Arte
Helen Frankenthaler, empapar y manchar en el Museo Guggenheim
Esta nueva exposición hace un recorrido, nunca antes visto en España, por una treintena de obras de la artista estadounidense
Arranca una de las exposiciones más esperadas del Museo Guggenheim Bilbao, que hoy, viernes 11 de abril, ha abierto sus puertas para que todo el que quiera, pueda adentrarse en el universo pictórico de una de las artistas más revolucionarias del siglo XX: Helen Frankenthaler.
Hasta el 28 de septiembre, “Helen Frankenthaler. Pintar sin reglas”, patrocinada por la Fundación BBVA y organizada por la Fondazione Palazzo Strozzi y la Helen Frankenthaler Foundation , ofrecerá la mayor muestra jamás celebrada en España en honor a la pintora estadounidense nacida en Nueva York. El recorrido permite observar una treintena de obras, creadas entre 1953 y 2002, que profundizan en su innovadora investigación sobre la pintura.
Tal y como ha explicado la directora del Museo Guggenheim Bilbao, Miren Arzalluz, durante la presentación, la propuesta “no sólo subraya la importancia de Frankenthaler en la escena artística de su propio tiempo sino también en la historia del arte, con esa importancia tan destacada que tiene en el expresionismo abstracto y en esa transición hacia la pintura de planos de color”.
Por su parte, Elizabeth Smith, Directora de la Fundación Frankenthaler, ha hecho hincapié en el hecho de que “en 1998 ya hubo una exhibición de la obra de Helen Frankenthaler en el Museo Guggenheim, centrada en un periodo muy concreto de su creación”. Ha añadido que “casi 30 años después, es maravilloso ver una presentación más completa de su trabajo en un momento y un contexto muy diferentes y que ofrece una gran oportunidad de reintroducir su trabajo a un público internacional. Esta exhibición también permite comprobar la importancia, como lugares, de Italia y España para Helen Frankenthaler”.
La extensa producción de esta reconocida artista se presenta, además, en diálogo con creaciones de pintores y escultores con los que mantuvo amistad, como Mark Rothko, Jackson Pollock, Morris Louis o Robert Motherwell, entre otros, y que, como ella, no se impusieron límites a la hora de experimentar. Crear sin reglas fue su mantra, un mantra “muy productivo”, tal y como ha explicado el comisario de la exposición, Douglas Dreishpoon: “Esta exhibición me ha dado la oportunidad de ver lo prodigiosa y lo brillante que era Frankenthaler. Algo que viene a la frontera de mi consciencia constantemente es esta idea de que no hay reglas. Si eres un individuo creativo, creer en que no hay reglas significa que siempre eres libre de cambiar tu mente, de hacerte preguntas y de hacer las cosas de manera diferente, de fallar potencialmente pero, a continuación, avanzar. En el área artística, no tener reglas es un pasaporte a la continuidad, a la creatividad. Es un mantra muy productivo”.
Empapar y manchar
Inventora de la técnica conocida como “empapar y manchar” (“soak-stain”), desarrolló gran parte de su creación a base de tinte en remojo sobre lienzo y papel.
En el impoluto espacio habilitado en el museo, amplio y de paredes blancas, sobresalen las pinturas de Frankenthaler, imponentes, de gran tamaño, coloridas y que juegan con la insinuación, la ambigüedad, lo onírico y lo conceptual a través de márgenes difuminados, tonalidades y formas sobrepuestas, transparencias o texturas más sólidas. Las formas se desdibujan y desprenden misterio, extrañeza y un sin fin de interpretaciones, tantas como espectadores pueda haber ante ellas.
Cada década de creación de la artista está perfectamente compartimentada en la exposición, de manera que el visitante puede apreciar con claridad la evolución de la pintora.
Destaca en la muestra el lienzo Azul Móvil, presidiendo el medio de la sala. Creado en 1973 y de más de seis metros de largo, se exhibe como una de las joyas de la corona por considerarse que en esta pieza, Frankenthaler trascendió los límites de la técnica de las manchas hasta un nivel admirable.
Junto a la exposición, un espacio educativo hace un repaso cronológico e ilustrado de la vida y la carrera de la estadounidense. Además, para orgullo de la directora del Museo Guggenheim de Bilbao, Miren Arzalluz, “entre las 30 obras de Helen Frankenthaler, hay dos que forman parte ya de la colección del museo; una pintura del año 65, “Santorini", que la Fundación Helen Frankenthaler ha donado generosamente, y una segunda obra del año 92, titulada “Réquiem” que todo el que se acerque podrá observar y disfrutar”, según ha explicado con enorme orgullo y muy agradecida durante la presentación de la exposición.