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Mafia en la ópera italiana: El “Corriere della Sera” se hace eco de la denuncia de LA RAZÓN

El periódico italiano ha citado en unas de sus páginas un artículo de Gonzalo Alonso donde el columnista de LA RAZÓN denunciaba posibles corruptelas en varios teatros de ópera en Italia.
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El periódico italiano ha citado en unas de sus páginas un artículo de Gonzalo Alonso donde el columnista de LA RAZÓN denunciaba posibles corruptelas en varios teatros de ópera en Italia.
El “Corriere della Sera” se ha hecho eco de un artículo de Gonzalo Alonso en el que el columnista de LA RAZÓN denunciaba hace unos días la existencia de posibles corruptelas en varios teatros de ópera en Italia. Y es que todo el país anda muy revuelto con este tema...
Testimonios de casos de supuestas estafas a los artistas por parte de agentes artísticos han hecho saltar las alarmas sobre diversos teatros italianos. «Conozco el método denunciado por el regista Henning Brockhaus, me pasó lo mismo en Astaná». Así contestó Giancarlo del Monaco al diario «Cronaca di Torino» en una entrevista sobre las razones de su nombramiento, finalmente no efectivo, como director del Teatro Regio de Turín.
El método al que hace referencia Del Monaco no sería exclusivo de Italia, donde, como ocurre en otros países, varios teatros son casi manejados por agencias artísticas: directores incompetentes acuden a sus agentes de confianza para la planificación artística, una confianza que excedería los límites de lo ético como atestiguan los casos declarados por los directores de escena Brockhaus y Del Monaco y el cantante Carlo Colombara. Entre las prácticas de estos agentes se diferenciarían tres estrategias: la firma del caché del artista sin que éste llegue a ver nunca el contrato; la renegociación con el artista del caché de éste alegando que el teatro no pagaría la cifra exigida, una diferencia que se quedaría el agente y las comisiones que los agentes abonarían de «extranjis» a los directores artísticos de los teatros por su colaboración.
Colombara estalló con una publicación en una de sus redes sociales, denunciando que su ausencia en los teatros italianos es consecuencia de la corrupción en la dirección de los mismos. El bajo alegó no haber cantado en el teatro de su ciudad, Bolonia, desde hace 21 años por no aceptar sobornos e insistió en la necesidad de sacar el fraude a la luz para ayudar a sus compañeros y prevenir a las nuevas generaciones.
Colombara publicó su texto siguiendo la estela de Brockhaus y Del Monaco. El primero, director de escena alemán, declaró a «La Stampa» de Turín haber sido amenazado por el actual director del Teatro Regio, William Graziosi, quien le impuso un contrato con el agente Alessandro Ariosi. Si no lo firmaba, se le inhabilitaría para trabajar: «Me ofreció un contrato con el agente Ariosi, con quien yo no tenía ninguna relación, y si no lo hubiera aceptado, habría arruinado mi carrera». La tensión se remonta a los años en los que Graziosi trabajó en el Teatro de la Ópera de Astaná, capital de Kazajstán. Del Monaco también firmó una producción en Astaná durante la dirección de Graziosi y en «Cronaca di Torino» relató cómo se sintió estafado con sus honorarios.
Aunque Graziosi ha reafirmado su inocencia y Ariosi habría presentado una demanda, Del Monaco declaró haber sufrido en 2017 otra situación similar cuando la alcaldesa de Turín, Chiara Appendino, le aseguró la dirección artística del Teatro Regio. Desbancado de su puesto como director sin ninguna explicación y en aplicación errónea de la Ley Madia, apareció el nombre de Graziosi. Coaccionados por las agencias, los artistas silenciarían esta situación que, en palabras de Colombara, están «masacrando el teatro». ¿Dónde está la verdad? ¿Estará sucediendo algo así en España sin que se hable de ello?