Poesía

Claribel Alegría, la poeta que amaba a Pessoa

La autora nicaragüense, última galardonada con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en noviembre, fallece en Managua a los 93 años

Fotografía de archivo fechada el 17 de mayo de 2017 de la poeta nicaragüense Claribel Alegría
Fotografía de archivo fechada el 17 de mayo de 2017 de la poeta nicaragüense Claribel Alegríalarazon

La autora nicaragüense, última galardonada con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en noviembre, fallece en Managua a los 93 años

Poco ha podido disfrutar la poetisa nicaragüense, fascinada por Pessoa y César Vallejo, Claribel Alegría del Premio del XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que recogió el pasado mes de noviembre y que la consagraba y distinguía como una de las grandes damas de las letras latinoamericanas. Se mostraba ese día exultante a sus 93 años. Todo eran agradecimientos y palabras encendidas de cariño. También le afloraron a los labios los recuerdos. Se supo entonces que la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional iba a editar una antología de su obra titulada «Aunque dure un instante», un título con un ápice de premonición. Caprichoso que es el destino.

Claribel Alegría, a quien se considera discípula de Juan Ramón Jiménez, empezó a escribir hace hace más de siete décadas cuando publicó unos poemas en la revista de cultura latinoamericana «Repertorio Americano». Esta larga vida en las letras centroamericanas, en especial, e iberoamericanas en general, le ha valido para ganarse el sobrenombre de «su majestad». Dijo aquel día con humildad que «toda mi obra es un ejercicio de transparencia, es así como conecto con mis lectores». Su forma de ser; clara, vital y alegre se ve reflejada en todo su corpus poético. El día antes de que recibiera el galardón le preguntaron por el Cervantes, al que le faltaban apenas 24 horas para fallarse ¿Y si lo ganara mañana? Y ella, incrédula, y con una naturalidad desarmante decía: «Me desmayo. Estoy más que feliz con esto. Tengo 93 años y me voy con este premio». Nicaragua pierde con su muerte a uno de los grandes nombres de las letras y al poesía en español, lo mismo que sucedeira días atrás con el fallecimiento de Nicanor Parra a la longeva edad de 103 años.

“Mi vida está ahora muy tranquila, después de este viaje muy cansado a Madrid”, declaró en una entrevista tras condsiderar el galardón como “la guinda del pastel”. “Leo mucho, escribo algunas cositas de vez en cuando. Escribo muy poco. Escucho mucho y converso con mis amigos, a veces gente que viene de El Salvador también”. Nacida en Estelí el 14 de mayo de 1924 como Clara Isabel Alegría, el mexicano José Vasconcelos le dijo en una ocasión que su nombre Clara Isabel era muy hermoso pero que Claribel era más adecuado para ella.Le gustó y optó por cambiarlo. Residió en El Salvador durante su infancia hasta que cumplió 18 años. Formó parte de la llamada “Generación Comprometida”, y estudió en Estados Unidos en los años cuarenta, donde contrajo matrimonio con Darwin J.Flakoll. La pareja mantuvo amistad con figuras de las letras hispanoamericanas como Juan Rulfo, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. En su obra destaca su diálogo con la violencia y la muerte.

Entre los libros publicados por Alegría (una veintena de libros de poemas y una decena de novelas) merecen reseñarse “Anillo de silencio” (1948); “Sobrevivo” (1978, Premio Casa de las Américas de Poesía); “Álbum familiar” (1984); “Despierta, mi bien, despierta” (1986); “Luisa en el país de la realidad” (1987); “Cenizas de Izalco” (1966); “Nicaragua: la Revolución Sandinista” (1980); “No me agarran viva: la mujer salvadoreña en lucha” (1983); “Saudade” (1999); “Soltando Amarras” (2002), “Mitos y delitos” (2008), y “Otredad” (2010).