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Rozalén, la voz del compromiso social

La artista visibiliza en “Agarrarte a la vida” la salud mental y el suicidio, cuestiones sociales de necesaria atención y que nos afectan a todos
FERNANDO VILLAREFE

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Un filtro de Instagram, un «like», un comentario en una publicación de redes sociales o incluso la ausencia de él, pueden llegar a arruinar la vida de una persona. Asegura Pedro Jara, especialista en Psicología Clínica, que existe «una cultura patógena, que es la del éxito, la competitividad, la imagen, que puede generar ansiedades, depresiones o el suicidio». Por ello, el experto celebra que «es una maravilla que salgan fuerzas culturales que lo contrarresten», y se refiere a una canción que acaba de lanzar quien fuera su alumna en Psicología: María Rozalén le canta en «Agarrarte a la vida» a todas las víctimas del suicidio, pero también a quienes lo intentan y sobreviven, así como, y quizá de una manera más especial, a quienes están alrededor de quien lo sufre.
Rodeada de expertos en la materia –además de su profesor, acompañaban a la artista José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, y Magdalena Pérez, experta en Psicología Clínica–, Rozalén explicaba ayer a los medios de comunicación que «desde hace años recibo mensajes pidiéndome que escriba sobre el suicidio, pero desde que estudiaba Psicología era algo que me costaba comprender, y aún hoy no lo entiendo del todo. Huía de él, pero han sido varias las señales que me han hecho componer este tema». Ante esto, si Rozalén ya removió a su público con «La puerta violeta», canción en la que lanza un mensaje de aliento y apoyo a las víctimas de la violencia de género, ahora toma su sensibilidad y potencia como autora para emocionar a través de «Agarrarte a la vida»: «En ella hablo sobre lo que creo que está sintiendo esa persona que tiene la idea del suicidio, y también sobre lo que una persona que le quiere le diría. Leyendo cartas suicidas y reflexiones de personas que han sobrevivido, me he dado cuenta de que no estamos lo suficientemente educados para acompañar a gente en un tránsito así», explica Rozalén. En este sentido, Jara reivindica que «hay una excesiva patologización e individualización de estos problemas, por ese eterno mito de que hablar de suicidio provoca un efecto contagio. Pero es un tema que nos interpela a todos, es una cuestión social como la pobreza o la prostitución, y no siempre tras él hay trastornos detectables».
La periodista Sara Carbonero, que presentó y coordinó el encuentro, ofreció el dato oficial de que cada año en España se suicidan 4.000 personas. Una cifra que, según matizó Luengo, está incompleta, pues este problema «está infradatado, son muchas más las personas que se quitan la vida pero que por determinadas circunstancias no quedan registrados». En este sentido, reivindican tanto el Teléfono de la Esperanza, que lleva 50 años atendiendo al dolor de miles de personas, como la fuerza de la creación de Rozalén como «una canción realmente sanadora», asegura Pérez. Con esto, tal y como canta la artista en este tema, «solo tú puedes jugar a ser Dios»: «Fue la frase con la que más dudas he tenido, y lo he hecho todo con miedo a generar culpa y responsabilidad, pero quiero decir en ese verso que cada persona tiene la última palabra, algo que no es malo y puede aliviar a quien se queda».

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