Albert Sánchez Piñol: «1714 abrió un paréntesis que ahora parece cerrarse»
EL AUTOR DE VICTUS regresa con cuatro historias que continúan las peripecias del ingeniero Martí Zuviría y explican qué pasó realmente el día después del sitio de Barcelona del 11 de septiembre de 1714.


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El autor de Victus regresa con cuatro historias que continúan las peripecias del ingeniero Martí Zuviría y explican qué pasó realmente el día después del sitio de Barcelona del 11 de septiembre de 1714.
Albert Sánchez Piñol odia el siglo XIX. «Allí nació el colonialismo y la industrialización, la esclavización de negros y blancos. Inicia así el racismo científico y los totalitarismos, que será el germen de todos los desastres posteriores», comenta. Sin embargo, el siglo XVIII, allí todavía había ese optimismo ingenuo de que el progreso traería el bien, de que en la Enciclopedia podía caber el saber universal y que la revolución podía traer mejoras. «Después, con la Revolución Francesa, donde se cortaron 300.000 cabezas en nombre de la libertad, se cerró el mundo antiguo y se abrió el moderno», señala el escritor.
Con este afán de reivindicar el trepidante y aventurero siglo XVIII nace «Vae Victus», continuación de su aclamada «Victus», que en 2012 vendió 250.000 ejemplares y se tradujo a 16 idiomas. En esta ocasión nos reencontramos con el ingeniero Martí Zuviría, el día después del 11 de septiembre, acompañado por personajes reales como Carrasclet, célebre guerrillero antiborbónico, «que si fuera americano, sería más famoso que Jesse James y que a nivel de peripecias es muy superior a Serrallonga», dice Sánchez Piñol.
Aunque, principalmente, nos encontramos con un fascinante libro de aventuras a la vieja usanza, con Zuviría viajando a Estados Unidos para combatir junto a los indios Yama contra los colonos ingleses, descubrir el mundo masónico de Londres de la mano del científico Joseph Banks y viajar a Nueva Zelanda con el capitán Cook.
– No está mal las vueltas que le hace dar a alguien como Zuviría que odia el mar.
– El mar eran las autopistas del siglo XVIII y para un aventurero eran imprescindibles. Zuviría, además, siempre va rebotado de una aventura a otra, no las busca, y al final siempre acaba obligado a luchar por el bando que él cree más justo.
– El libro arranca con el 12 de septiembre, un tema que pocos han tratado.
– Hay tantos libros del 11 de septeimbre que parece un género literario en sí mismo. Sin embargo, los historiadores de la época no ponían el foco en esa fecha, sino hablan del periódo entre 1700 y 1725. Quería explicar cómo fue la represión y la resistencia popular, con los miquelets en las montañas y la figura de Carrasclet, que cuando la conocí flipé.
– No es un «spoiler», pero aquí Zuviría por fin mata a Berwick
– La gente me paraba por la calle y me pedía que tenía que explicarlo. Todos los datos históricos de su muerte son correctos, lo que invento es que fue Zuviría quién lo mató. Introduzco notas al pie para certificar el valor histórico de los hechos. La documntación ha sido extensa y honesta, consultando los últimos documentos. Si quiere consultar la verdad, crea antes a «Vae Victus» que a la Viquipèdia.
– En un momento habla de los 10 años de cautiverio de Villarroel, cuando la propaganda borbónica hizo creer que fue indultado.
– Hasta hace casi nada se creía el mito del indulto, cuando lo cierto es que lo liberaron para que no acabara por morir en el calabozo. Puede que sea un tópico, pero tiene parte de verdad, la historia casi siempre la escriben los vencedores.
– ¿Qué le parecieron los fastos del 11 de septiembre?
– Todos los países hacen estas cosas. Todos los eventos institucionales tienen al poder político detrás, pero no es diferente a los franceses celebrando la toma de la Bastilla o Madrid celebrando en 2008 el bicentenario del 2 de mayo. O se critica a todos o a ninguno. Lo que está claro es que el imaginario colectivo existe y que el tricentenario, en el fondo, fue muy formativo. No sabe la gente que me decía que hasta leer «Victus» creían que Villarroel era sólo una calle que bajaba.
– En el libro pone pinceladas de posibles nuevas aventuras, como con Federico II de Prusia.
– Dependerá de los lectores. Lo que está claro es que la intención es continuar. Quiere mostrar el siglo XVIII con los ojos de Zuviría. Imagine a Federico II de Prusia, escritor, flautista, homosexual, cuyo padre hizo ejectuar delante suyo a su amante para curarle y que acabó por ser el conquistador más grande de toda Europa. Y luego están Jefferson, Franklin, la Revolución Francesa. Es algo apasionante.
– ¿Y cómo ve la Cataluña 300 años después del 1714?
– Podríamos decirlo así, 1714 abrió un paréntesis que ahora parece que puede cerrarse, de un lado o del otro. Aunque ahora vivimos en una turborealidad que cambia todo en 24 horas.