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Una mudanza bendita

Anne Christine Girardot se adentra en el corazón de un convento cisterciense de los Países Bajos.

Una mudanza bendita
Una mudanza benditalarazon

Anne Christine Girardot se adentra en el corazón de un convento cisterciense de los Países Bajos.

«La isla de los monjes» rompe con algunos de las ideas que tenemos con respecto a la vida monacal. Primero, por la propia idiosincrasia del documental: unos monjes se ven forzados a abandonar su monasterio debido al excesivo tamaño del mismo para el escaso número de monjes que habitan en él y al alto coste económico de mantenerlo. Todo esto acaba con la comunidad cisterciense de clausura del monasterio de Sion (Países Bajos) en busca de un nuevo lugar donde asentarse, lo que les enfrenta a un mundo que según uno de los hermanos que participan en el documental «les resulta extraño, y en algunos momentos difícil de comprender».

Uno de los aspectos que más llama la atención es que es una mujer, la belga Anne Christine Girardot, quien se haya puesto detrás de la cámara, pues es de todos sabido el hermetismo de la vida monacal, máxime si quien lleva las riendas del proyecto es una mujer. Ella enumera cuáles son las primeras complicaciones a las que se enfrentó: «Estaban en un proceso muy delicado, pues tenían que vender su hogar y vivir en una incertidumbre total. Si a esto le sumamos ponerse delante de una cámara, era normal que al principioles provocara cierto rechazo». Por ello, cuando supo que los cistercienses estaban de acuerdo en rodar el filme la sorpresa y la alegría que sintió resultó mayúscula.«Si tuviera que definir lo que experimenté lo haría diciendo únicamente: ‘‘¡wow!’’, la sorpresa al principio fue inmensa, posteriormente llegó la felicidad y, por último, la gratitud hacia esta comunidad que se ha mostrado tan generosa», asegura.

Entrevistas diarias

Los cistercienses se han confesado de la manera más natural posible: «Algunos me contaron cosas que no sabían los otros hermanos», lo que hace que el reportaje no se quede únicamente en el tema del cambio de monasterio, sino que a través de entrevistas profundiza en cada hermano, en su día a día, en el momento en que sienten la llamada de Dios, en cómo viven la fe, etc. Es en esta parte cuando el filme engancha más al espectador, por la curiosidad de querer aproximarse a la vida y el pensamiento de un monje de clausura. Sorprenden algunas declaracionesde los monjes: «Para acercarse a Dios hay que vivir en soledad». La belga explica esta afirmación al asegurar que «es una forma muy especial y particular de vivir su religión y son pocos los que lo eligen. En nuestra forma de plantearnos la existencia en la que todos estamos conectados por teléfonos móviles y por tabletas y artilugios tecnológicos los que eligen otra forma radicalmente diferente de vivir, apartada del mundo como ellos nos causan bastante extrañeza, lo que no implica que sea negativo, sino desconocido».