Cerca de 400 monumentos religiosos de España se encuentran en ruinas: estos son algunos casos alarmantes
La Lista Roja de Hispania Nostra recoge conventos e iglesias de incalculable valor en muy mal estado de conservación en Teruel, Galicia, Asturias, Lérida, Granada, Salamanca
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Son de un valor incalculable y muchos países con menos historia estarían encantados de tenerlos en su territorio. Sin embargo, en España, su situación de ruina por diferentes sucesos históricos y también por el escaso cuidado del patrimonio. La asociación Hispania Nostra ha realizado una lista de monasterios, ermitas, cenobios, iglesias y hospitales que, tras quedar abandonados, muchos han sido arrasados, vandalizados y saqueados. “Lo que antes eran unos monumentos que albergaban valiosas bibliotecas y obras de arte sacro, quedaron reducidos a un montón de escombros”, alerta la asociación, que tiene catalogados estos bienes culturales en su Lista Roja, esperando a que alguna administración o institución sea sensible a su recuperación.
Como recuerda Hispania Nostra, los males de estos edificios vienen de lejos. Tanto como de la Guerra de Independencia contra Napoleón, los efectos de la Desamortización de Mendizábal (1836-1837) y, por supuesto, de la Guerra Civil (1936-1939). En otros muchos casos, advierten, el enemigo es más cotidiano: “la desidia, la mala gestión o la falta de vocaciones” han perjudicado a estos edificios singulares. “Algunos de estos factores, o todos juntos, según los casos, provocaron la pérdida irreparable de cientos de edificios religiosos con gran valor patrimonial y artístico en España”, lamentan.
En algunos casos, las piedras y las vigas de madera de esos conventos se arrancaron para construir casas, cercados o incluso plazas de toros, mientras que las más valiosas y elaboradas (capiteles, columnas y hasta claustros enteros) eran vendidas, en ocasiones a compradores extranjeros como parte de un expolio artístico cometido en nuestro territorio al que las autoridades permanecieron ajenas.
Ése es el devenir que han sufrido muchos de los edificios religiosos más notables de España en los dos últimos siglos. En la citada Lista Roja, más de 1.100 monumentos españoles se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. De ellos, unos 400 son de origen o función religiosa. Estos son algunos por los que la asociación manda un aviso de emergencia.
El Santuario de la Virgen de Gracia (La Fresneda, Teruel) ha sido uno de los últimos en incorporarse a la Lista Roja. Su estado de conservación es malo. Solo quedan en pie las paredes y los suelos, mientras los techos han colapsado. La planta inferior de la hospedería está llena de escombros y vegetación. La iglesia noconserva ni la imaginería ni el retablo. Su fachada está amenazada por una grieta que ya ha desplazado la clave del dintel. Recientemente se han encinchado los jarrones de la fachada y se han puesto tirantes en una parte del muro sur de la iglesia. La iglesia y la hospedería han sido valladas.
El convento comprende un conjunto de edificaciones tales como hospedería, iglesia, edificios porticados, aljibe y pozo que se adaptan a la cavidad donde, según la tradición, se encontró la imagen de la virgen. Del siglo XVI se conservan unos muros entre la hospedería y la iglesia, y las construcciones porticadas al este. Estos restos de edificaciones en forma de L invertida forman un patio con el lado sur de la sacristía. Son edificios cuya base está construida con sillares y el resto con mampostería cubierta de yeso. Dos edificios tienen en sus entradas dos arcos de medio punto cada uno y otro tiene una gran puerta de medio punto. Junto a estos edificios, se encuentran un aljibe y un pozo.
La Ermita de San Jorge o del Salvador (Cáceres): pocos pueden imaginar que, bajo esa extraña y abandonada construcción de piedra del siglo XIV, se encuentran unos extraordinarios y coloridos frescos. Se trata de las ruinas de la ermita de San Jorge, a unos 12 kilómetros de Cáceres, cerca del camino a Badajoz y junto a la llamada Torre de los Mogollones. Es de reducidas dimensiones y nada se sabe sobre su fecha exacta de construcción, sus arquitectos o mecenas, ni tan siquiera sobre los años en que comenzó su abandono o sobre su original funcionamiento y advocación real bajo la que se consagró la misma.
Cuatro grandes arcos apoyados en fuertes muros, empotrados éstos en el terreno, le otorgan el aspecto raro de estar construida aprovechando una hondonada cubierta de agua. Para techarla se utilizaron grandes piedras graníticas apoyadas sobre arcos transversales. De las cuatro partes en que queda dividida por sus arcos, tres de ellas están cubiertas por agua mientras que la cuarta, formada por el coro, tiene su superficie frontal ocupada por frescos que representan escenas bíblicas, por encima de las cuales se hallan inscripciones en letra gótica, de tres renglones, que contienen los versículos correspondientes a las escenas representadas.
Al lado derecho de la ermita se encuentra la antecapilla, con restos de pinturas en los muros. Se trata de una original construcción, cuya función no está del todo clara, dada su original distribución de espacios. El edificio se configura como un deambulatorio en torno al agua. En su parte superior, hay vestigios de que hubiera existido allí un sencillo artilugio para la extracción del agua del estanque, lo cual viene apoyando en la existencia de una piedra en forma de pila con vertiente hacia el estanque del que se produciría la extracción. Debería ser un estanque de importancia pues dispone en torno a él un repertorio pictórico extenso y rico con un complejo programa iconográfico. Componen el mayor repertorio firmado de Juan de Ribera, que actuó en Cáceres a mediados del siglo XVI.
El Convento de San Antonio de Padua (Garrovillas de Alconétar, Cáceres): Convento franciscano fundado en 1476 por don Enrique Enríquez de Mendoza y doña María Teresa de Guzmán, primeros condes de Alba de Liste. En el siglo XVII, el IX Conde, don Luis Enríquez de Guzmán, Virrey del Perú, acometió una importante reforma y ampliación del edificio. Fue desamortizado y, en enero de 1843, fue destruido por los propios vecinos de Garrovillas que buscaban supuestos tesoros. Desde entonces no ha sufrido más que calamidades, expolios y vandalismo.
Hacienda Jesús del Valle (Granada): La hacienda fue construida por los jesuitas y aparece citada en los Anales de Granada de Henríquez de Jorquera (hacia 1645) como una granja de la Compañía. Tras la expulsión de los jesuitas y la desamortización de sus propiedades, ya en manos privadas, las modificaciones realizadas sobre el complejo fueron menores, posiblemente reducidas a las transformaciones propias demandadas por las nuevas labores agrícolas y a la adición de una zona destinada a la guarda de ganado. El complejo originario debió construirse a lo largo del siglo XVII, colaborando en su proyecto y ejecución arquitectos al servicio de la Compañía, como el padre Pedro Sánchez. En la construcción del edificio se adoptan modelos tradicionales y económicos que buscan la máxima funcionalidad.
Se encuentra en un estado de ruina completa. Ha sido expoliada parte de la solería en barro, azulejería y demás elementos ornamentales. Se han desprendido parcialmente las cubiertas, así como parte del primer nivel. Aún se pueden identificar zonas como las cocinas, palomar, refectorio, celdas, pozo, molino, etc. La vegetación ha invadido casi la totalidad del conjunto.
Monasterio de San Salvador de Cornellana (Asturias): Fue fundado en el año 1024. En el siglo XII fue cedido a la orden de Cluny, siendo uno de los monasterios más importantes de Asturias. En 1536 pasó a formar parte de la orden benedictina de Valladolid. En el siglo XVII se reforma la iglesia románica, por lo que actualmente solo se conserven como partes románicas originales los ábsides y la torre. Posteriormente se reforma y amplia el monasterio, y en el siglo XVIII se reforma el claustro medieval sustituyéndolo por un claustro de estética barroca, el cual se conserva hoy en día.
Con la ocupación francesa se inicia su decadencia (incendio, polvorín,..), y posteriormente empeorará tras la desamortización de Mendizábal convirtiéndose en una mantequería. Durante la Guerra Civil fue usado por ambos bandos como cuartel, almacén y prisión. Fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento el 30 de diciembre de 1993.
Actualmente presenta un estado de ruina y deterioro progresivo por falta de atención y cuidados. Los elementos decorativos están deteriorándose y desprendiéndose en su interior, debido a las fuertes humedades y la abundante vegetación. Existe riesgo de derrumbe del piso superior de madera, y se están perdiendo los frescos de las paredes.
Monasterio de Santa María de Melón (Orense): La degradación de este cenobio se inició, como en el caso de tantos otros, con la Desamortización de Mendizábal. Construido a partir del siglo XII, en la actualidad se encuentra invadido por la maleza, con piezas diseminadas o amontonadas (capiteles, fragmentos de columnas y motivos ornamentales) en diversas partes del terreno. Se comenzó a llevar a cabo una restauración, pero, actualmente, el monasterio se encuentra en un estado de abandono total. Se conservan los arcos del claustro de la hospedería, algunos fragmentos de la bóveda del claustro regular y algunas otras estancias.
Fernando III convirtió a este monasterio en uno de los más grandes, no solo en el ámbito gallego, sino en toda la península. Melón tuvo una gran importancia desde el punto de vista espiritual, recibiendo múltiples anexiones. Cuenta con dos claustros.
Iglesia de Sant Serni d’Àrreu (Lérida): A pesar de no contar apenas con referencias históricas, se conoce que esta iglesia es de origen altomedieval y que su primera edificación fue prerrománica. Debido a una avalancha de nieve en 1801, las diez casas que había en el poblado quedaron destruidas. A raíz de este hecho, se reconstruyeron las viviendas alrededor de la iglesia, la cual no había quedado afectada por la avalancha.
Se trata de un templo de nave única con ábside cuadrado de reducidas dimensiones, de piedra y fachada enlucida que consta de planta baja y dos pisos. La puerta de la primera planta es de arco de medio punto y cuenta con un dintel de madera. Sobre la puerta de entrada hay un pequeño balcón con balaustres perfilados y dibujos calados: en la parte superior aparece un motivo vegetal, en el centro una cruz y, en la parte inferior, un pan y un cáliz. El tejado de la iglesia es de pizarra y cuenta con un campanario de espadaña de dos ojos sobre la fachada de poniente. En cuanto al mobiliario interior, destacan tres notables pilas románicas: una bautismal, otra de agua bendita y una tercera de aceite; esta última podría haber sido, en origen, un sarcófago.
La iglesia se encuentra en mal estado de conservación. El tejado ha empezado a ceder, han desaparecido las tablas que conformaban el suelo y el agua entra en el interior cuando llueve, afectando a la pintura de las paredes. El altar principal está prácticamente completo; por el contrario, uno de los altares de una capilla lateral se encuentra dañado debido a las filtraciones de agua. En la iglesia, además, ya no se pueden encontrar imágenes.
Ermita Templaria de Sepúlveda de Yeltes (Salamanca): La denominada ermita de la Virgen de la Vega o ermita del Dolmen se halla en un lamentable estado de conservación. Sus anchos muros de mampostería carentes de sillares de sujeción en las esquinas se han resquebrajado por su propio peso y del agregado por los nidos de las cigüeñas. Construida a mediados del siglo XII por los templarios en el corazón del yacimiento megalítico del Prado de la Terroña, al lado de la calzada Colimbriana (Martín de Yeltes – Castraz, Sepúlveda de Yeltes, Salamanca). La entrada es una puerta de arco románico que da paso a una pequeña nave rectangular, sobre la que se alza un minúsculo campanario, con tres hornacinas a cada lado que suponemos albergaría alguna imagen religiosa. La espectacular nave central, vista desde fuera, parece un mazacote de piedra y ladrillo; desde dentro es una charola de planta octogonal cerrada en el techo en forma de cúpula en cuyo centro se abre un óculo pentálfico como era costumbre en ciertas construcciones templarias de la época, como la charola de la Iglesia del Cristo de Tomar (Coimbra) en Portugal.