Un Premio Nadal con crimen literario por resolver
El argentino Guillermo Martínez gana el galardón decano de las letras españolas con la segunda entrega de «Los crímenes de Oxford», su obra más conocida, y funde ahora el misterio con el mundo de Lewis Carroll.
El argentino Guillermo Martínez gana el galardón decano de las letras españolas con la segunda entrega de «Los crímenes de Oxford», su obra más conocida, y funde ahora el misterio con el mundo de Lewis Carroll.
En 2004 un libro sorprendía a lectores por su mezcla de intriga policíaca y matemáticas. Se titulaba «Los crímenes de Oxford», aunque en su primera salida a las librerías, en Argentina, llevó por nombre «Crímenes imperceptibles», además de ganar el Premio Planeta Argentina. La novela era la tarjeta de presentación de dos personajes singulares, el profesor Arthur Seldom y el joven estudiante Martin, quienes trataban de resolver una serie de asesinatos ocurridos en el seno de la mítica Universidad de Oxford. Ahora, veinte años después, la segunda parte de esa aventura, escrita por el argentino Guillermo Martínez, es la ganador del Premio Nadal en su 75 aniversario.
«Los crímenes de Alicia» recupera a los mismos personaje para regresar a Oxford, en esta ocasión en 1994, con una nueva cadena de asesinatos que parecen inspirarse en una de las obras más celebradas de la literatura infantil de todos los tiempos: «Alicia en el país de las maravillas» de Lewis Carroll. Son precisamente los miembros de la hermandad que lleva el nombre del autor británico los que están siendo víctimas de estos asesinatos. Seldom es también integrante de la Hermandad de Lewis Carroll y tratará de resolver, junto con Martin, lo que está sucediendo en el campus de la legendaria universidad.
El jurado del Nadal, que en esta ocasión estuvo formado por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales, ha aplaudido la capacidad para construir una intriga en la que se funde el misterio con lo libresco, en la tradición de Jorge Luis Borges y Umberto Eco.
«Los crímenes de Alicia» se impuso entre las 343 obras que se presentaron al premio que convoca Ediciones Destino y que se falló ayer en la tradicional velada literaria que se celebra en el Hotel Palace de Barcelona, punto de encuentro de escritores, editores y autoridades en el inicio del año.
El escritor argentino Guillermo Martínez tiene tras de sí una interesante carrera como novelista y como ensayista, haciendo de la literatura el vehículo con el que poder divulgar temas científicos y literarios. El mayor exponente de todo esto es, precisamente, «Los crímenes de Oxford», una obra que fue traducida a unas quince lenguas en todo el mundo, aparte de permanecer durante medio año en la lista de los más vendidos en Argentina. La novela incluso cocnoció una exitosa adaptación cinematográfica, filmada por Álex de la Iglesia, y con Elijah Wood, Leonor Watling y John Hurt como sus principales protagonistas.
Martínez nunca ha ocultado su fascinación por los números, algo que comparte con Charles Dodgson, más conocido por su celebérrimo seudónimo de Lewis Carroll. El autor de «Alicia en el país de las maravillas» y «Alicia a través del espejo» realizó no pocos juegos de lógica con las matemáticas como eje. Algo de todo esto se puede ver en un texto que Guillermo Martínez escribió como prólogo, aunque no publicado, de «Lógica sin pena» de Carroll. De ese libro, el ganador del Nadal apuntaba en un largo texto que «es un documento excelente sobre el estado de la lógica en esa época y todavía hoy una introducción pausada y divertida a los juegos detectivescos de las proposiciones encadenadas. Carroll usa unos diagramas de su invención con celdas rectangulares que había ejercitado en sus clases y –sin tanto éxito– con sus pequeñas amigas. Una de ellas, Irene Barnes, que pasó una semana con él en un balneario, escribió luego: «Su gran deleite era enseñarme su Juego de Lógica. ¿Me atreveré a decir que esto hizo la tarde bastante larga cuando la banda estaba tocando afuera y la luna brillaba sobre el mar?». Otro de los temas que el autor argentino recogía en ese prólogo era el de la polémica que siempre ha acompañado a Carroll respecto a sus relaciones con niñas, especialmente con Alice Liddell, la pequeña que inspiró la famosa Alicia.
Un autor al que Guillermo Martínez ha dedicado una especial atención es Jorge Luis Borges, como lo prueba su ensayo «Borges y las matemáticas». En ese texto se nos apuntaba como varias de las ideas que aparecen en la matemática moderna ya se anunciaban en la obra del autor de «El Aleph». Todo ello lo mostraba Martínez con un afán didáctico, un denominador común de algunos otros de sus textos más reconocidos.
Y reconocimiento no le ha faltado. Al Premio Nadal y al citado Premio Planeta Argentina, Guillermo Martínez ha sumado el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes 1989 por el título por el que debutó literariamente «Infierno grande», el Mandarache –también para «Los crímenes de Oxford»–, el Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez por su libro «Una felicidad repulsiva».
Puesto que hablamos de una novela de intriga, de un misterio dentro de muchos misterios, en el Nadal de este año hay uno que en el momento de cerrar estas páginas no hemos podido aclarar. Entre los finalistas al premio en esta edició se encontraba una obra titulada «Monos», presentada por un autor que se escondía tras el seudónimo de Ariel Crombet. Curiosamente, hace ayer diez años quedó finalista alguien con ese mismo seudónimo. ¿Sería el mismo autor? Misterio.