
En tratamiento
Fernando Martínez de Irujo: la serenidad de un marqués frente al cáncer
El hijo de la Duquesa de Alba hace pública su enfermedad, mientras prepara con ilusión la boda de su hermano Cayetano

Fernando Martínez de Irujo, vive todas las experiencias que le marca la vida, como lo que es: un marqués en toda su esencia. Así, de esta manera, vadea los contratiempos que se le ponen por delante y los sortea con maestría y optimismo. Tras pasar unas vacaciones en Marbella, en uno de los lugares más aristocráticos de la ciudad: el hotel Marbella Club, ya está en Madrid. Este verano lo vimos en la localidad malagueña con un aspecto diferente al que nos tiene acostumbrados habitualmente. Y él mismo verbalizaba su enfermedad a los más íntimos en Marbella. Esta semana ha dado un paso adelante y ha hecho público el cáncer que le aqueja y cómo lo afronta con serenidad y optimismo. La enfermedad nunca la ha ocultado, ya que él sabía de su dolencia desde hace meses, según nos cuenta a LA RAZÓN una de las mejores amigas del Marqués de San Vicente del Barco, en la cena que mantuvo este verano en el Patio con el aristócrata: «Estaba tan animado de que el tratamiento le estaba funcionando que, incluso, estuvo preparando conmigo una gran fiesta que quiere dar el verano que viene en la Finca Ana María. Fernando es estupendo y combativo y muy capaz de seguir con esta lucha contra el cáncer con la disciplina que le caracteriza».
Testigo de boda
Una de las cosas que, en estos momentos difíciles, está disfrutando el hijo de la Duquesa de Alba, es la preparación de las nupcias de su hermano Cayetano con Bárbara Mirjan, el próximo 4 de octubre,en la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla, lugar donde descansan las cenizas de la duquesa Cayetana de Alba. Muchos se están preguntando si Fernando acudirá a la boda, y este diario ha sabido en exclusiva por boca del mismo novio que sí. «Mi hermano estará con nosotros en este día tan especial en calidad de testigo. Estamos muy felices de tenerle entre nosotros y en familia», explica Cayetano. El enlace reunirá a los hijos de Cayetana de Alba, así como a otras tantas personalidades de la crónica social. Amina, la hija melliza del ex jinete será la madrina de esta segunda boda, ya que la primera fue la que tuvo con Genoveva Casanova, en 2005. Fernando de esta manera vivirá en primera persona, y al lado de su hermano, este día tan especial. Él es el único de la familia que no se ha casado nunca. Sin embargo, mantiene una muy buena relación con sus hermanos, que entre ellos han tenido sus más y sus menos y siempre ha ejercido de nexo de unión.
Estas vacaciones Fernando las ha pasado, como la mayoría de los años, entre Sotogrande y Marbella. Para el noble, «Marbella Club» es como su segunda casa, desde que alquiló «Las Cañas». Al Marqués le encanta la música y se distrae todo lo que puede con aficiones de este tipo. Allí le hemos visto practicar como aprendiz de pinchadiscos, en «El Patio» pinchando junto a la DJ Lola, la mujer de Quique Súper Mix, una excelente amiga del aristócrata, que le enseña cómo mover los vinilos. Fernando este año, ha optado por la discreción y no se ha dejado ver por el festival de Starlite, como otros años donde siempre le gustaba comerse un bocadillo de jamón en el palco antes del concierto. Siempre nos decía: «¿Queréis un poquito?». Siempre simpático y dicharachero, aunque de cara al exterior parece que es la personalidad más retraída de los Alba. Su entorno le define como un hombre muy divertido y conciliador, del que siempre ha hecho gala en los constantes conflictos familiares. Se le han atribuido diferentes romances, pero ninguno ha cuajado. Es el único de todo el clan Alba que no ha pasado por el altar ni ha tenido descendencia. Su súper niña siempre es Tana, la sobrina más cómplice del Marqués, con la que le gusta compartir muchos momentos, como sus habituales comidas en Trocadero de Marbella, frente a la casa que fue de su madre y ahora le corresponde por herencia.
Entre tratamientos, música y planes de futuro, el marqués demuestra que la elegancia también se mide en la forma de encarar la adversidad.
«Las Cañas», la casa favorita de Cayetana de Alba
Situada a pie de playa y con unas puestas de sol que la Duquesa de Alba nunca se perdía, era su casa favorita. Desde que la adquirió en 1963 fue su refugio. Ella siempre huyó de esa Marbella de apellidos sonoros y figurantes que abrían sus casas, cortadas por el mismo patrón, a los vecinos residuales de la extinta «beautiful people». Los comportamientos impostados no eran lo suyo y por eso prefirió construir este reducto de silencio, a los pies del Mediterráneo, que venía como anillo al dedo para su hijo Fernando. Y ella lo sabía. Este verano se rumoreó que la finca se había vendido pero LA RAZÓN ha comprobado in situ que sigue alquilada a los inquilinos de siempre.
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