Hollywood
Julia Roberts, vuelve la abuela de América
Julia Roberts estrena serie. «Homecoming», es decir, volviendo a casa. Y regresa de la mano de la todopoderosa Amazon en grajeas de treinta minutos, aunque al principio expresó algo de renuencia, con excusas no solicitadas, aclarando que no es una serie, sino más bien una película troceada. Pues esta serie huele a misterio tallado con los mimbres de la vieja escuela. Fiona Sturges, del periódico británico «The Guardian», habla de Alfred Hitchcock y su evidente, benéfica influencia. En lo estético, mediante el uso de una paleta metálica, helada, de grises y añiles con churretones ocres, y, por supuesto, en la escritura. Ahí está su personaje, Heidi, al que encontramos tratando de ayudar a los veteranos de guerra que regresan a la vida civil, y ahí la misma Heidi, desorientada, casi deconstruida, sin que sepamos bien qué ha sucedido con ella. Bueno, sí, tiempo habrá para descubrirlo, pero de eso va «Homecoming». De mujeres que pelean a la contra y programas gubernamentales diseñados para diseminar una niebla tóxica sobre sus pasos. De misterios con aroma a serie B, maniobras orquestales en la oscuridad, territorios prohibidos y gente común enfrentada a los siniestros tipos que manejan los hilos y lobotomizan a los honrados ciudadanos. ¿Conspiparanoias? Por supuesto. Pero qué magnífico circunscribir un sucio caminar al perímetro de la ficción. Hubo un tiempo en que la televisión era un cementerio de elefantes. El museo en el que aparcaban todos los paquidermos del viejo y nuevo Hollywood. Las vacaciones geriátricas de las estrellas fundidas, las jóvenes promesas de 50 años, los que estaban de vuelta y quienes aspiraban a un retiro más amable que las giras por teatros de tercera y villorios de cuarta. Hasta que HBO, David Chase y Los Sopranos patearon la mesa. Hoy la TV funciona como ecosistema triunfal para los mejores directores y guionistas. Normal que de Nicole Kidman a Drew Barrymore, las mejores actrices de su generación, tomaran el tren de los grandes papeles y los relatos con tuétano precisamente en la televisión. Justo donde la novia de América, dueña de una sonrisa «bigger than», busca recuperar su trono. Feliz vuelta a casa, Mrs. Roberts.
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