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Libros
Inauguración "interruptus" de la Feria del Libro de Madrid
Las rachas de viento y el calor intenso obligan a cerrar el Parque del Retiro el día de la inauguración de la feria, tras ser visitada por la Reina Letizia
Arrancaba, con mucho calor, la 84ª edición de la Feria del Libro de Madrid. Y se frenó en seco en la jornada inaugural, cuando el ayuntamiento de la capital decidió el cierre por seguridad del Parque del Retiro en la primera jornada de la gran cita cultural de la ciudad y del sector del libro español. Eso sí, a primera hora abría sus puertas con la ya habitual visita de la Reina Letizia al Parque del Retiro, perseguida por un buen número de curiosos, espontáneos y escolares, que buscaban -y algunos encontraban- una imagen de ella mientras ésta se abría paso por los múltiples expositores de la cita. La Reina demostró conocimiento de la actualidad libresca y del mundo editorial. "Ella es irrefrenable", decía con una sonrisa a término del recorrido Eva Orúe, directora de la Feria. "Se para donde le da la gana, y hace bien: y la gente la para donde quiere y ya no sé si hacen bien, pero la paran igual", comentaba al término de dos horas de visita de intensas temperaturas, que Orúe ya identificaba como una amenaza. Existe un protocolo, el temido 30/30/30, bien conocido por los dirigentes del evento, que debe cumplirse. Más de treinta grados de temperatura, menos de 30 por ciento de humedad y vientos por encima de 30 kilómetros por hora equivalen al cierre por seguridad del centenario parque madrileño.
La reina Letizia, acompañada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la directora de la Feria del Libro, Eva Orúe, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha charlado con libreros, editores y varios grupos de escolares, con los que ha acabado participando en un taller de ilustración de cuentos. En su recorrido se ha detenido en una decena de expositores, algunos institucionales como los dependientes del Ministerio de Cultura, las Universidades españolas y el Pabellón Iberoamericano, y también en librerías comerciales. En algunas de ellas, ha reconocido que incluso se presenta "sin avisar" a adquirir libros. "Es algo que dijo el año pasado -comentó Orúe-. Va a librerías y ha demostrado haber estado en muchas de ellas por comentarios de ciertos detalles".
La Reina se ha detenido en la editorial Páginas de Espuma, coincidiendo con su 25 aniversario, donde le han regalado un ejemplar de "Alcaravea" de Irene Reyes-Noguerol, uno de los primeros de la veintena de libros con los que ha sido obsequiada a lo largo de su recorrido. También ha hecho parada en la caseta que comparten Demipage, Círculo de Tiza y La Huerta Grande, donde le han obsequiado con varios libros como 'Poeta en Nueva York' de Lorca, o 'El hombre de mi vida' de Santiago Isla y el volumen "¿Y si pongo otra palabra?" que recopila las letras de Antonio Vega. También se ha detenido en Olavide Bar de Libros, donde se ha llevado el libro del argentino Andrés Neuman "Hasta que empiece a brillar" y también en Morata, librería que cumple 100 años y donde ha sido obsequiada con "Mosaico de trazos y palabras" y "Artlectura". En la caseta de la editorial Iberoamericana Vervuet, especializada en publicaciones académicas que cumple 50 años, al igual que a la librería Alberti, han recibido también la visita de la reina. En la larga lista de títulos que ha recibido en la Feria del Libro se encuentran "El Pan perdido", de Edith Bruck, de la Universidad de Salamanca; 'Historia del vacío' de José Luis de Segovia, 'Tesoro De la Lengua' de Sebastián de Covarrubias, 'No soy uno de los vuestros', de Jeosm, 'Memoria de la melancolía', de Maria Teresa León y 'Pretérito imperfecto', de Xulia Alonso.
Doña Letizia incluso sacó a relucir su vena periodística para preguntar a Orúe ante los medios por su trabajo al frente de la Feria del Libro. "Hay que venir a la Feria, hay que venir al Retiro", ha comentado la Reina, para después asegurar que ha visto a la gente "muy ilusionada" y destacando que "todos los libros son interesantes".
Sobre la edición de este año, Orúe aseguró que "damos un salto. La programación tiene muchas más actividades en número y muchas en relevancia. Acuden autores que me sorprende que quieran venir y tenemos más pabellones", celebró la directora, que justificó la presencia de establecimientos no directamente vinculados con el libro, como Filmin, Netflix y Movistar. "Filmin estuvo algún día el año pasado y este año vuelve en las mismas condiciones. Esa caseta, que llamamos jaleo, cambia. Van entrando empresas nuevas. Netflix había estado con alguna actividad y Movistar, nunca. Pero ahora las dos se quedan toda la Feria. Creo que, aunque no son editores ni autores, tiene toda la lógica. Yo llegaba a los libros porque te los recomendaba alguien, pero ahora también porque una serie de televisión te descubre un libro. La simbiosis es interesante. Ellos están aquí porque les interesa el público lector y a nosotros que la gente joven se deja atraer por ese poder de prescripción".
En esta edición, la temática gira en torno a la ciudad de Nueva York, como polo de atracción del español en Estados Unidos. "No había una intención en origen en dedicarle la cita a Nueva York, más allá de reconocer que Estados Unidos es el segundo país con más hablantes de español del mundo por detrás de México, muy por delante de España, pero es verdad que en las circunstancia actuales adquiere una dimensión diferente. Una defensa del español, que no diré que está amenazado, porque la vitalidad de la comunidad latina en Estados Unidos es brutal, también en la literatura y de la edición, pero afronta un momento difícil. Pero el tema lo anunciamos en el último día de la Feria del año pasado y ya llevábamos trabajando en él al menos tres meses y Trump estaba en el horizonte pero no era ni siquiera candidato oficial", explicó la directora de la Feria, eso sí, preocupada por la situación de algunos colaboradores y profesores de español: "No dirían que tengan miedo, porque son valientes. Pero Rita Indiana, que era la persona que coordinaba la parte con las universidades estadounidenses, no viene. Y no lo hace porque su universidad le ha aconsejado que no abandone el país por si luego no le permiten volver a entrar. Y no es la única. Hay muchos profesores en esa situación".
También se refirió a los problemas de espacio en el evento: "El año pasado habilitamos un espacio para 15 editoriales de entre 25 y 79 títulos a las que no pudimos colocar en caseta. Fueron 15 y este año hay 30. La solución no estuvo mal, pero es que es la manera de trabajar. El espacio no se puede ampliar. Si quieres que venga todo el mundo hay que adaptarlo y entiendo que haya gente que no esté cien por cien contenta, pero todo el mundo hace un gran esfuerzo", dijo Orúe quien reveló que, "entre expositores en caseta, en zona centro, editoriales por gremios y distribuidores, hay 1.100 editoriales" en una feria que empezó siendo de los libreros de Madrid.
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