Crítica

Limpieza y donosura

Crítica de clásica. Obras de Brahms, Schumann y Mendelssohn. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director y pianista: Christian Zacharias. Auditorio Nacional, Madrid, 6-II-2017.

La Razón
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Zacharias (India, 1950) en muchas ocasiones, como en la presente, actúa por partida doble y así podemos disfrutar de su toque nítido, su fraseo bien compuesto, sus ataques precisos y su sobrio aliento poético como teclista, a la vez que sus brazos amplios y elásticos y su gesto insinuante va poco a poco encauzando el fluir sonoro del «tutti». Lo comprobamos en una limpia ejecución, no exenta de fulgor, de «Introducción y Allegro appassionato op. 92».

En los líricos meandros de esta obra de 1849, tan emparentada con el famoso «Concierto en la menor» del autor,, supo penetrar Zacharias, que logró de la cuerda y de las trompas un excelente sostén para que el teclado dialogara y correteara libremente en todos los registros. Como lo hizo a solo el pianista, que interpretó previamente, «dada la brevedad del programa», «Fantasiestücke op. 111» del propio Schumann. El cálido e íntimo fulgor de las tres piezas nos fue dado con mesura y recogimiento, con finura y dedos ágiles. Ágil fue la versión límpida, bien acentuada, de elevada y minuciosa construcción, que escuchamos de la «Sinfonía nº 3», «Escocesa», de Mendelssohn, que empezó de manera poco contemplativa. Enseguida, sin embargo, pudimos seguir el canto bien dibujado de los violines, los acentos traviesos, el juego atmosférico y exacto del brioso «Scherzo», el desarrollo melódico de los arcos en el «Adagio» y el vertiginoso comienzo, vital y arrostrado, del «Allegro guerriero», con pleno dominio de los «sforzandi”. El «Maestoso» final dio cima a una recreación de altura, en donde Zacharias, en una de las mejores actuaciones que le recordamos, mostró una notable pericia y efectividad. La misma con la que supo explicar con un coro muy entonado y una orquesta que hizo unos de sus mejores conciertos.