Crítica de "No hay amor perdido": no sin mi hija, jamás ★★★ 1/2
Dirección y guion: Erwan Le Duc. Intérpretes: Nahuel Pérez Biscayart, Céleste Brunnquell, Maud Wyler, Mercedes Dassy. Música: Julie Roué. Francia, 2023. Duración: 91 minutos. Drama/Comedia.


Madrid Creada:
Última actualización:
Sin explicaciones, sin despedidas, sin mirar atrás apenas, sin ninguna razón aparente, Valérie abandona a su pareja y a la niña que acaban de tener juntos y no da jamás señales de vida. Étienne apenas había cumplido 20 años cuando se enamoró de ella, y pronto nació el bebé, Rosa. Valérie, pues, no regresa, y Étienne, joven un tanto estrafalario, un tipo de perfil análogo a los de aquellos personajes masculinos de François Truffaut (qué bien trabaja «al estilo francés» Pérez Biscayart), decide no dramatizar la situación y ejercer como padre a tiempo completo y enteramente entregado a la niña.
Y, sin embargo, a pesar de lo que repite, él no olvidó nunca aquel amor, aquel abandono, aquel dolor que siente cuando mira una pelota de fútbol que le recuerda a la desaparecida. Y, mientras, Rosa ha crecido, tontea mucho con un chico muy instruido y está a punto de irse a estudiar lejos y vivir su propia vida, lo que Étienne apoya con ciertas condiciones. Pero todo se va al traste cuando un día reconoce a Valérie en un reportaje de televisión. Y la obsesión regresa.
Qué maravillosamente está narrada esta cómplice relación entre ambos protagonistas, con cuánta naturalidad el espectador comienza a entenderlos, y puede también presentir las razones de aquella decisión. Porque hay mujeres que sienten miedo, que prefieren escapar ante el compromiso, que caen en que se han equivocado. No, no solo los hombres huyen.
Lo mejor:
Unos excelentes Biscayart y Brunnquell en el papel de su muy madura hija
Lo peor:
La parte del choque entre la alcaldesa y el protagonista nos parece un poco de más