La alargada sombra de las Barilli

Ayanta Barilli (Roma, 1969) es la flamante finalista del Premio Planeta. Su padre, Fernando Sánchez Dragó, ignoraba por qué, desde que llegó a Barcelona, no cesaban de hacerle fotos... aunque todo podía tener explicación, porque el conocido novelista fue ganador del citado galardón con «La prueba del laberinto». Pero no. Se trataba de su hija. Quizá la única vez en la historia del certamen en el que padre e hija logran compartir el mismo laurel literario. Bajo el título provisional de «Un mar violeta oscuro» –que quizá su padre querría haber llamado «Azogue»–, Ayanta elabora unas memorias en las que se reconoce a través de su abuela y, sobre todo su madre, Caterina Barilli, de quien Dragó escribió: «Con ella lo conocí casi todo. Fue mujer, amante y amiga». Desafortunadamente, falleció de cáncer cuando su hija era una niña. Aunque estudió danza clásica con Ullate y Arte Dramático con Zulema Katz y Dominic de Facio, su vida se fue encaminando al mundo de la interpretación. Ha trabajado como actriz en «Lo más natural», «Don Juan en los infiernos», «Amo tu cama rica», «Los peores años de nuestra vida» o «Volaverunt». En teatro, actuó en «Trabajos de amor perdidos» o «Descalzos por el parque» y «Arsénico por compasión», y en televisión pudimos verla en «Pepa y Pepe» o «Por fin solos». En el 2007 asumió el cargo de directora artística del Teatro Lara de Madrid. Poco a poco, se fue decantando por el mundo de la comunicación y en la actualidad tiene un espacio cultural en es.Radio titulado «A media luz», en el que el propio Dragó tiene una sección llamada «La voz a ti debida». «Las mujeres» del autor de «Gárgoris y Habidis» –y quien esto escribe ha conocido a muchas de ellas– siempre han sido inteligentes y han roto moldes: su madre, sus parejas, sus hijas... Seguro que Ayanta Barilli ha escrito una novela que nos redime de la insignificancia de los días.