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'El mundo en guerra'
Pere Cardona: "Asistimos al nacimiento de un nuevo Orden Mundial"
El divulgador histórico aborda de nuevo la Segunda Guerra Mundial y lo hace con imágenes inéditas de Nagasaki y con testimonios individuales de los verdaderos protagonistas del conflicto

Lleva más de 25 años volcado en la IIGM y la fuente es inagotable. En esa búsqueda incesante para “transmitir el legado de cientos de veteranos”, asegura un Pere Cardona que ahora firma “El mundo en guerra” (Principal), un volumen que sumerge a todo el que se acerque en una batalla muy personal: la de los “verdaderos protagonistas” de la guerra de 1945. “Historias épicas de heroísmo y valor de hombres y mujeres que cambiaron el curso de la historia”, presenta.
−¿Cómo de importante es rescatar estos testimonios individuales dentro de las grandes enciclopedias que hay de la IIGM?
−Siempre comparo la IIGM con un puzle incompleto. Con el paso del tiempo, la colocación de piezas como la de los grandes líderes, sus estrategias militares, la intendencia de unidades y el despliegue sobre el terreno lo resuelven en gran medida. Pero no debemos olvidar que este mosaico descansa sobre los hombros de otros protagonistas menos conocidos: los soldados, pilotos, mecánicos, espías, enfermeras... Encargados de ejecutar sus órdenes sobre el terreno. Por poner un ejemplo, el 6 de junio de 1944, 150.000 soldados desembarcaron en Normandía. Cada uno de ellos con sus miedos, anhelos y esperanzas. Eso quiere decir que existen 150.000 piezas cuyo rescate no solo completa la imagen del Día D, sino que enriquece el relato histórico.
El autor insiste en que la Segunda Guerra Mundial todavía hoy es “un puzle incompleto”
−¿Existe un nexo común entre estas historias, aparentemente variopintas?
−Sin lugar a dudas. A lo largo de estos años he entrevistado a veteranos de ambos bandos y todos coinciden en cederlas como legado para futuras generaciones. La mayoría se alistó por unos ideales (en el caso norteamericano, por ejemplo, el ataque japonés a Pearl Harbor dinamizó el alistamiento) o fruto del adoctrinamiento (en el bando alemán, el acceso al Ejército respondió a la política militarista inculcada por las Juventudes Hitlerianas). También encontramos motivaciones sociales, familiares o económicas e incluso, en determinados casos, un afán aventurero. No obstante, una vez en el frente, sus cartas y diarios reflejan la cara humana del conflicto. Todos han perdido compañeros, tienen a sus novias y familiares aguardándoles (“te echo de menos y espero que esto acabe pronto”), relatan acciones (“esta mañana sufrimos un bombardeo”), describen paisajes de la vida cotidiana (“dormimos en tiendas de campaña bajo un frío insoportable”)… Y son estas circunstancias personales las que los igualan en el campo de batalla.

−Una pregunta recurrente, pero siempre interesante de escuchar la respuesta: ¿por qué despierta tanta fascinación la IIGM? ¿Es la cercanía en el tiempo, que fue vivida (desde la lejanía, principalmente) por nuestros abuelos/padres? ¿Es la repercusión que ha tenido en la Europa (y el mundo) posterior? ¿Es la cantidad de información que tenemos?...
−Todos estos factores la asentaron en la memoria colectiva. La llegada de la Guerra Fría estableció un nuevo Orden Mundial cimentado en las ruinas de una Europa devastada. No debemos olvidar que los bloques resultantes (Occidental y Oriental) reavivaron sus brasas en múltiples ocasiones. Desde amenazar con un conflicto global a utilizarla como medio propagandístico. No obstante, llegados a este punto, me atrevería a decir que la mayor contribución proviene del cine. Cualquier aficionado a la IIGM ha visto a John Wayne liderar a los paracaidistas en 'El día más Largo'; o a Errol Flynn adentrarse en la jungla en 'Objetivo Birmania'; o a Tom Hanks desembarcar en la playa de Omaha en 'Salvar al soldado Ryan'. ¿Qué apasionado a la historia militar no ha soñado con descender la rampa de una barcaza, pilotar un Spitfire inglés o conducir un Kubelwagen por el desierto libio?
"Las circunstancias personales nos igualan en el campo de batalla"
−¿Cuál fue el papel de los españoles (que no de España) en esa lucha contra el fascismo?
−Finalizada la Guerra Civil, unos 10.000 republicanos españoles, sirvieron en los ejércitos aliados durante la IIGM, mientras que otros 55.000 sirvieron en batallones de trabajo. Principalmente, en unidades francesas o británicas. Aunque algunos emigrantes (o sus descendientes) también lucharon bajo bandera estadounidense en todos los frentes del conflicto. La Nueve es quizás la más icónica de ellas, al liberar en 1944 el Ayuntamiento parisino. Nombres como Amado Granell o Rafael Gómez son de sobra conocidos entre estudiosos y aficionados. En el caso de los españoles enrolados en la 13 Semi Brigada de la Legión extranjera francesa, lucharon desde Noruega (Bjervik y Narvik) además de desembarcar en Provenza, avanzar por Italia o resistir los sucesivos ataques del entonces general Rommel en Bir Hakeim. No obstante, otras como la británica NumberOneSpanish Company han pasado más desapercibidas a ojos de la historia. En su caso, contaron entre sus filas con figuras destacadas como Manuel Espallargas. Entrenado como comando, aguardó una entrada en acción en la península Ibérica que no llegaría a materializarse. De entre el millar de exiliados republicanos enrolados en el Ejército inglés, algunos lucharon en Siria, Creta, Palestina, Jordania o Egipto, donde formaron parte de unidades tan emblemáticas como el famoso SAS británico.

−¿De dónde salen esas fotos inéditas de Nagasaki? Y ¿qué Nagasaki nos muestran?
−Finalizada la IIGM, un mes después de firmarse la rendición japonesa, el joven Marine estadounidense Ellis Clare Clements desembarcó en Nagasaki como parte de las fuerzas de ocupación. Una vez allí, ascendió la pequeña colina desde donde contempló las ruinas de una ciudad devastada por “Fat Man”, la bomba atómica arrojada sobre la localidad el 9 de agosto de 1945. Ante sus ojos, una gigantesca montaña de escombros sustituyó a la bulliciosa urbe compuesta por casas de madera, templos, fábricas y zonas residenciales. Impactado, inmortalizó las ruinas con cámara fotográfica. Al regresar a Estados Unidos, archivó las imágenes en un álbum olvidado en una estantería cerca de ocho décadas. Tras su fallecimiento, acepté el ofrecimiento familiar para publicarlas.
"Es inevitable trazar paralelismos con lo que sucedió hace cien años"
−Lleva 25 años dedicado a este periodo de la historia, ¿es coherente trazar el paralelismo entre los años previos al estallido de la guerra, la ascensión al poder de los fascismos, y la actualidad?
−Vivimos momentos convulsos donde asistimos al nacimiento de un nuevo Orden Mundial. Y lo cierto es que no pasa un día en que determinados líderes no lancen controvertidos mensajes, similares a los proclamados en épocas pasadas. Ante esto, y pese a hallarnos en un contexto histórico distinto, es inevitable trazar ciertos paralelismos. No obstante, a diferencia de la actualidad, la herida infringida por el Pacto de Versalles unida a una devastadora crisis económica provocó el auge nacionalsocialista de 1933. Hoy en día, estos ascensos obedecen a movimientos geopolíticos de distinta naturaleza.
−¿Qué nos queda por saber de la IIGM? O dicho de otro modo, ¿qué le gustaría abordar en su próximo libro que reescribiera parte de esta historia?
−Queda mucho por saber. Desde historias personales abandonadas a su propia suerte a miles de documentos clasificados, la mayoría relativos a estrategia militar, material diplomático, operaciones de espionaje o acciones de comando, entre otras. Como bien comentabas, llevo más de 25 años transmitiendo el legado de cientos de veteranos. Como el de Günter Halm, artillero alemán del AfrikaKorps quien me confió en nuestra última entrevista: “Espero que mi historia impida que futuras generaciones caigan en los mismos errores que cometió la nuestra”.
- 'El mundo en guerra' (Principal Historia), de Pere Cardona, 540 páginas, 22,95 euros.
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