Crítica de Clásica

Concierto de Navidad de la ORCAM: Claridad diáfana

Una imagen del Auditorio Nacional de Música
Una imagen del Auditorio Nacional de MúsicaCNDMCNDM
Obras de Vaughan Williams, Saint-Saëns, Paús, De Liguori y Leontovych; y villancicos populares. Solistas, Coro y Orquesta de la Comunidad, Grupo de percusión A tu ritmo, Coro Abierto. Director: José Miguel Pérez Sierra. Auditorio Nacional de Madrid. 23-XII-2021

Se estrenaba una obra de Ramón Paús, «Cantata sobre fondo Alborán», encargo de 2019 de la Consejería de Cultura de la Comunidad y que ha tenido que esperar un tiempo por las razones sanitarias que conocemos. En ella el compositor castellonense da nuevas pruebas de su oficio y también de su inspiración empleando un lenguaje ecléctico, resumidor y claro, en el que no faltan oportunas disonancias, pasajes agrestes alternados con otros melódicos de buen cuño, polifonías bien organizadas y explosiones acertadamente medidas. Hay sutilezas y toques atmosféricos, también llamadas a una expresiva interiorización a lo largo de las tres partes, con frecuencia intercambiadas, en las que se divide la obra, que ilustra dos poemas del libro «Leve sangre» de Jeannette L. Clariond y uno de Daniel Sarasola. La potente escritura de Paús nos llega muy directa y contundente. El primer poema, «Amé creyendo en el abandono», comienza con una amplia frase de la cuerda repetida enseguida por el Coro. Se suceden pasajes vivamente contrastados y se da paso a una suerte de marcha que nos conduce a una repetición de los primeros versos del poema.

«Nadie dirá nada de la luz» es el título del segundo texto, que se inicia con un aire curiosamente debussyano y nostálgicas vocalizaciones. Tras unas largas y líricas frases, surge, inopinadamente, una especia de danza, o danzón, con redobles de caja, una música nerviosa que no nos casa demasiado con el poema. Más tarde escuchamos una salmodia vivamente contrastante. El verso «el rojo horizonte al abrirse el final» cierra el fragmento al que sigue sin solución de continuidad el poema de Sarasola «A este insolente joven sepulto en mí», que se inicia con un recitativo y ofrece a continuación un desarrollo variopinto con abundantes contrastes, pasajes disonantes y excelente factura. Momentos que nos traen a la memoria obras pretéritas del recientemente desaparecido García Abril.

Obra de fácil escucha, amena, muy propia del estilo del autor, que fue muy bien expuesta por la amplia y clara batuta de Pérez Sierra, al que vemos estupendamente asentado en el podio. Propiedades que contribuyeron a que el resto del programa quedara bien expuesto y construido. Tras la conocida «Fantasía sobre Greensleeves» de Vaughan Williams, bien dibujada, se nos ofreció el transparente «Oratorio de Navidad» de Saint-Saëns, obra de juventud sin recovecos, diáfana.

Cinco miembros del Coro actuaron con gran dignidad como solistas: Vilma Ramírez, soprano ligera cristalina no siempre templada; Julieta Navarro, «mezzo» de buena materia, de tinte algo nasal; Paz Martínez, contralto de atractivo color algo apagado (en realidad es una «mezzo»); Igor Peral, tenor valiente y decidido, de emisión un tanto áspera y con toques de nariz, y Fabio Barrutia, barítono lírico (que no bajo), de cálido timbre. «Tu scendi dalle Stelle» de Liguori, «Villancico de las campanas» de Leontovych y los populares «Adeste Fideles», «Campana sobre campana» y «El Tamborilero» y «Pastores venid» de Colomer pusieron fin a la festiva sesión, muy bien acogida por el respetable. En la parte final intervinieron el Grupo de percusión A tu ritmo, integrado por enfermos mentales, y el Coro Abierto, compuesto por discapacitados intelectuales, que prestaron gozosos su colaboración.