Entrevista

David Bisbal: «No siempre soy optimista, no soy un ‘‘máquina’’ en ese sentido»

Es un enamorado de lo que le hace feliz, y lo celebra lanzando «Me siento vivo», álbum con 12 canciones y nuevos sonidos

A David Bisbal le envuelve una indiscutible energía positiva. Más allá de lo que veamos en redes, es un artista cercano, que sonríe tras cada respuesta, y que a la vez que, asegura, disfruta cada minuto del presente, trabaja incansable en su voz, su música y sus proyectos. Pues, tal y como transmite con su nuevo disco, Bisbal está en el aquí y el ahora: mañana lanza «Me siento vivo», álbum de 12 canciones, de nuevos sonidos y de poner en valor, de nuevo, el amor hacia los suyos y, por qué no, a sí mismo.

¿Cuál es la clave para sentirse así de vivo?

La paz de saber que estás bien, no solo a nivel laboral, sino también sentimental, con la familia o los amigos. Llegas a una parte donde te sientes más preparado para alcanzar tus metas, hace que todo ruede a favor. En el día a día puede haber cosas que te hagan tropezar un poco, pero siempre tienes la oportunidad de volver a levantarte, y al final vas a estar mucho más fuerte que la vez anterior.

Para ello, hay que contar con algo que te asegure esa nueva oportunidad.

El tiempo te hace mejor profesional y vivir experiencias que te hagan estar más preparado. Hace poco leí una frase que decía que si tropiezas dos veces vale, pero si hay una tercera es lo que has elegido tú. Creo que estos 20 años me han dado las suficientes herramientas como para poder sobresalir y sentirme vivo.

¿Ha tenido terceras piedras?

Por supuesto, pero muy pocas veces porque he aprendido la lección.

¿Cómo hace para confiar en sí mismo?

Tengo amigos y amigas que me ayudan mucho, y no tienen nada que ver con la música. Son personas que sabes que nunca te van a fallar. Es importante confiar en uno mismo y recibir los valores de la gente para poder sacar la mejor versión de ti.

Canta en«Plan perfecto» que «aprendo más de las heridas que de los consejos», ¿no es su caso?

Según qué consejo. De las heridas se aprende mucho, porque evidentemente sabes qué hacer para que no te vuelvan a herir en el mismo lugar. Las canciones no siempre son autobiográficas. Este tema me gusta mucho personalmente, porque es un tema muy funkero. Nos concentramos mucho en la parte musical, en los bajos, las baterías, las guitarras... Esta es una canción que queríamos, sobre todo, que la gente se viese reflejada, que fuese una historia que otro también pueda vivir.

Hay sonidos nuevos en el disco, como en «Ajedrez» o «Tengo roto el corazón». ¿Cómo los define?

«Ajedrez», por ejemplo, es un pop noventero u ochentero. Tiene unos drums electrónicos que me encantan. En los directos he alucinado, porque me ha funcionado muy bien. Ese pop está muy presente en el disco, hay mucho funk.

En la gira ha ido presentando estas canciones, ¿le afecta la instantaneidad que vive el mundo de la música?

Estaba indeciso sobre eso, pero me ha parecido un regalo para la gente. Me ha gustado, porque le ha dado un toque de frescura al repertorio, y es algo completamente nuevo para mí, jamás he cantado nada inédito en los conciertos. Desgraciadamente, hoy un disco lo lanzas y ya todo el mundo lo tiene en las plataformas. Antes los íbamos descubriendo poco a poco. Entonces, si un álbum se ha convertido en una forma de promocionar tus giras y tus proyectos, ¿por qué no cantar los temas antes de tiempo?

Si cambia la estrategia, ¿cambia el artista?

Es muy interesante, porque cuando estás en la grabación estás pensando que lo tienes que hacer perfecto, porque esa voz se va a quedar grabada para toda la vida. Después, en el concierto, pasa lo contrario. Es como si de un juego se tratara, cantar lo más parecido posible, porque tienes que tener en cuenta que seas canciones solamente las has interpretado una vez. Ese reto es espectacular, me encanta.

Es bastante optimista.

Miro las cosas desde la parte positiva, y si hay algo negativo trato de convertirlo. No siempre se logra, no tengo la varita mágica ni soy, como ahora está de moda, un «máquina» en ese sentido. Pero hay que trabajar ese empujón de decir venga, nosotros podemos, vamos a disfrutar, esto va a salir sí o sí.

El amor es tema fijo en sus discos, ¿cree en él?

Por supuesto. No sé si seré antiguo, pero creo que el amor no pasará de moda. Soy un enamorado de la vida y de todo lo que me produzca felicidad.

En un momento de estabilidad profesional y personal, ¿se siente alerta?

Por supuesto, pero sin pensar mucho. El ser humano es experto en pensar en el pasado y el futuro, pero no se concentra en el presente. Hay que estar alerta, pero si vives un momento extraordinario, tienes que ser inteligente en ese sentido.

Le imagino dirigiendo un curso de salud mental.

(Ríe). Siempre me ha gustado mucho la psicología y tratar de ayudar. Valoro mucho a las personas que hacen ese trabajo, porque es extraordinario. Hay tutoriales en YouTube con gente muy válida que da consejos diarios. Todos deberíamos tener esas herramientas para que nos vaya mejor.