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Miriam Díaz-Aroca: «Los micromachismos alimentan futuros maltratadores»

El Teatro Nuevo Apolo de Madrid celebra hoy una gala solidaria contra el maltrato y la violencia de género en la que ella es maestra de ceremonias.
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  • Elena Barrios Manzano (Madrid, 1972) estudió periodismo en el CEU Juan XXIII de Madrid. Realizó el Máster de Periodismo Profesional de ABC e inició su carrera en ese medio. En 1998 se unió al equipo fundacional de LA RAZÓN. Actualmente desempeña el cargo de redactora de EGOS en LA RAZÓN.

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El Teatro Nuevo Apolo de Madrid celebra hoy una gala solidaria contra el maltrato y la violencia de género en la que ella es maestra de ceremonias.
Hace un año nació «Elígete, dale a la vida», un proyecto escénico dirigido y producido por Miriam Díaz-Aroca en el que se mezcla ficción y realidad en formato teatro-fórum contra los maltratos y la violencia de género. El propósito, según la actriz, es «sacudir conciencias y contagiar la necesidad de pasar a la acción por parte de las víctimas y del entorno socio-familiar». Hoy, para celebrar ese aniversario, el Teatro Nuevo Apolo de Madrid acoge una gala, sin ánimo de lucro, con la participación de hombres y de mujeres porque «la violencia de género no es una guerra de sexos, sino una causa común».
–¿Cómo llega a sus manos el proyecto «Elígete»?
–Es algo que yo creo a partir de un texto maravilloso del escritor y dramaturgo Juan Carlos Rubio que en una ocasión defendí para una jornada de monólogos. Me impactó tanto su profundidad y trascendencia que pensé en que algún día tenía que darle más visibilidad. Y ese pensamiento quedó flotando en el aire hasta que la vida me fue poniendo en contacto con mujeres que habían estado dentro de un proceso de violencia de género y con algunas que todavía estaban. Sentí la necesidad de hacer algo por ellas y recordé que tenía ese texto de Juan Carlos y decidí hacer un proyecto escénico en el que se mezclaran ficción y realidad: la ficción con la lectura dramatizada y la realidad con los testimonios reales de mujeres, algunos de los cuales me han llegado de forma anónima y otros presencialmente.
–¿Y cuál fue el resultado tras la gira del año pasado?
–Desde el día de su estreno, el 13 de junio del año pasado en el Teatro Bellas Artes de Madrid, y posteriormente con la gira, sentí una satisfacción enorme en cuanto a la reacción del público. Percibí que movía muchos corazones. El problema de la violencia de género y de los maltratos es que se normalizan y si a ello le sumas un cóctel de miedo, vergüenza, del qué dirán, de ridículo o de temor a perder un estatus social el resultado es que la gente se resigna y sigue sufriendo. Los maltratos no tienen por qué llegar a ser golpes para serlo tales. En «Elígete» ofrecemos muchas herramientas para que la gente se dé cuenta y salga de ahí.
–¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir?
–Sobre todo que cuando una decide por sí misma es cuando la vida empieza a cambiar. No hay otra manera de hacerlo. Eso y concienciar de que hay muchas herramientas esperando fuera para sostenernos, protegernos, asistirnos y cuidarnos.
–¿Qué queda por hacer?
–Todavía mucho. Se necesita un poco más de inmediatez a nivel de asistencia pero, al menos, los mecanismos que se han creado para atención a las víctimas son cada vez mayores y están más perfeccionados. Hay que seguir trabajando y, por encima de todo, educando y reeducando. Ofrecer patrones que nos permitan identificar qué tipo de sintomatología es la de un maltratador, sólo así seremos conscientes de que podemos estar metidos en un proceso de violencia de género. Estos procesos son lentos, no ocurren de un día para otro, y ese es el problema: que se acaban normalizando aún siendo conscientes de que sufrir no es lo normal.
–¿Acabar con la violencia machista es tarea de todos?
–Es una responsabilidad general. Los padres como referentes educativos de nuestros hijos debemos de estar muy pendientes de cómo nos expresamos y comunicamos delante de ellos para que copien patrones buenos y constructivos; y a nivel educativo, gubernamental y social, porque hay que revisar esos micromachismos que están inyectados en nuestra cultura y que se reproducen como normales pero que alimentan un futuro patrón de maltrato.
–¿Cuál es la fórmula para ponerle freno?
–No tengo fórmula pero sí una determinación: elegirme por encima de todo para salir del abismo. Sólo depende de uno mismo, ¿cómo?, abriendo los ojos y no quedándose en el silencio, en la culpa, en la queja o en la vergüenza.
–¿Hay más violencia ahora o es que se denuncia más?
–Mi percepción es que la violencia de género se visualiza ahora más al haber más información y más campañas informativas.
–¿Se siente respaldada por las Administraciones?
–Me siento muy arropada tanto por la Comunidad de Madrid como por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género como por las Consejerías de Educación y de Sanidad.
–¿Qué opinión tiene de la música reggaeton y sus letras machistas?
–Son terribles. Si te fijas en el mensaje que transmiten sus letras es para echarse a temblar. Además van calando en la mentalidad de los jóvenes por su ritmo pegadizo y ellos normalizan el mensaje machista que transmiten.
–¿Cuales son sus proyectos más inmediatos?
–Alimentar y desarrollar la Fundación «Elígete», actualmente en proceso de constitución, para afrontar proyectos de prevención a nivel educativo con talleres, conferencias y ponencias. Además, en octubre comienzo el rodaje de una versión actualizada de «La casa de Bernarda Alba», que forma parte de la trilogía dirigida por Emilio Barrachina. El año pasado rodamos «Yerma» y este otoño vamos a por la segunda entrega.