«Vaiana»: Una princesa sin azúcar
Director: Ron Clements, Don Hall, John Musker y Chris Williams. Guión: Jared Bush. Voces: Cristal Barreyro, Marc Ullod, Eduard Doncos. EE UU, 2016. Duración: 103 min. Animación.
Es de agradecer que, abonada como está al subgénero «Princesa Disney», «Vaiana» evite uno de sus lugares comunes: el interés romántico. Allí, pues, donde fracasaba «Pocahontas», la hermana de sangre de esta inquieta princesa polinesia, triunfa «Vaiana». Su mensaje sobre la importancia de conservar los valores tradicionales de la cultura a la que pertenecemos –y el modelo, para eludir críticas políticamente correctas, no es etnocéntrico– nunca se deja eclipsar por la azucarada sombra del amor. Otra cosa es que el conjunto funcione con la intensidad con que lo hacía «Frozen», que nació con vocación de clásico. Da la impresión de que «Vaiana» tarda demasiado en entrar en materia, y cuando lo hace, faltan peligros y obstáculos que se sientan como reales. A un diseño de animación impecable, donde colores vivos y formas redondeadas conforman un mundo que estalla ante nuestros ojos, se le opone una cierta dispersión, con felices guiños a Hayao Miyazaki (el océano humanizado de «Ponyo», los piratas-coco que evocan a «La princesa Mononoke») y escenas luminosas (la del cangrejo avaricioso), pero sin melodías pegadizas ni un secundario con la fuerza del Olaf de «Frozen».