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"Doctor sueño": ¿Qué pasó después de "El Resplandor"?

Ewan McGregor interpreta al traumatizado Danny Torrance 40 años después de los sucesos del hotel Overlook, en la mítica cinta de Stanley Kubrick «El resplandor», en esta secuela de Mike Flanagan basada en la continuación que escribió en 2013 Stephen King.

Jack Nicholson protagonizó «El resplandor» en 1980 (en esta imagen); la secuela «Doctor Sueño» la encabeza Ewan McGregor (a la derecha)
Jack Nicholson protagonizó «El resplandor» en 1980 (en esta imagen); la secuela «Doctor Sueño» la encabeza Ewan McGregor (a la derecha)larazon

Ewan McGregor interpreta al traumatizado Danny Torrance 40 años después de los sucesos del hotel Overlook, en la mítica cinta de Stanley Kubrick «El resplandor», en esta secuela de Mike Flanagan basada en la continuación que escribió en 2013 Stephen King.

¿Recuerdan el inicio de «Rebeca»? «Anoche soñé que volvía a Manderlay». ¿Cuántas veces no habremos imaginado (o más bien temido) nosotros volver al hotel Overlook? «El resplandor» es un filme obsesivo para el aficionado, quizás la cinta de terror más reverenciada por quienes no somos incondicionales del género. Pero fantasear con un regreso fílmico a ese gran albergue sometido a la nieve de Colorado tiene sus peligros, que son los propios de toda secuela de un clásico indiscutible: ¿estará a la altura? Sea como sea, aquí estamos, de vuelta en el gran «hall» del hotel Overlook, vacío, amenazante y cerrado por temporada. Pasen y teman.

Ahora que la Academia de Hollywood experimenta con nuevos galardones (la cinta más popular, etc...), no estaría de más crear una categoría expresamente para premiar a Stephen King, probablemente el escritor que más argumentos originales ha dado al cine de terror, con alrededor de 60 adaptaciones, un buen puñado de ellas clásicos instantáneos. Millones de espectadores viajan a sus libros o van de éstos a las pantallas. Lo de King y el cine es un perfecto toma y daca en beneficio de ambos.

Curiosamente, «El resplandor» (1980), que para crítica y público es una de las mejores adaptaciones de sus libros, fue una decepción para el escritor de Maine, que sintió que el gran Kubrick traicionaba el espíritu de la novela y hacía de ella (¿qué podía esperar del viejo Stanley?) una cosa a su gusto y medida. «Siempre digo a la gente que la diferencia entre su película y mi libro es que el primero acaba en el hielo y el segundo en el fuego», señala el autor, que encontró en una estancia en la habitación 217 del hotel Stanley de Colorado la inspiración para esta historia en la que latía de fondo su lucha contra el demonio del alcohol.

En 2013, King se atrevió a escribir la continuación de «El resplandor». Se llamó «Doctor Sueño» y el mismo día de su lanzamiento, ahí estaba Mike Flanagan haciendo cola en la librería. Era un chiquillo cuando se topó con su literatura: «Sus libros me asustaron como nunca antes y cambiaron mi forma de ver el mundo. Fue un ejercicio de caracter para un niño asustadizo». En las páginas de «Doctor Sueño» esparaba encontrar años después el punto de vista propio de King que el filme de Kubrick había traicionado: «Lo que el director hizo con ese material es icónico y está anclado en la cultura popular y mi mente de cinéfilo, pero leer la historia me permitía ignorarlo activamente y fijarme en otra dirección». En esa tensión de elegir entre lo bueno y lo mejor (el autor y el cineasta) se ha movido Flanagan para aceptar el reto de su vida: filmar «Doctor Sueño».

En el original de «El resplandor», Danny Torrance era el niño de pelo de tazón que viajaba en triciclo por los largos y misteriosos pasillos del Overlook y acababa huyendo de las garras de su propio padre en una persecución angustiosa. Ahora, 40 años después, ese niño ha logrado enmascarar (pero no liquidar) el trauma. Al principio lo ahogó en alcohol, reproduciendo los patrones de su temido progenitor, pero ahora está rehabilitado y trabaja en una residencia, ayudando a gente necesitada. No quiere saber nada de los demonios que lo siguieron atenazando tras los sucesos del albergue de Colorado. Sin embargo, esos espíritus malévolos han cobrado nuevos bríos y están acosando a una pequeña, Abra, que tiene un poder similar (de doble filo) al de Dan: resplandecer, algo así como comunicarse y poder combatir a los seres milenarios que se nutren de absorber el vapor que exhalan sus víctimas humanas.

Ewan McGregor confiesa que no le apasiona trabajar en filmes de terror y que básicamente «se cagó de miedo» cuando, adolescente, vio «El resplandor», pero la historia e intrahistoria de Dan le interesó sobremanera. «Después de esas experiencias, ¿cómo lidia con sus traumas, con el resplandor y el hecho de ser diferente a los demás. Lidia bebiendo hasta que no puede más. Y ese fue un interesante punto de partida para mí, representar ese descenso del alma hasta que consigue estar sobrio y acaba trabajando en una residencia, ayudando a la gente. Ese es el único tipo de ‘‘resplandor’’ que se permite ya», señala el actor británico.

Un hombre distinto

La curva de «El resplandor» a «Doctor Sueño» va del alcholismo a la sobriedad. «Cuando escribí este segundo libro –relata King–, llevaba sin beber mucho tiempo y quise dar esa perspectiva a Dan. Yo era distinto al hombre que escribió el primero y eso me impelió a continuar su historia». Flanagan, por su parte, entendía la dinámica de ambos libros como de «adicción y rehabilitación» y el reto supino para él era conciliar el fanatismo que sentía tanto por la obra de King como por la de Kubrick, «para homenajearlos a los dos y a la vez crear un filme con entidad propia».

Desde luego era imperioso a la vez que estresante para el equipo de «Doctor Sueño» regresar, digamos, al lugar del crimen: el Overlook. Kubrick utilizó la fachada del Timberline Lodge de Oregon, aún en funcionamiento, para recrear este siniestro albergue. Los interiores son un «frankenstein» de otros hoteles y el laberinto de setos directamente no existía en aquel recinto. Flanagan y los suyos crearon las nuevas instalaciones, que emulan la estética del anterior recinto, en unos sets equivalentes a campo y medio de fútbol. Levantaron en solo seis semanas un espacio que en «El resplandor» tardó dos años en erigirse. «Fue increíble cuando yo y los productores entramos en los sets. Fue como volver a la infancia», asegura el director. Como volver a Manderlay o despertar de una pesadilla dentro de otra.

Perseguido por la sombra de Kubrick

En «Doctor Sueño», Danny Torrance, que lleva años intentando zafarse del trauma, acaba recorriendo los mismo espacios pesadillescos del hotel Overlook. Desde el propio cartel del filme somos conscientes del paralelismo entre la persecución de Jack Nicholson y el retorno de Dan (Ewan McGregor) a la puerta destrozada con un hacha, lo que muestra la importante parte de homenaje que subyace, cómo no, en la secuela. Imposible zafarse de la sombra alargada de Kubrick. Para Mike Flanagan, el rodaje la ha permitido rastrear las huellas de dos padres putativos en el gusto estético: el cineasta y Stephen King, dos creadores que desde las primeras conversaciones para adaptar «El resplandor» supieron que estaban hablando idiomas distintos. La crítica en EE UU no fue muy complaciente con Kubrick en 1980, que se vio obligado a cortar 25 minutos de la cinta para el lanzamiento en Europa. Con el tiempo, «El resplandor» fue engrandeciéndose hasta la talla colosal que tiene hoy en la historia del cine.