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Agustín Fernández Mallo: «La red social más grande es la que une a los vivos con los muertos»

Publica «La forma de la multitud», obra premiada con el Eugenio Trías en la que analiza la condición del ser humano
Agustín Fernández Mallo publica "La forma de la multitud", obra con la que ganó el primer Premio Eugenio Trías
Agustín Fernández Mallo publica "La forma de la multitud", obra con la que ganó el primer Premio Eugenio TríasGalaxia Gutenberg

Madrid Creada:

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Somos quienes somos por lo que nos rodea. El entorno influye, nos amolda, marca unas directrices que asumimos por necesidad e, incluso, supervivencia. El ser humano es incompleto, y de ello es consciente el capitalismo en todas sus formas. En «La forma de la multitud» (Galaxia Gutenberg), que recibió el primer Premio de Ensayo Eugenio Trías, Agustín Fernández Mallo perfila los límites del ser humano y desvela los procesos crípticos que nos conforman a través de un análisis profundo, esclarecedor, y que cuando menos invitará a esa multitud dispersa a reflexionar.
¿Qué va a encontrar esa multitud en las librerías?
Cada uno recibirá el libro por su particular camino, porque tiene muchas puertas, lugares y derivaciones. Según el mundo personal de cada uno, lo va adaptando a sus propias vivencias. Espero que tenga buena recepción. Ya veremos.
Habla de individualidad, ¿pero en el libro no plantea una identidad colectiva marcada por los algoritmos?
Indico un paso más. La estadística clásica, la de hasta el siglo XXI, manejaba nociones que aglutinaban a muchos individuos y que hacían de todos uno solo. Hoy, precisamente a través de estudios algorítmicos y del Big Data, cada uno se elabora un perfil propio. Es algo individualizado, aunque provenga de una estadística. Resulta paradójico, porque a partir de una serie de datos que dejamos en redes, que son limitados y sesgados, crean una identidad mediante la que predicen cómo nos comportaremos en un futuro.
¿Tenemos una identidad fantasma que solo existe en la red?
Lo más novedoso es que no hay nadie a quien señalar con el dedo. Lo analizo en el libro: antes podías culpar de algo a una persona, una entidad o un Gobierno, pero los algoritmos funcionan de una manera tan compleja que se pierde el rastro. Es muy interesante desde el punto de vista antropológico, porque antiguamente el ser humano le ha echado la culpa de los males a dioses o al Estado, y hoy no sabemos a quién. Por otra parte, el mercado, el capitalismo, que es muy listo y sabe cómo salir de cualquier trance, saca réditos económicos de todas esas identidades fantasmas.
[[DEST:L|||El ser humano es incompleto, y por ello siempre está negociando con su entorno|||Agustín Fernández Mallo]]
¿Hasta qué punto los algoritmos se nos pueden ir de las manos y vernos afectados?
En mi obra pongo un ejemplo de cómo en 2018 una serie de bots que se usaban para hacer transacciones, que duran milisegundos y que el ser humano no puede manejar, provocó un cataclismo en las bolsas mundiales sin que nadie hubiera hecho nada. Esto ocurre muchas veces. Es una suerte de nueva naturaleza que cobra vida propia.
¿Y una naturaleza de la que nadie puede escapar?
Es imposible no estar ahí. Hay una parte en el libro que llamo «capitalismo antropológico», que no es más que los intercambios que el ser humano tiene con su entorno desde siempre. Mi idea en el libro es que el es incompleto, y por ello las personas siempre están negociando para obtener algo. Es esa imperfección la que nos hace avanzar.
¿La saciamos, por ejemplo, con los «likes» en redes sociales?
Por supuesto, pero no me quedaría solamente con eso. El mundo de las redes sociales es una manifestación más de esa carencia que queremos rellenar, pero también es lo que nos lleva a hacer poesía, teatro, teorías científicas... El capitalismo es una suerte de religión, porque se trata de una fe. Tienes un billete de 20 en el bolsillo y tienes fe en que vale 20 euros, por no hablar del dinero que tienes en el banco y nunca has visto. El capitalismo maneja una nueva fe donde vertemos nuestras ilusiones.
[[DEST:L|||El capitalismo maneja una nueva fe donde vertemos nuestras ilusiones es una religión|||Agustín Fernández Mallo]]
¿Y dónde empieza o termina la libertad de cada uno?
La libertad siempre está ahí, porque podemos decidir. No somos robots, tenemos la posibilidad de cambiar las cosas.
El libro acaba con capítulos dedicados a la guerra: ¿tendemos a caer en el enfrentamiento?
No todo lleva a la guerra, sino que la analizo, pues el volumen habla de que el ser humano siempre está simulando lo que no es. En una batalla tienes que desaparecer, de ahí el camuflaje. Y me interesa para hablar de otras cuestiones. Hay una frase en el mundo militar que dice «teatro de operaciones». En realidad, la guerra y el teatro nacieron al mismo tiempo, cuando se decidió que unos lucharan y otros observaran.
Ahora somos espectadores de varias guerras.
Ahora todos somos espectadores, porque estamos conectados con alguien que murió en alguna guerra. La red social más grande que jamás haya existido no es la internauta, ni Facebook ni Twitter, sino la que une a los vivos y a los muertos. Y eso es importante. Establecemos una economía con los muertos en guerras a través de recuerdos u homenajes... tristemente, se intenta sacar rédito.