"High life": Claire Denis, al final del tiempo

Directora: Claire Denis. Guión: C. Denis, Jean-Paul Fargeau, Geoff Cox. Intérpretes: Robert Pattinson, Juliette Binoche, Mia Goth. Francia-EE UU, 2018. Duración: 113 minutos. Ciencia ficción.

Cuando Deleuze decía que el cuerpo ya no es el obstáculo que separa al pensamiento de sí mismo estaba poniéndolo en circulación, ensanchando sus límites, dándole la dimensión cósmica que se merecía después de que «2001» y «Solaris» hubieran mostrado los tormentos de una conciencia invisible y el deseo de trascender la materialidad. Mucho ha llovido desde entonces: Jean-Luc Nancy escribió sus fundacionales «Corpus» y «58 indicios sobre el cuerpo», el ser post-humano digital se ha consolidado y Claire Denis ha desarrollado toda su carrera alrededor de cómo filmar el cuerpo. En ese sentido, «High Life» puede considerarse como la culminación de un proyecto vital cuyo objetivo último era derribar las fronteras entre cuerpo y cosmos, y lograr una película que precisamente se desarrollará en esa grieta figural, entre la figuración y la abstracción, donde ambos se confunden. Su particular odisea del espacio, que envía a una misión de condenados a muerte a explorar las fugas energéticas que emanan de un agujero negro mientras una áspera «mad doctor» (espléndida Juliette Binoche) se dedica a utilizarlos como cobayas en un experimento donde la recolección de semen y la fecundación in vitro adquieren visos perturbadores, también es una exploración sobre lo indecible. En las primeras imágenes de la película, Monte (magnífico Robert Pattinson) derrama ternura mientras le silabea una palabra a su bebé: «Ta-bú». «High Life» no juzga las conductas reprobables de sus personajes, porque la proximidad al vacío de estos cuerpos suicidas desata un nuevo orden social, en el que los fluidos corporales se convierten en combustible y el onanismo se transforma en una danza convulsa. Un nuevo orden social que impulsa un nuevo orden narrativo, en el que el tiempo se desintegra al mismo ritmo que el relato. Lo único que nuestros cuerpos no pueden resistir, dice Denis, es el tiempo. Por ello su película tiende a difuminarlo, para dejar que un padre y su hija se enfrenten a lo que parece el cuerpo de una nueva dimensión de las cosas, hermosa y opaca.

LO MEJOR

La radicalidad narrativa de Claire Denis, impregnada de violencia, melancolía y también ternura

LO PEOR

Que sus opacidades impidan que el espectador poco habituado al cine de la francesa disfrute de la experiencia