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Reyes Calderón: «Escribo de noche, cierro los ojos y me veo asesinando»

En su nuevo thriller, «El juego de los crímenes perfectos», la escritora toma el Palacio de Hielo durante la pandemia como punto de partida
Enrique CidonchaLa Razón

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En la morgue del Palacio de Hielo, en el interior de un ataúd que debería ser de una anciana, hay un hombre con traje a medida y Rolex de oro. Algo no encaja, y no es un error de clasificación, sino el punto de partida de un thriller «que contiene suspense, persecución policial, psicología, y que es adictivo». Así lo define su autora, Reyes Calderón, quien en «El juego de los crímenes perfectos» (Planeta) ha tomado la pandemia como escenario clave para narrar su nueva aventura. La autora asegura que «la imposibilidad de hacer autopsias por la pandemia era el momento más oportuno para plantear un crimen y que pasara inadvertido».
¿Cuándo hay distancia suficiente respecto a una desgracia real para llevarla a la ficción?
Cuando ocurren ese tipo de situaciones, una de las formas de quitar la tensión es hablar de ello. Al compartir esos sentimientos, parece que el dolor se reduce.
¿Qué emociones comparte en la novela?
He tratado de escenificar, con bastante verosimilitud porque he pasado bastantes horas hablando con sanitarios, lo que es el ecosistema de un hospital. Los pacientes lo vemos desde otra perspectiva, pero desde el punto de vista interno es bastante más desconocido de lo que podríamos pensar. En la novela, el único punto que tienen todas las víctimas en común es que les ha tratado la misma médico.
¿Vivió la pandemia desde la perspectiva del paciente?
He vivido una situación diferente a otras personas. Tengo tres médicos en la familia, y he visto los sentimientos que tienen que superarse, porque tenían que atender a otros aún estando muertos de miedo. El personal sanitario son unos héroes que han cerrado los ojos a lo suyo para dedicarse a los demás. Pero ha sido muy duro para ellos, no somos conscientes de cuánto.
¿Encierra la trama algún tipo de reivindicación en este sentido?
Sí. Tenemos una sanidad en España, tanto pública como privada, extraordinaria. Pero aparte de tener medios y edificios, hay grandes profesionales, y gracias a eso estamos superándolo.
¿Cambiaría algo?
Un médico está 6 años estudiando una carrera muy intensa, después se prepara un examen durísimo como es el MIR y después 5 años de una especialidad. Están muy bien formados y tienen unos salarios pequeñísimos. Muchos de ellos tienen que vivir a base de hacer guardias. Eso habría que repensarlo.
¿Es complejo crear un personaje que sea un criminal?
Me lo tengo que hacer mirar, porque para mí es natural. Yo escribo de noche, cierro los ojos, y me veo asesinando. Soy bastante observadora, muy detallista, y cuando veo el personaje, no tengo ninguna dificultad para meterme en él. Al revés, disfruto enormemente.
¿Qué aprende metiéndose en la mente de un asesino?
Que gracias a Dios sigue habiendo gente extraordinaria. En una esquina hay asesinos, pero en la otra hay gente tan normal, tan buena. Eso también lo hemos visto en la pandemia. Salgo esperanzada de las novelas porque cuando veo el negro lo veo sobre blanco, y hay mucho más blanco que negro. Cuando hemos salido de este susto, tenemos más ganas no solo de viajar, sino de aprovechar el día a día, porque hemos estado dudando de que tuviéramos otro delante.
¿Cómo se hace un crimen perfecto?
Los psicópatas son incapaces de ponerse en la posición de los demás, pero son muy narcisistas. Se sienten artistas y quieren ser admirados por su arte, pero no que les pillen. Entonces el mayor sueño de una persona con esta patología es el crimen perfecto, poder mostrar algo sin que le vayan a pillar. Jugar con la policía, por ejemplo, es una de las cosas que más les estimulan.
¿Cuál es el principal conflicto humano que se refleja en la novela?
No podría decirte uno, porque creo que es multifacético. Por ejemplo, en circunstancias como esta el amor surge muchas veces del riesgo, están muy unidos. Y ante situaciones como una pandemia han surgido un montón de sentimientos que teníamos escondidos o que habíamos olvidado. Hemos salido todos queriendo aprovechar la vida.
Desde su experiencia escribiendo thriller, ¿cómo ha evolucionado el género?
Se ha ido haciendo un hueco en la literatura. Las novelas han mejorado porque los lectores han mejorado, y la capacidad de asombro del ser humano es infinita. Quizá no lo sea tanto nuestra capacidad de creatividad, pero sí, tenemos todavía para mucho.