"Gracias a Dios": Fe en la palabra

Dirección y guión: François Ozon. Intérpretes: Melvil Poupaud, Denis Ménochet, Swann Arlauds, Éric Caravaca. Francia, 2019. Duración: 137 minutos. Drama.

Gracias a Dios existe la palabra. La nueva película de François Ozon es una suerte de oración laica, que, a través del lenguaje –escrito, en forma de epístola, correo electrónico, manifiesto o noticia periodística; oral, en forma de confesión, debate o terapia colectiva–, pone nombre a los recuerdos. El lenguaje es un virus, y así se contagia de víctima a víctima de los abusos de un sacerdote que, treinta años atrás, cometió contra decenas de niños de su parroquia. Ozon se enfrenta a la dramatización de este caso real con la objetividad documental de quien redacta un informe para cambiar el status quo. Confía, sí, en la palabra como nexo de unión democrático, que concilia a católicos convencidos, ateos encolerizados y marginados sociales en una especie de familia disfuncional que sacrifica las diferencias de clase y los conflictos ideológicos en favor de una causa justa, que no es otra que el desmontaje de un sector de una institución a veces opaca. Es un gesto hermoso, que le permite, no obstante, profundizar en las motivaciones individuales de al menos tres de los cuatro protagonistas alternos del filme (el médico que interpreta Eric Caravaca queda algo desdibujado). Sorprende, eso sí, que apueste por la palabra –es decir, por el relato en estricto presente– y, de repente, ilustre con breves y elusivos «flashbacks» momentos del trauma, como rompiendo el rigor luterano de una propuesta seca, objetiva, alérgica a cualquier asomo de sensacionalismo.