Crítica de "Insidious: La puerta roja": Saturno devorando a sus hijos ★★
Dirección: Patrick Wilson. Guion: Leigh Whannell, Scott Teems. Intérpretes: Ty Simpkins, Patrick Wilson, Rose Byrne, Sinclair Daniel. Estados Unidos, 2023. Duración:107 minutos. Terror.
Creada:
Última actualización:
Patrick Wilson ha confesado que el primer borrador de guion de “Insidious: La puerta roja” estaba centrado en el personaje de Dalton, su hijo en la ficción, enfrentándose a los demonios del Más Allá cuando empieza la universidad, pero que él sentía que, para dar continuidad a la saga, que retoma a la familia Lambert ocho años después del final de la segunda parte, había que potenciar la relación paternofilial como motor dramático de la trama. Es decir, que su debut como director también tenía que ser un homenaje al hombre atormentado por las almas del averno que le convirtió en un ídolo del cine de terror de la Blumhouse. Con esa operación de modesto egocentrismo se podía cerrar el círculo: tal vez Wilson consigue liberarse de una vez del personaje al mismo tiempo que urde la enésima elegía dedicada a la reconciliación familiar, después de escenificar el conflicto con una referencia explícita al “Saturno devorando a sus hijos” de Goya.
Prácticamente todos los sustos de la película están organizados según la oposición del visto-no visto, versión juego de parvulario. Al fondo del plano aparece una figura desenfocada que el protagonista no percibe, esta se acerca, desaparece, para aparecer de repente, en primer plano y con golpe de música. En esta rutina estructural, que el “Insidious” de James Wan disfrazaba con una curiosa mezcla de sentido del humor y una grotesca evocación del cine de fantasmas de serie B (con el “Carnaval de las almas” como principal referencia cinéfila), destaca alguna secuencia afortunada -la que se desarrolla en el interior de un aparato de resonancia magnética, con ecos del mito del “enterrado vivo” tan del gusto de la literatura gótica- y el esfuerzo por dar entidad dramática a una saga que está del todo agotada.
Aquí es el impulso artístico de Dalton el que parece resucitar su suicida facultad paranormal -la activación de los viajes astrales para pasar al Otro Lado y ponerse a merced de los espíritus del Más Allá- y conectarse con su padre a través del trauma que compartieron en el pasado, pero las apariciones son del todo gratuitas: los paseos espectrales, tediosos; y cualquier susto existe solo para recordarnos que estamos dentro del universo “Insidious”, no para crear verdadero terror. No es que la saga necesite respiración asistida, es que pide a gritos que le apliquen la eutanasia.
Lo mejor:
La escena de la resonancia magnética hace albergar esperanzas en el futuro de Wilson como director.
Lo peor:
Es rutinaria, previsible y falta de tensión.