Nativel Preciado: «Con la ‘‘beautiful people’’ comienzan las grandes y pequeñas corruptelas»
Nativel Preciado / Periodista y escritora. La autora analiza el origen del desencanto político en «Hagamos memoria», una crónica reflexiva y periodística desde la Transición hasta hoy.
La autora analiza el origen del desencanto político en «Hagamos memoria», una crónica reflexiva y periodística desde la Transición hasta hoy.
Uno va haciendo reflexión con las ideas y memoria con la vida. Al principio los hombres están hechos de tiempo. Sólo después descubren que el acontecimiento, la realidad, les ha convertido en testimonio más que en testigo. Nativel Preciado nos trae sus vivencias, la experiencia, que es una destilación de lo vivido, en un libro breve, pero enjundioso, rico en anécdotas, impregnado con la mirada reposada que ha ido adquiriendo en cuatro décadas de periodismo, de taquigrafía urgente. Lo ha llamado «Hagamos memoria» (Fundación José Manuel Lara) y es una condensación de su oficio, o sea del recorrido vital, porque al final nuestro retrato no es el pictórico, sino el que emerge de los trabajos y los días. Ha escrito estas páginas en conversación con un joven, porque la juventud siempre es curiosidad, anhelo de comprender, para mostrar que estos tiempos tan políticos no son tan nuevos como parecen en un primer vistazo, y que esta segunda Transición conserva reflejos de aquella primera, que, con anterioridad, el parlamento ya había sido ocupado por jóvenes insolentes y osados, que la estética del traje y el discurso provocador, que tanto comentario ha generado, ya había incomodado conciencias en el pasado, como sucedió con las americanas de pana de Felipe González, y que, antes del bebé de Carolina Bescansa, Carme Chacón acudió embarazada a un desfile militar. La autora, a la vez que nos advierte de todo esto, nos va haciendo el cronicón político de este país, el reportaje vivo de nuestro desencanto.
–¿Qué ha pasado esta vez?
–La democracia ha acumulado errores. Pero el reproche que se hace a los artífices de la Transición de haber hecho las cosas mal, no es cierto. Se hicieron lo mejor que se pudieron. No existía margen de maniobra para que todo fuera pacífico. Se hizo todo al límite de las posibilidades que existían, contando que los poderes fácticos marcaban su territorio. Lo que se hizo mal fue a posteriori, al no perfeccionar las deficiencias de la Transición. Los siguientes gobiernos tenían que haber profundizado en la democracia. Felipe González realizó una gran labor en sanidad, educación, pensiones, pero dejó de avanzar en pedagogía democrática, en las renovaciones que antes no se podían hacer, como la de los cuerpos y las fuerzas de seguridad del Estado y la Justicia, porque si se hubieran acometido, habría habido violencia.
–Y luego llegó la corrupción.
–Comenzó el despilfarro, los fastos, la corrupción, la falta de control político. Coincide bastante con la España del pelotazo. No sé si soy muy arbitraria, pero atribuyo mucha culpa del inicio de la corrupción a la «beautiful People». Ahí es donde comienzan las pequeñas y grandes corruptelas.
–La crisis ha subrayado el deterioro de las instituciones.
–En los momentos de euforia se hace la vista gorda, pero cuando la gente no puede vivir, tiene un hijo en paro y se la desahucia no soporta que otros vivan de forma desmesurada, robando, porque se sienten agraviados, como se ve en los «Papeles de Panamá». Ahora que pagamos impuestos, ves que existen dos baremos en la sociedad: los que tienen posibilidad de zafarse de la tributación, los poderosos y ricos, y los que no podemos. Los privilegios de aquellos son a costa de nuestros sacrificios. Así nacieron el 15-M y las protestas. La crisis es un terreno abonado para los populismos.
La entrevista es a las cinco de la tarde y coincide con la primera reunión entre PSOE, Ciudadanos y Podemos.
–Los políticos nuevos que ahora no llegan a acuerdos son los que critican la Transición donde personas de diferentes ideologías sí lo hicieron.
–El objetivo de la Transición era salir de la dictadura. Era un objetivo y estaba por encima de las diferencias y los sectarismos. Las personas no son mejores, las personas son mejores si la historia las obliga a ponerse a la altura. En la Transición muchos dejaron de ser sectarios y abandonaron los intereses partidistas por la democracia. Ahora no hay un objetivo común. ¿Cuál es? Cada partido tiene sus intereses y la crisis no se sabe cómo resolverla. La gente no llega a acuerdos porque no ve peligros inminentes. Por eso, el proceso se vuelve egoísta. En la Transición, o se llegaba a acuerdos o el proceso terminaba.
–Se critica la Transición sin mencionar a ETA.
–Es falta de experiencia política. No conocer los factores que había. El terrorismo condicionaba entonces la política. Todos los días había muertos y los políticos iban a entierros.
–Los políticos prometen una cosa y hacen otra. ¿Cómo afecta eso a la democracia?
–Es lo que desacredita a los políticos. Muchos piensan que no van a cumplir con lo que dicen. El primero que cometió este error fue Tierno Galván. La falta de consecuencia es demoledora y en política se paga caro, porque origina el desencanto de los ciudadanos respecto a la política. Muchos piensan que los políticos no resuelven los problemas y que no están a la altura. Esto desvirtúa el proceso democrático, porque luego llega cualquiera ofreciendo algo y la gente está tan quemada, que reacciona contra lo que ha visto. Piensan: «Los nuevos aún no nos han decepcionado».
–En su libro aparece Suárez.
–Comenzó siendo un político vulgar, pero al llegar al poder se dio cuenta de las exigencias de los ciudadanos. Mi idea es que la Transición la hicieron los profesionales de cada uno de los oficios, que empujaban en esa dirección. No se hizo porque un político tuviera una pizarra con un dibujo del plan, ni la hizo un Rey, ni Torcuato Fernández-Miranda, se hizo por la necesidad de la gente. Suárez cometió el error de rodearse de personas que lo traicionaron. Le atribuyo una generosidad que no tuvo en sus inicios. A medida que ejercía el poder y era consciente de lo que ocurría en España, se volvió un político muy generoso.
–Dice que en España se le ha dado a la monarquía un plazo de tiempo. Pero, el SMS que se ha filtrado de Doña Letizia no ha sido muy acertado...
–Eso fue un error, pero el Rey no ha cometido ninguno. Se está comportando de manera ejemplificante. Está haciendo la transición a la transparencia en la Casa Real. Se comporta exquisitamente respecto a sus atribuciones. Él dice que mientras la monarquía sea útil y no cometa errores, resistirá. Lo tiene claro. El Rey está renunciando a los privilegios, a regalos, al oscurantismo, al trato protocolario, es austero. Todo lo elemental para manternerse, porque hoy no hay ningún problema en echar a un rey, de hecho se le puede echar con más facilidad a una senadora aforada. La mayoría de la gente piensa que no sirve para nada, por eso intenta en ser útil.