Así es La Venus del Espejo, el único desnudo de Velázquez que se conserva
El cuadro representa a Venus, la diosa del amor, reclinada de espaldas al espectador y contemplándose en un espejo que sostiene su hijo Cupido
En el siglo XVII no era frecuente representar pictóricamente la desnudez, algo comprensible en una sociedad en la que la religión jugaba un papel preponderante. En 1632 un panfleto anónimo llegó a plantear que era pecado mortal pintar y exhibir pinturas deshonestas e incluso el poeta culterano fray Hortensio Félix Paravicino propuso la destrucción de todas las pinturas de esta naturaleza. Sin embargo, Felipe IV estaba prendado de ellas: algunas –como los desnudos mitológicos de Tiziano– las había heredado de su abuelo Felipe II y otras las encargó él mismo a Rubens.
Total, que su pintor de cámara, Velázquez, no tenía por qué temerlas y, así, consta que realizó tres cuadros de esta temática, aunque ya solo se conserva uno en la National Gallery de Londres, la Venus del Espejo. En el curso de la Guerra de la Independencia, los ingleses se hicieron con el cuadro, que en aquel momento pertenecía a Manuel Godoy y se encontraba en el palacio de Buenavista, en Madrid. Fue llevado a Londres, donde fue adquirido por 500 libras de la época.
El cuadro representa a Venus, la diosa del amor, reclinada de espaldas al espectador y contemplándose en un espejo que sostiene su hijo Cupido. Inventariada en 1651 entre los bienes de Gaspar de Haro y Guzmán (hijo de un ministro de Felipe IV), la última vez que estuvo en España fue en una exposición temporal de 2007. Se cree que las otras obras de Velázquez sobre el tema se perdieron en el incendio del Alcázar de 1734.