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¿Quién era el vasco de la mítica fotografía de los obreros de Nueva York sobre una viga?

Natural de Balmaseda, se le puede ver encendiendo un cigarro a uno de sus compañeros de cuadrilla en la obra
Natxo Ibargüen (segundo por la izquierda) dando fuego a Matty O'Shaughnessy
Natxo Ibargüen (segundo por la izquierda) dando fuego a Matty O'ShaughnessyCharles Clyde Ebbets
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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La icónica fotografía "Lunch atop a Skyscraper", tomada en 1932 durante la construcción del Rockefeller Center en Nueva York, se ha convertido en un símbolo de la valentía de los obreros que arriesgaron sus vidas para construir la silueta de la Gran Manzana. En la imagen, once hombres almuerzan tranquilamente sentados en una viga a cientos de metros de altura, sin ningún tipo de protección. A lo largo de los años, varios de estos hombres han sido identificados, y uno de ellos se dice que era un inmigrante vasco llamado Natxo Ibargüen.
En realidad, las identidades de la mayoría de los obreros en la foto han sido objeto de especulación durante años. Aunque algunas investigaciones han tratado de poner nombres a estos trabajadores, la confirmación definitiva ha sido difícil de obtener debido a la falta de registros formales y la naturaleza espontánea de la foto. Muchos nombres han surgido a lo largo del tiempo, pero no hay una lista definitiva.
Aunque la fotografía fue tomada por Charles C. Ebbets, en las últimas décadas, los historiadores, junto con familiares de los trabajadores, han intentado poner nombre a esos rostros anónimos, pero la falta de registros ha complicado el proceso. Sin embargo, uno de los nombres que más ha resonado es el de Ibargüen, un trabajador vasco que formaba parte de la comunidad de inmigrantes europeos que participaron en la construcción de los rascacielos de Nueva York.
Concretamente hablamos del segundo trabajador empezando por la izquierda. Ahí situamos a este señor nacido en Balmaseda (Vizcaya, País Vasco) y residente en Nueva York desde 1924. Junto a él, aparece Matty O'Shaughnessy, a quien da fuego para encender un cigarro
Oriundo del País Vasco, emigró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, como lo hicieron muchos de sus compatriotas en la primera mitad del siglo XX. Ibargüen, al igual que muchos otros inmigrantes vascos, encontró trabajo en la industria de la construcción, que en ese momento estaba en auge debido a la construcción de los gigantescos rascacielos.
El trabajo en las alturas era extremadamente peligroso y exigía un coraje extraordinario. Estos hombres, conocidos como “sky boys” o “ironworkers”, caminaban por vigas de acero a cientos de metros de altura, sin los equipos de seguridad que se usan hoy en día. A pesar del riesgo, para Ibargüen y otros como él, era un medio de ganarse la vida en un país que les ofrecía nuevas oportunidades.
El nombre de Natxo Ibargüen ha surgido en diversas investigaciones que buscan identificar a los obreros de la famosa imagen. Aunque no existe un consenso absoluto, algunas fuentes lo señalan como uno de los hombres que aparecen sentados en la viga durante la pausa del almuerzo. A través de testimonios de familiares y la conexión con los registros de trabajadores de la época, se cree que Ibargüen pudo haber sido parte de la cuadrilla que trabajaba en la construcción del Rockefeller Center.
Sin embargo, la falta de documentación específica y el hecho de que muchos de los obreros de esa época compartían características similares (inmigrantes europeos que hablaban poco inglés y vivían en condiciones humildes) han dificultado la identificación concluyente de todos los individuos en la fotografía.
Independientemente de la certeza sobre la identidad de los obreros, la figura de Natxo Ibargüen representa a miles de inmigrantes vascos y europeos que contribuyeron a la construcción de Nueva York. La foto no solo captura un momento de la vida cotidiana de estos valientes trabajadores, sino que también es un tributo a su labor y sacrificio. La imagen se ha convertido en un símbolo del sueño americano y de los sacrificios de aquellos que, como Ibargüen, dejaron su tierra natal para buscar una vida mejor.