Crítica de libros

Jane no sabe qué ponerse

Las valiosas cartas de Austen revelan su mundo íntimo

Jane no sabe qué ponerse
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Los amantes de las novelas de Jane Austen están de enhorabuena por el reciente aniversario de los doscientos años de uno de sus libros más conocidos, «Orgullo y prejuicio», o por los volúmenes exquisitos como los que publicó el año pasado la editorial Alba, «Recuerdos de Jane Austen», de su sobrino James Edward Austen-Leigh. Pero hay que preguntarse cuándo no está de actualidad la gran escritora de Steventon. Estas «Cartas», que aparecen aora preparadas por la editorial asturiana dÉpoca, una casa especializada en la publicación de novelones decimonónicos, despiertan interés tanto por sentir la voz natural, directa y cariñosa de Austen como por todo lo que las acompaña: un gran apéndice de diverso material informativo y visual austeniano, más prólogos sustanciosos para cada una de las secciones, que corresponden con las localidades donde residió la narradora. Así, las traductoras Susanna González y Eva María González contextualizan el momento, el lugar y las personas citadas de cada epístola, y nos llevan a conocer la cotidianidad inglesa de provincias.

Esto tiene mucho más peso que lo literario, dado que Austen apenas se prodiga en comentarios que tengan que ver con sus libros. Son los chismes familiares, los bailes públicos o los asuntos de ropa lo que inunda un epistolario basado sobre todo en las cartas que envió a su hermana Cassandra, para quien ella era «una amiga que jamás podrá ser igualada». Pero esas nimiedades diarias que se contaron son cruciales, pues era lo que justamente Austen literaturizaba en sus obras, lo que alimentó sus inmarchitables ficciones.