Historia

Instituto Cervantes

El desconocido clérigo ilustrado

El desconocido clérigo ilustrado
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La segunda mitad del siglo XVIII fue un periodo fecundo en eruditos lúcidos y metódicos que desarrollaron una gran labor en la lucha por «iluminar» a sus contemporáneos y liberar sus mentes a través del conocimiento. Hay representantes de la Ilustración española por todos conocidos pero hay uno desconocido para la mayoría a pesar de su ingente labor intelectual: Carlos Benito González de Posada (1745-1831). Los historiadores Remesal Rodríguez y Pérez Suñé han realizado una investigación rigurosa y exhaustiva que ha llenado más de mil páginas para ofrecernos un paradigma de hombre ilustrado.

Posada fue historiador, arqueólogo, escritor, botánico, experto en epigrafía y numismática. Amigo de Jovellanos y Campomanes, mantuvo con ambos una fructífera correspondencia. La ingente cantidad de cartas y documentos recopilados aportan una nueva luz a las relaciones entre la Iglesia y el Estado a principios del siglo XIX, una etapa en la que el clero perdió antiguas prebendas que acabarían en la famosa desamortización de Mendizábal. La información que ofrece Posada al respecto no puede ser más realista, ya que su exigua economía se vio muy afectada. Había nacido en el seno de una familia de segundones de la pequeña nobleza rural asturiana y se vio obligado a buscar el sustento en la Iglesia. Clérigo culto, conocedor de lenguas antiguas y modernas, locales y foráneas; abierto a las ideas que llegaban del exterior, recibía en su casa a viajeros extranjeros y gustaba de adquirir y leer cuanto se publicaba en lenguas para él inteligibles y que despertase su interés. Formó parte de algunas de las florecientes sociedades de Amigos del País y de la Real Academia de la Historia. Esta biografía nos ofrece además una oportuna lección: la historia no es como cada uno quiera, sino como los documentos puedan demostrar.