Teatro

Julián Herrero

Imanol Arias paga su deuda (con el teatro)

El actor regresa al teatro 24 años después con «La vida a palos», la última voluntad de su amigo Pedro Atienza que estrenará en Bilbao a finales de junio y que llegará a los Teatros del Canal el 4 de julio

El actor Imanol Arias durante la presentación de "La vida a palos", la obra de teatro con la que vuelve a las tablas tras 24 años ausente, esta mañana en los Teatros del Canal / Foto: EFE/Diego Pérez
El actor Imanol Arias durante la presentación de "La vida a palos", la obra de teatro con la que vuelve a las tablas tras 24 años ausente, esta mañana en los Teatros del Canal / Foto: EFE/Diego Pérezlarazon

El actor regresa al teatro 24 años después con «La vida a palos», la última voluntad de su amigo Pedro Atienza que estrenará en Bilbao a finales de junio y que llegará a los Teatros del Canal el 4 de julio.

El “Calígula” de Camus sobre los escenarios bonaerenses del año 94 era lo último que había acercado a Imanol Arias al teatro. Desde entonces, “la vida me había llevado por otros caminos”, cuenta ahora el actor arrastrado por “las circunstancias, el privilegio o el castigo agradable de llevar 17 años con un mismo proyecto en televisión, que no es normal”. Realidad ante la que solo la muerte de Pedro Atienza (1955-2014) le hizo mirar a las tablas: “Vengo con un saco a cuestas que es la herencia que recibo de un amigo. La última voluntad de Pedro”, a quien el actor define como “un hombre que vivía por y para la palabra, y que, gracias a su enorme experiencia vital, hacía historias en cada camino, en cada trozo, en cada frase”.

El escritor insistía a Imanol Arias, pero éste no aceptaba y “cuando le hice caso me sentía incapaz”, recuerda. Las llamadas y la insistencia se convirtieron en norma, pero Imanol Arias rechazaba cada acometida “por mi propia vida a palos. Hasta que Pedro murió y, entonces, sí tenía un legado que cuidar. No estaba seguro siquiera de que el texto estuviera registrado y, después de muchas vueltas, nos cayó del cielo alguien que ha sido capaz de aunar todo eso, José Manuel Mora, y la directora, Carlota Ferrer. He tardado mucho en comprenderlo y en buscarle una solución dramática para que fuera una pieza de ese texto, pues no tenía una estructura dramática en sí”.

Fue el “sí” definitivo para un proyecto que iba a llevar al intérprete a las tablas 24 años después, “La vida a palos (Testamento)”, que se estrenará en Bilbao el 28 de junio (Teatro Campos Elíseos) antes de su puesta de largo en el Canal madrileño (del 4 al 22 de julio) y la posterior gira que irá de Argentina a Uruguay y Chile, para después regresar a España. “Un relato que nace de la picaresca española con aroma a flamenco, sentí que se había verbalizado su espíritu, y que nos lleva a dar un paseo por la vida del autor”. Sinopsis que Mora, como responsable de la nueva dramaturgia, define: “Además de invitarnos a conocer el mundo del flamenco y sus diferentes palos, el potencial dramático de esta obra está en un tema universal, la relación padre-hijo, el reencuentro entre ambos; reconciliación y la asunción del testamento vital de nuestros progenitor. En este texto asistimos a un doble viaje –continúa–: el que desde los años 80 hasta nuestro presente realizó Pedro Atienza por las diferentes geografías del mundo y, por otro, el tránsito que realizará su hijo revisitando aquellas geografías que en su día habitó el padre con el fin de poder comprender el sentido último de su existencia”. Núcleo por el que Arias compartirá escenario “en determinados momentos” con su hijo Jon, “cuando los compromisos profesionales se lo permitan”, anticipa de un elenco todavía por confirmar.

Regresa así el protagonista de “Cuéntame” al teatro “intranquilo, pero sin miedo” y después de unos años, reconoce, que no han sido fáciles: “Aunque en los últimos palos me dieron ganar de morirme, no supe porque no sé hacerlo debiendo”, reconoce. Entonces, se refugió “en lo único que sé hacer, mi oficio, poco más”. La deuda esa que le dejó escrita Atienza, un texto cosido por soleas, seguidillas y colombianas.