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cultura
La venganza de Nalvillos, de Ávila a Talavera
Entre la historia y la leyenda, al filo de la pura fabulación, está el escarmiento que este regidor cristiano infligió a un traidor rey musulmán

La venganza es uno de los finales más comunes para el cuento popular, que termina con la retribución por el daño, la reparación de la ofensa, la entronización o matrimonio del héroe y con el castigo del falso héroe o del traidor. En un esquema conocido se incluye la hospitalidad traicionada, el sitio de la ciudad y el rapto de la esposa. Los mismos mimbres unen a veces el cuento y el mito y se entretejen sobre un determinado trasfondo histórico, desde las murallas de Troya a las de Ávila. El falso héroe, la esposa traicionera, el robador de la mujer ajena y otros esquemas compartidos entre mitología y folklore abundan también en las leyendas españolas. O en los cuentos italianos que recopiló en tres volúmenes el novelista Italo Calvino: las hermanastras acaban castigadas cruelmente y el marido infiel o el ladrón resultan quemados, mutilados o ejecutados. Muchas veces como venganza final por haber querido suplantar a la auténtica heroína o al príncipe. El amor suele prevalecer al final y se hace honor a la justicia y a quien se ha comportado noblemente en la narrativa patrimonial más básica, la de los cuentos de hadas y maravillosos que pueblan todas las literaturas populares del mundo, o en los mitos que son su reflejo, frente a la venganza contra los malvados.
En la España mítica, que se refleja a lo largo de la geografía con historias legendarias de diverso calado, me gustaría destacar hoy una vinculada a la ciudad de Ávila y que tiene su punto culminante en las justas que se celebran frente a sus murallas famosas. Es la conocida venganza de Nalvillos Blázquez, repoblador y alcalde de esta ciudad en la época de las luchas fronterizas entre Ávila y Talavera. De nuevo, nos movemos en el campo entre la historia y la leyenda, en la pura fabulación de la narrativa popular, que se introduce en un contexto histórico muy determinado. He aquí el esquema de la historia: mientras Nalvillos estaba fuera de su ciudad luchando contra los musulmanes, el rey moro de Talavera realiza una incursión y rapta a su esposa, de origen musulmán. Luego Nalvillos se presenta en la ciudad con 50 caballeros, que se esconden esperando la señal convenida, con un cuerno o una bocina, que les daría su jefe, infiltrado previamente en la ciudad, para cargar contra ella. Nalvillos penetra en Talavera disfrazado de humilde leñador y logra entrar en la habitación donde estaba su esposa, que había vuelto a su origen y ha olvidado a su marido, a quien denuncia. Preso y condenado a la hoguera, justo en el momento clave de ser quemado, como en los cuentos de hadas, logra zafarse y dar la señal sonora, a la que acuden todos los caballeros de Ávila, que irrumpen en la ciudad y vencen. Los enemigos son derrotados y malvados son castigados, pues el rey moro y la esposa arden en la misma pira en que iba a haber acabado Nalvillos.
Triángulo amoroso
Pero tras la gesta heroica, sea o no histórica, se oculta una historia de amor y tradición, celos y promesas de boda, que entronca con la fabulación del romance. La leyenda se sitúa en el contexto de la relación de Alfonso VI de León con el rey de Toledo Al-Mamún, y en la lucha por Toledo y Talavera ante la pujanza de los Almorávides. Se dice que Al-Mamún era amigo del rey de León, a quien había acogido en Toledo durante su destierro. Al regreso a tierras cristianas, el rey moro le asigna no sólo una escolta de guerreros, sino también le da como acompañante a su hija o sobrina, la belleza conocida como Ajá Galiana. Esta resulta prometida como esposa a Nalvillos Blázquez, de la familia de los gobernadores de Ávila, que ya tenía otra prometida, pero que se enamora de la Galiana. Alfonso VI acepta la boda, mas esta será problemática, pues la joven, a su vez, estaba enamorada de un pariente de Al-Mamún llamado Jazmín Yahía, gobernador de Talavera. Este triángulo amoroso entre la Galiana, el cristiano abulense y el musulmán talaverano estaría en el trasfondo de la historia de venganza. La secuencia se completa así: Primero Jezmín invita a Nalvillos a Talavera y lo agasaja con espléndida hospitalidad. A cambio, como hospitalidad correspondida, Nalvillos se ve obligado a invitar a Jezmín a Ávila. En las justas que se celebran este se reencuentra con Ajá Galiana, que recuerda su viejo amor por su correligionario. Seducida o raptada, como una Helena de Ávila, el trasfondo romántico de la incursión musulmana en Ávila incluye, según esta versión, la traición de la mujer, que se cita con su antiguo prometido en las murallas y huye con él. Luego el desarrollo de la leyenda es el ya explicado. Como puede verse, el esquema del cuento y del mito, con la venganza final, sobre el tema de la hospitalidad traicionada y la mujer robada, es tan antiguo que une Troya y Ávila en el mismo ciclo de la narrativa arcaica y patrimonial de toda la humanidad.
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