Escultura

La Royal Academy se queda a cuadros

La icónica Exposición de Verano une en «El gran espectáculo» a Tracey Emin, Churchill o Hockney en la muestra más colorida de su historia.

Grayson Perry posa en la divertida presentación de la Exposición de Verano de la Royal Academy
Grayson Perry posa en la divertida presentación de la Exposición de Verano de la Royal Academylarazon

La icónica Exposición de Verano une en «El gran espectáculo» a Tracey Emin, Churchill o Hockney en la muestra más colorida de su historia.

Un paisaje nevado de Winston Churchill cuelga junto a un sillón decorado por Tracey Emin. Por un lado, el primer ministro que lideró al Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Por otro, una de las discípulas del Young British Artists, famosa por exponer su propia cama sin hacer, con preservativps, paquetes de cigarrillos vacíos y un par de bragas con manchas menstruales. Extraña composición, no hay duda. Sin embargo, el particular bodegón cobra todo el sentido en «El gran espectáculo», una muestra enmarcada dentro de la Exposición de Verano de la Royal Academy, la exhibición de arte contemporáneo más antigua.

Con motivo su 250 aniversario, la prestigiosa institución londinense ha querido realizar un recorrido a estos más de dos siglos de historia. La particular retrospectiva recoge 80 cuadros, esculturas o dibujos de artistas británicos como el propio Churchill. En 1947, el que fuera inquilino de Downing Street presentó la pintura de su casa de Chartwell, en Kent, bajo el seudónimo de David Winter. Tan solo algunos en la academia sabían entonces quién se escondía detrás de aquel nombre. «Es una pintura fascinante», asegura el curator Mark Hallett. «Queríamos explicar que la Exposición de Verano también es un lugar para amateurs y, en este sentido, Churchill es realmente importante», matiza.

Otros nombres destacables incluyen a John Constable, JMW Turner, Peter Blake, Zaha Hadid, David Hockney y Thomas Gainsborough, con el que da comienzo el espectáculo tomando como punto de partida el siglo XVIII.

Cada año la recopilación estival se caracteriza por aunar obras de arte contemporáneo de artistas emergentes y consagrados, y porque en ella todo está a la venta. Sin embargo, las piezas que forman «El gran espectáculo» no podrán ser adquiridas por el público.

Sufragio femenino

Desde sus inicios como un escaparate para retratos de la alta sociedad, pasando por su papel en la lucha por el sufragio femenino y el impacto de las dos guerras mundiales –épocas en las que no dejó de celebrarse–, la muestra recuerda, cronológicamente, los mayores hitos de estos periodos que pudieron verse, verano tras verano, en la capital británica. Pero no siempre fueron buenos momentos para la institución, que vivió bajo un severo escrutinio las décadas posteriores a las II Guerra Mundial, en las que existieron agitados debates sobre el arte figurativo y abstracto. Así, artistas como Henry Moore, Barbara Hepworth o Francis Bacon rechazaron participar en ese periodo en la exhibición, mientras que otros como Stanley Spencer, Frank Bowling o Sandra Blow contribuyeron en la adaptación de la institución a «las nuevas direcciones del arte contemporáneo» en los años cincuenta.

La Exposición de Verano en sí misma –que abrirá sus puertas al público el día 12–, es más «grande, brillante y colorida» que nunca. Para conmemorar el aniversario la academia ha elegido como uno de sus comisarios al artista Grayson Perry. Durante la presentación, el que fuera ganador del premio Turner en 2003 no pasó ayer desapercibido, al acudir vestido de su alter ego, la colorida Claire, qu3e contó que se han reunido más de 1.300 obras, la más extensa jamás presentada y cuyas creaciones sí están a la venta para el público.