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El turismo, antes de las suecas

larazon

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«Lo que constituye el placer del viajero es el obstáculo, la fatiga hasta el peligro. ¿Qué encanto puede ofrecer una excursión cuando se tiene la seguridad de llegar, de encontrar caballos preparados, una cama blanda, una buena cena y todas las comodidades que disfruta uno en su casa?». Théophile Gautier resume lo que durante la Ilustración y el Romanticismo supuso el viaje: aventuras que obligaban a desplazamientos prolongados, peligros e incertidumbre. En España se sumaban las posadas infectas, los caminos intransitables y la cocina de batalla. Pero el siglo XIX alumbró un nuevo concepto: el turismo. El goce de abandonar un tiempo nuestra realidad en otros lugares y hacerlo, a ser posible, a cuerpo de rey. España, atrasada respecto a Europa, comenzó a explotar a mediados de siglo su potencial para atraer a visitantes. Este proceso, que arranca de manera oficiosa en 1892 con la publicación de la guía de España de Eduardo Toda, la primera publicada en nuestro país y que llega hasta el «boom» del desarrollismo, es el que analiza «Visite España. La mirada rescatada», una exposición en la Biblioteca Nacional que ofrece un recorrido a través de unas 190 piezas y que abarca desde cartelería a libros y guías, fotos, folletos turísticos y pasaportes y documentos oficiales que dan cuenta de cómo fue creciendo el sector desde la aparición de la Comisaría Regia del Turismo, creada en 1911, a los primeros Paradores Nacionales. Pese a que la historia del turismo va ligada al «boom» de los 60, la exposición se detiene en la Guerra Civil por motivos de espacio. Además, el Museo Romántico, coorganizador de la muestra, reúne unas 60 fotos que reflejan la evolución de los usos sociales conforme los españoles nos acostumbrábamos a viajar por placer.
«Con la exposición se descubrirán hechos históricos desconocidos que ayudan a entender por qué hoy el turismo es una de nuestras mayores industrias», dice la directora de la BNE, Santos Aramburo. Es llamativo el salto cuantitativo: aún en 1950, cuando comienzan a computarse los turistas, la cifra anual de extranjeros era de 700.000. En seis décadas, es de 60 millones. Otra cosa es el tipo de turismo, que nace aso- ciado a las elites burguesas. En sus inicios, en España se centra en el norte. La muestra, comisariada por Teresa Ríos Reviejo y Carolina Miguel Arroyo, destaca el papel que jugó Benigno de la Vega Inclán (primer comisario regio y fundador del Museo Romántico), recorre la participación española en la exposición de Earl's Court en Londres (1914) y las Exposiciones Internacionales de Sevilla y Barcelona de 1929. Pese a concluir en 1939, el recorrido acaba con fotos originales de viajeros. «El turismo es diversión y no queríamos acabar la muestra con la guerra, sino con las primeras fotos que se empiezan a coleccionar», explica Carolina Miguel.