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Crítica

Chorros de voz para «Juan José» de Sorozábal

Juan Jesús Rodríguez, Saioa Hernández, Vanessa Goikoetxea, María Luisa Corbacho, Alejandro del Cerro, Simón Orfila... Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección de escena: José Carlos Plaza. Dirección musical: Miguel Ángel Gómez-Martínez. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 4 -IV-2024

Una imagen del ensayo general de "Juan José", ópera que se representará a principios de abril en la Zarzuela
Una imagen del ensayo general de "Juan José", ópera que se representará a principios de abril en la ZarzuelaGemma Escribano/Teatro de la Zarzuela

Muchos años tardó Sorozábal en que se estrenase su única ópera (1968) y muchos intentos frustrados. Incluso no le dolieron prendas en llamar al duque consorte de Alba, Jesús Aguirre, y al mismo Plácido Domingo pidiendo ayuda y llegando a ofrecer hasta cambiar la tesitura del barítono a tenor para que él lo pudiera cantar. ¡Lo que son las cosas y cómo pasa el tiempo! Ahora Domingo es barítono. Sucedió en un intento de estreno en 1979. Hay testigos que cuentan que el compositor, en pleno ensayo, cerró la partitura y afirmó «esto no se va a estrenar», dejando a Tomás Álvarez, Ángeles Chamorro y Enrique del Portal con el canto en la boca. Y, tras cancelar las representaciones escribió: «Esa fue para mí una gran satisfacción, como lo es no volver a verles el pelo», refiriéndose a la Dirección General de Música. Domingo prefirió estrenar el bodrio de «El poeta» en 1980 de Moreno Torroba, enemigo íntimo de Sorozábal. En 1989 hubo otro intento de estreno por parte del entonces director del teatro, pero Sorozábal exigió que la cantaran Plácido Domingo, Montserrat Caballé y Teresa Berganza. La cosa era inviable y él lo sabía. En fin… Se ofreció finalmente en concierto en el Kursaal y el Auditorio Nacional en 2009 y, ya en versión escénica, en la Zarzuela en 2016.

Escuché entonces a un espectador afirmar tras el primer acto «No me sorprende que no se haya estrenado hasta ahora» y el comentario bien merece una reflexión. Hoy «Juan José» se escucha como una reliquia, como un intento de buscar una salida a un género que el compositor veía caducado y por lo que trató de sublimar los registros del teatro lírico popular mediante una vuelta de tuerca expresionista. Si el ambiente nos lleva hacia «Adiós a la bohemia» en su marginalidad, la música se acerca más a la de «La eterna canción». El fugato, los breves motivos conductores, los momentos de expansión lírica que se estrangulan antes de alcanzar el vuelo –así la obligada salida de Rosa de la taberna «Sola va», repetida en el acto 2 o cuando Juan José lee la carta de Andrés en la prisión «Dame esa carta»–, los temas folklóricos apenas insinuados y en situaciones antagónicas, caracterizan una escritura a la moda verista, con una música muy suya pero también muy ecléctica. Suenan muchos ecos en ella, empezando por la «Vida breve» de Falla en uno de sus momentos más inspirados. Suena, también hay que decirlo, bastante fuera de su época y bastante fuera de la época en que se estrena, pero está bien escrita. Son curiosos los cambios de ritmo y melodías, que parecen indicar que de un momento a otro el autor se va a lanzar por el camino más popular de la zarzuela grande, sin que nunca llegue a ello. Al final la ópera se queda en una peculiar versión de «Carmen», machista, con algunas frases que chocan como «No hay ná como tener una buena mata de pelo pa presumir», en la que sólo falta un «La maté porque era mía» en su final precipitado, una escena en la que Sorozábal trabajó mucho sin acertar. ¿Es «Juan José» lo mejor de Sorozábal, como él mismo afirmaba? Pues no, nos seguimos quedando con la inspiración fresca de sus zarzuelas «Katiuska», «Adiós a la bohemia», «La tabernera del puerto» o «La del manojo de rosas». Sin embargo gana mucho tras escucharse varias veces y, sobre todo, cuando se ofrece de forma magnífica como sucede en esta reposición, que hasta logra levantar entusiasmo.

Se volvió a contar con un gran trabajo de Miguel Ángel Gómez Martínez en el foso, que sabe de memoria la partitura y como mimarla cuidando que la inmensa orquesta no ahogue a los cantantes, aunque no ha de esforzarse mucho dado el chorro de voz de los protagonistas. José Carlos Plaza acierta en la recreación del ambiente marginal de pesimismo vital empleando el negro y muy pocos elementos, que se ajustan bien a al argumento. Formidable el trabajo de Juan Jesús Rodríguez, recreando al albañil Juan José con su impresionante caudal vocal. El citado Domingo no lo habría interpretado mejor. Simplemente, soberbio. Saioa Hernández le acompaña vocalmente de forma segura y valiente, mientras que Alejandro del Cerro queda correcto pero algo a la zaga frente a ambos en cuanto a redondez tímbrica, aunque proyecta muy bien. Vanessa Goikoetxea dio la oportuna y larga réplica en el segundo acto a la soprano y Tanto Simón Orfila, con otro chorro de voz, como María Luisa Corbacho y Luis López Navarro mantuvieron el buen nivel canoro y actoral.

Al final, este es sin duda el estreno que le habría gustado a Sorozábal y el segundo reparto también promete.