo y sin motor también quiere recordar los proyectos privados de los viajes al espacio que está organizando el nuevo “turismo espacial” y que parecen obviar los efectos del cambio climático y la contaminación, así como el derroche económico y energético ajenos a la parte más pobre de la población mundial.

Pero no solo el inmenso cohete metido en uno de los espacios más bellos del palacio está en esta muestra, hay piezas tiernas y dulces que a simple vista parece una mascota que dan ganas de sacarla a pasear, aunque pensándolo bien y comprobando que se trata de un oso polar gigante no creo que sea tan fácil. Es una pieza de Paola Pivi, su nombre es “Have you seen me before?" del año 2008. No es un peluche, está creado de espuma de poliuretano y con muchas, pero muchas plumas de pollo amarillo.

Con esta muestra se celebran los 30 años de la colección Sandretto Re Rebaudengo, una de las más prestigiosas y famosas de arte contemporáneo a nivel internacional que en esta ocasión hace un despliegue inmenso de piezas fundamentales como "1000 Names" (1983) de Anish Kapoor o "Love is Great" (1994) y "The Acquired Inability to Escape, Inverted and Divided" de Damien Hirst, del que os acordaréis de la muestra que os detallé en este artículo cuando desplegó su locura en Roma en la Gallería Borghese. En la pieza dedicada al amor según el artista, la belleza, la naturaleza y el anhelo del amor, se traduce en una trampa mortal que enjaula y condena todo impulso de la vida, mientras que su sala de cristal una especie de oficina en una vitrina, retrata la muerte psíquica que en la vida moderna precede a la física. Y como Hirst es mucho Hirst, evoca al amor con sentido irónico. Es sin duda una gran ocasión para tener de frente piezas de este tan especial artista.

Y está cómo no en esta "muestra celebración", el italiano tremendo artista Maurizio Cattelan, famosísimo entre los años noventa y los dos mil, entre tantos y tantos más de los grandes artistas, con su pieza "La revolución somos nosotros", su pieza es un hombre colgado en una especie de percha en un tipo de armario abierto metálico, es una obra muy curiosa y atractiva.

Lo vemos colgado allí en el fondo:

Hay piezas que “investigan” el cuerpo humano que llaman mucho la atención deconstruyéndolo y construyéndolo a la vez y si nos vamos a la pintura encontramos piezas de Lynette Yiadom-Boakye, Sanya Kantarovsky, Michael Armitage, Cecily Brown, Avery Singer que se desenvuelven entre la figuración y la abstracción.

Hay una sala con videoinstalación muy amena en donde se exhibe el famoso cortometraje "History of the Main Complaint" de William Kentridge, pero allí no queda la cosa, en la video instalación se podrá ver la proyección del mismísimo Zidane llamado “Un retrato del siglo XXI” producido por Douglas Gordon e Philippe Parreno, causando emociones inesperadas.

En el mundo del coleccionismo suceden cosas especiales. Cuando hablé con la directora de SOLO en Madrid, me contó la historia de cómo se creó y cómo fue creciendo hasta hoy, esta colección impresionante que fue creada por una pareja de enamorados del arte como lo son Ana Gervás y David Cantolla que compraron sus primeras obras en 2014 y ahora son propietarios de esto que exhiben en su espectacular espacio en la Puerta de Alcalá. Pues más o menos algo parecido le pasó a Patrizia Sandretto Re Rebaudengo que empezó a coleccionar hace treinta años. En su oficina de Turín coleccionaba porta pastillas, las catalogaba y las enumeraba en un cuaderno y de esto tan sencillo pasó a coleccionar pequeñas piezas y después más grandes de arte contemporáneo y de artistas desconocidos que más adelante se convirtieron increíblemente famosos. Creció y creció y creó la Fundación Sandretto Re Rabaundengo en Cuneo, después abrió sede en Turín y en 2017 aterrizó en Madrid. Por esto y por muchos motivos más, es interesantísimo ir a esta exposición que celebra los 30 años de la fundación cuando vengáis a Florencia.

Os contaré de otros espacios, de esos que sólo los amantes de esto saben cómo llegar cuando se está en Florencia.