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Álex O'Dogherty: «Te puede doler un puñetazo, pero no un chiste»

Presenta disco con su banda La Bizarrería, «Muévete», mientras continúa con su espectáculo «Cosas de esas»

Álex O'Dogherty
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Presenta disco con su banda La Bizarrería, «Muévete», mientras continúa con su espectáculo «Cosas de esas».

Álex O’Dogherty (Cádiz, 1973) es tan multifuncional como una navaja suiza. Canta, compone, escribe, interpreta, hace comedia... Una persona inquieta que intenta hacer varias cosas a la vez. «Cosas de esas», que diría él mismo. Es el título del espectáculo en el que mezcla música, poesía y humor, trío de facetas que despliega de vez en cuando ante un público que termina extasiado de creatividad. Pero también tiene entre manos el tercer disco con su banda, La Bizarrería, «Muévete», una oda a la autogestión que se presenta el 26 de abril en la sala Joy Eslava de Madrid.

–¿Autogestión es un eufemismo de esa expresión a la que a veces se le tiene pavor, «buscarse la vida»?

–Sí, pero uno no puede ver como una tragedia ganarse la vida. Yo soy actor, puedo presentarme a pruebas y esperar a que alguien me seleccione o, mientras tanto, hacer mis cosas. Ese camino tiene sus sin sabores. Con este disco, por ejemplo, no he parado de gastar dinero y de currar, pero me lo he disfrutado bastante. Además, yo he saltado de estar en una serie de plena audiencia durante ocho años a que durante cuatro no me llamase nadie. Pero no paré, porque me autogestionaba, y eso no es una desgracia. Si te lo montas bien puedes ganar dinero.

–¿Qué industria está mejor, la comedia o la música?

–La comedia. Desde que empezamos en 2000 con Paramount Comedy se ha generado una muy buena movida de monólogos porque es una cosa fácil de consumir, de escribir y de programar. La gente siempre quiere reírse, divertirse y lo agradece.

–Sobre los andaluces existe la creencia de que tienen muy buen sentido del humor, pero no se han tomado bien un reciente chiste de la serie «Allí abajo».

–El chiste era regular, tirando a malo. Lo ha escrito un guionista en su casa... y todo el revuelo le ha dado más trascendencia. Pero deja al descubierto muchos complejos que tenemos, pues hemos sido durante mucho tiempo tratados como ignorantes. Y dentro de los estereotipos españoles, somos lo peor parados. Son solo palabras, y lo que hay que juzgar son los actos porque hay gente haciendo cosas terroríficas.

–Las redes sociales dan la posibilidad de juzgarlo todo, nada queda a salvo.

–Da asco pasearse por Twitter. Yo le encuentro el punto de disfrute, pero a veces tomo la mala decisión de meterme en sitios y ver comentarios desagradables, y no precisamente contra mí. Y creo que esto no tiene remedio. Pero también abarca todo, y en las redes hay gente muy ingeniosa.

–¿Censuraría a alguien?

–No porque no estoy de acuerdo con ello. La gente tiene libertad para decir lo que quiera, y si no te gusta, pues no lo escuches. Si un chiste no te gusta, ya está, dilo y se acabó, pero no insistas con que te ha ofendido. Te puede doler un puñetazo pero no un chiste. No se puede ser tan delicado y sensible.

–¿Cómo se lucha contra ese malestar que crean las redes?

–Precisamente, en este nuevo disco hay dos canciones clave. «Muévete», que habla de la autogestión, y «Me quedo con lo bueno», el próximo single, que sacaremos con Antílopez. Y trata de que yo también he sufrido mucho los comentarios de la gente, la mala intención de muchos, y me quedaba con lo malo hasta que el pasado verano decidí que cambiara todo eso. Este álbum no es un consejo para el mundo, sino para mí mismo. Porque de verdad creo que nos está desbordando una ola de mala leche, y tenemos que unirnos los que quedamos con buen rollo.

–¿No hay nada de ironía en el mensaje optimista del disco?

–La ironía siempre me ha acompañado pero en este álbum no. Me he querido quitar de encima todo. Ha sido un poco terapéutico porque todas las canciones tienen un mensaje positivo. Mientras escribía el libreto se me ocurrió que, de verdad, este es el disco que hubiese querido hacer con veinte años y no pude. De hecho, hay tres temas de aquella época.

–Al madurar uno se arrepiente de cosas que hizo en la juventud y otras de no hace tanto.

–A mí me gustaría quitar de circulación los dos discos anteriores, pero están ahí y me han llevado hasta éste. No se puede renegar porque todo lo que haces te sirve para tener una oportunidad después, aunque ahora te pueda avergonzar un poco, como la ropa o el pelo que llevabas. Generalmente, de todo lo que he hecho a nivel personal estoy orgulloso, y mis espectáculos han sido lo que yo quería. También he actuado en series y he aceptado papeles que no me motivaban mucho, pero tenía que comer.