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Teatro

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“La mente está en el corazón”

"Lear (Desaparecer)", de Carlos Tuñón, director de teatro, es una obra de teatro inmersivo para trabajar la memoria que podrá verse hasta el domingo en los Teatros del Canal

Carlos Tuñón, director de “Lear”, obra que estará hasta el domingo
Carlos Tuñón, director de “Lear”, obra que estará hasta el domingolarazon

"Lear (Desaparecer)"es una obra de teatro inmersivo para trabajar la memoria que podrá verse hasta el domingo en los Teatros del Canal

“Recordar es fácil para el que tiene memoria”. O no. Y es que dada su fragilidad, a veces se rompe en un santiamén, a la mínima de cambio. Cuando se pierde, sólo pueden encontrarla los testigos, quienes siempre acompañan. Pues bien, en esta época que ha dinamitado los puentes intergeneracionales y en la que parecemos vivir mirando hacia otro lado, "Lear (Desaparecer)"explora la mente humana a partir de las relaciones entre familiaresutilizando el “diálogo teatral” como medio y pretexto para reflexionar. Tomando como partida el clásico de Shakespeare “El rey Lear”, Carlos Tuñón ha llevado a cabo un trabajo de investigación escénica en torno al deterioro cognitivo del que se desprende que nadie es inmune al Alzheimer. Es esta una obra para redescubrirse, inmersiva, de gente que acompaña a gente. Pero...

-... ¿Cómo nos acompañamos?

-Hemos descubierto la gran capacidad de empatía que tenemos, de no estigmatizar a las personas que sufren un deterioro cognitivo.

-¿Somos más empáticos de lo que parecemos?

-Somos más cuidadores de lo que pensamos. En un contexto donde todos podemos hacer lo mismo, desaparece la enfermedad. Porque al final estamos perdidos hasta el punto de que el público no nota la diferencia entre las personas que tienen Alzheimer y las que no.

-¿Usted a quién haría desaparecer?

-(Risas) A todas las personas con poder que separan realidades. Nuestra función demuestra que estamos juntos. Gente con edades distintas, en el mismo salón, bailando y hablando...

-¿Qué tal nos comunicamos hoy en día entre distintas generaciones?

-Parece que está roto el puente intergeneracional, como si no pudiéramos convivir. Las personas mayores no pasan tiempo con las jóvenes, hacen falta mecanismos para revertirlo. Porque tras generar un contexto para unir a unos y otros, juntos funcionan. Y de manera inmediata.

-¿Es fácil convivir con nuestros ancianos?

-Sí, pero no hay contextos. En los centros de mayores sólo hay mayores. Y en las salas recreativas de jóvenes, sólo hay jóvenes. La política social debería generar espacios para que nos encontremos con quienes normalmente no lo hacemos. Y el teatro es esencial para esto.

-¿Adónde va la memoria cuando se pierde?

-Se encarga de reescribir la historia y la biografía. Hay personas mayores en el taller que están convencidas de que en su vida han sido otra cosa. Y eso termina convirtiéndose en realidad. La memoria cuando se borra rediseña la relación que se tiene con el mundo y con uno mismo.

-¿Pero quién la puede encontrar?

-Quienes te acompañan y están a tu lado. Testigos de ti. Hay quienes se empeñan en traer a nuestra realidad a la persona que se ha ido, pero también quienes hacen ese puente de irse con uno y jugar donde le lleven. Es decir, que se adaptan y dialogan, aunque no se entienda esa realidad.

-¿Es frágil?

-La memoria es de lo más frágil que tenemos, porque parte de algo físico, neurológico, químico; y porque está creando constantemente.

-¿Qué la debilita?

-La inactividad. Nuestros mayores notan una mejora significativa cuando están estimulados. De hecho, los familiares nos dicen que recuerdan más y que están más felices, ya que se consideran útiles.

-Recordar, a veces, duele...

-Es legítimo borrar para reescribir e ir al origen de las cosas que te hacen daño para aprender.

-¿Cuándo es mejor olvidar?

-Cuando alguien quiere reescribirse en el mundo y empezar de nuevo.

-¿De qué no se olvidan las personas con Alzheimer?

-Del cariño y del tacto.

-¿Cuándo recordar no es tan fácil para el que tiene memoria?

-Cuando hay algo que no se quiera asumir y reconocer para enfrentarse a ello.

-¿Qué es más sensible, el corazón o la mente?

-Es que la mente está en el corazón.

-¿Se quiere con el corazón y se odia con la mente?

-No. Se quiere y se odia con la mente.

-¿Sin memoria no hay odio?

-(Piensa) Puede haberlo. Es posible generar odio sin recordar.

-¿Y amor?

-Sí, porque el amor, el odio, o cualquier sentimiento o pasión surge por el impacto con el otro.

-¿Qué es lo que más une a las personas?

-El contacto físico, que resulta insustituible.

-¿Y lo que más separa?

-El hecho de no reconocer que tenemos una persona al lado, no dialogar, no escuchar...

-“El Rey lear” tiene un trágico final...

-Nosotros tenemos la idea de que los jóvenes debemos asumir nuestro rol en el mundo. Y en la obra de Shakespeare eso no ocurre. Sea como fuere, en nuestro caso, el final no es trágico.

EL LECTOR

Carlos Tuñón estudió Periodismo durante cinco años. Y desde entonces conserva la costumbre de ver a diario todas las portadas de los periódicos generalistas y deportivos. Además, escucha los editoriales de las principales cadenas de radio. Y es que aprendió que “cada medio tiene su propia verdad y que sólo analizando la de todos, uno puede generarse su criterio”.