El cine español sigue hablando catalán
«Las distancias», de Elena Trapé, gana la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga y reafirma el buen momento de la cinematografía en esta lengua
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«Las distancias», de Elena Trapé, gana la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga y reafirma el buen momento de la cinematografía en esta lengua.
Se equivocan quienes pensaran que el gran ciclo completado en el curso cinematográfico pasado por el cine catalán era pasajero. A los éxitos de «Verano 1993» –que ganó premios en Berlín y Málaga y viajó a Hollywood como apuesta española de la Academia para los Oscar– y «La librería», de la barcelonesa Isabel Coixet, gran triunfadora en los Goya, le da la réplica este año «Las distancias» («Les distàncies»), ganadora de la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga Cine en Español, que se clausuró ayer.
Con el premio gordo para esta cinta, y el de mejor directora para Elena Trapé, se confirma que el cine catalán domina el panorama de festivales y galardones nacionales, aunque la taquilla sea harina de otro costal por el momento. Además, supone otro espaldarazo al modelo implantado por las escuelas de dicha región, principalmente la Escac (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña), y al estilo conformado por un grupo, generalmente de jóvenes realizadoras, que dan vida a esta particular ola del «indie» catalán. Nombres como Carla Simón, Elena Martín, Nely Reguera, Mar Coll, y ahora también, Elena Trapé, que ya estaba en el panorama desde su debut en 2010 con «Blog». Si a eso sumamos que «Las distancias» está apoyada por la productora de Isabel Coixet, el círculo virtuoso se va cerrando.
Desencanto
«Decepción» es, para su directora, la palabra que articula esta historia que arranca con la visita sorpresa de cuatro viejos amigos de Barcelona a un quinto que vive desde hace 12 años en Berlín. En el modo de encarar la vida, la amistad, las expectativas y responsabilidades de cada uno de estos treintañeros, Trapé traza un retrato del desencanto propio de la maduración agravado por un contexto social, político y económico en el que nada se puede tomar por descontado o por firme. «Hay una serie de cosas que habíamos asumido que las íbamos a tener porque las tuvimos en casa de nuestros padres, y una idea de progreso que teníamos integrada, pero que finalmente no es así», explica la realizadora a este diario. Su película, además, le valió el galardón de mejor actriz a Alexandra Jiménez, ex aequo con la argentina Valeria Bertucelli por «La reina del miedo». El reconocimiento a mejor actor se lo llevó Javier Rey, muy de moda por su papel en «Fariña», por «Sin fin».
La otra gran triunfadora del certamen fue la cinta brasileño-uruguaya «Benzinho», que ganó la Biznaga de Oro a mejor película iberoamericana (este año ha sido el segundo que la cita malagueña ha proyectado trabajos de las dos orillas atlánticas), además del premio de la Crítica. El Premio Especial del Jurado fue compartido por «Casi 40», de David Trueba, y «La reina del miedo». «Mi querida cofradía», comedia de la rondeña María Díaz, que jugaba en casa, se ganó los afectos del público, que la ha premiado en una edición en la que competían numerosos comedias dramáticas. Dos de ellas, que dejaron buen sabor de boca, «Formentera Lady» y la cubana «Sergio & Serguéi» se fueron de vacío. El presidente del Festival, Juan Antonio Vigar, valoró que el certamen ha logrado consolidar las dos líneas de trabajo preferentes que se había fijado para esta 21 edición: la inclusión en competición del cine latinoamericano y el reforzamiento del espacio industrial y de negocio mediante la plataforma Mafiz. Unos 400 profesionales y empresas de más de 50 países se han dado cita este mes en Málaga, la capital del cine español.