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cine

Crítica de "Cloud": Internet se alía para encontrar al verdugo ★★★

Dirección y guion: Kiyoshi Kurosawa. Intérpretes: Masaki Suda, Kotone Furukawa, Daiken Okudaira, Amane Okayama. Música: Takuma Watanabe. Japón, 2024. Duración: 124 minutos. Thriller.

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Pocos cineastas filman la grisura impersonal de una oficina o las tinieblas mediocres de un semisótano transmitiendo el grado de inquietud o extrañamiento que consigue Kiyoski Kurosawa con sus películas. No es necesario que pertenezcan al género fantástico para que eso ocurra: de hecho, el relato de “Cloud” no puede resultar más prosaico, y en su primer tramo sabe captar algo enfermizo en la luz electrónica de los ordenadores, en el vacío sonoro de los almacenes, en la amenaza sombría de una calle silenciosa. 

Kurosawa, que fue uno de los primeros cineastas que nos alertaron del carácter alienante de internet en la espectral, magnífica “Pulse”, vuelve a navegar por la red para denunciarla como principal emisora del agente contaminante del capitalismo neoliberal y, por lo tanto, semilla de la avaricia solipsista que domina a su protagonista, Yoshii (Masaki Suda), un tipo que empieza a hacer dinero con la venta on-line de productos que compra a precios reventados. 

Podemos sospechar que “Cloud” seguirá la estructura clásica del relato de auge y caída del timador, pero lo que no se puede prever es el giro radical que da el filme en su segunda parte, auténtico contraplano a lo que hemos visto hasta entonces. Si internet propaga el mal, también sirve para reunir a sus víctimas, que ahora buscan venganza para cazar a su verdugo. 

Y aunque el cambio de tono y género del filme es lo suficientemente llamativo -violencia y humor de tebeo en un cóctel delirante- como para despertar las simpatías del público, a Kurosawa se le va de las manos el experimento, que se alarga en exceso para facilitar una precipitada deriva hacia lo apocalíptico que, enigmáticamente, explica su polisémico, ambiguo título.

Lo mejor: 

Kurosawa tiene un singular talento para que lo más prosaico resulte extraño y perturbador.

Lo peor: 

Que la segunda parte del filme vulnere la lógica del thriller de venganza convirtiendo a las víctimas en auténticos psicópatas.