Mónica Naranjo: «No veo el telediario porque me muero del asco»
Moníca Naranjo /Cantante. Acaba de alcanzar el «Número uno» de las listas de ventas con «Lubna», una especie de ópera rock conceptual basada en un argumento fantástico: un personaje femenino emerge del mar y se presenta como justiciera cuando el mal se hace insoportable
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Acaba de alcanzar el «Número uno» de las listas de ventas con «Lubna», una especie de ópera rock conceptual basada en un argumento fantástico: un personaje femenino emerge del mar y se presenta como justiciera cuando el mal se hace insoportable
Ni ella misma se lo esperaba: el vídeo del primer sencillo de «Lubna», el nuevo disco de Mónica Naranjo, alcanzó los 3,5 millones de visitas. Las firmas de discos de la presentación se prolongaron durante 10 horas en Madrid y 11 en Barcelona. «Yo ya no necesito sacar un disco para ir de gira, no me hace falta. Si lo he publicado es porque era un material muy especial para mí», aclara la cantante, sobre un proyecto casi mitológico. Lubna (que en árabe quiere decir, por lo visto, «pura como la leche») es un personaje de ficción que emerge de las profundidades marinas encarnada como la justicia divina cuando los hombres la necesitan. Naranjo aparece en la portada del disco («sin Photoshop», aclara) como ese personaje. Y es que tiene ganas de justicia.
–Un disco ambicioso.
–Me enamoré con la historia, los personajes y los protagonistas porque es la realidad que nos rodea. Nunca había musicalizado un libro y nos decidimos a intentarlo. Después de un trabajo de introspección hicimos tres cortes. Y la cosa fluía y lo acabamos.
–¿Está satisfecha?
–Ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida. La vida te lo pone delante y tratas de hacer algo distinto, movida por la curiosidad y las ganas de probar.
–¿Le hacen falta estímulos especiales para seguir?
–Hay quien saca discos con la excusa de hacer una gira y no es mi caso. Desde «Tarántula» llevo cinco seguidas. Pero ahora no tengo energía para hacer una gira. Mi ilusión es llevar el proyecto a todas partes.
–¿Se ha vaciado?
–Yo tengo un pacto con Sony, mi casa de discos, sobre una idea romántica mía, porque soy un poco gilipollas. Siempre me mandan el primer disco que sale de fábrica, es algo que me gusta. Y cuando sostuve este álbum experimenté una enorme sensación de vacío. Y agotamiento.
–¿Por qué ?
–Me ha removido mucho por dentro. Me afecta todo mucho, a veces me gustaría ser una piedra, pero no puedo. Me he metido en los personajes, en la manera de sentir y de pensar, ha sido muy intenso. Tuve que preparar a todos los personajes y hacer un enorme trabajo de textos. Los letristas somos unos desgraciados y nos tenemos que adaptar a unas pocas líneas.
–¿Cuál es la historia?
–Mira, yo no puedo ver el Telediario porque me muero de asco. Ya sé que hay cosas malas que pasan, pero no sé... ¿Cómo es posible que ocurran algunas de ellas? ¿Cómo es posible que un señor haya matado a un bebé tirándolo por la ventana? ¿Y ahora qué? ¿Vamos a mantener con nuestros impuestos a ese hijo de puta? ¿De verdad vamos a hacer eso? Yo creo que no. Se lo deberíamos entregar a la familia y que hagan con él lo que se merece. Pues Lubna es eso, es justicia divina.
–Hombre, suena un poco dramático. ¿No podemos esperar justicia terrenal?
–Es una metáfora de lo que es la vida. Dicen que existe el cielo y el infierno en otra vida pero no es cierto. Puede ser bonito decirlo, pero en realidad, depende de donde te toque nacer, vives en el cielo o en el infierno. Yo pienso que si eres un desgraciado o una mala persona, te espera por delante un purgatorio en vida. Si eres buena persona, te sucederán cosas negativas, porque son inevitables. Pero si eres un desgraciado terminarás solo como un perro.
–A la gente buena le pasan también cosas terribles.
–Sí, pero son desgracias. Cosas inevitables. Pero una persona que es mala, que sólo le gusta el dinero y vende a su madre por él, al final termina sin dinero. La vida les da donde más les duele. Yo comento esto con un amigo sacerdote. Y me dice que la peor de las personas antes de morir quiere un cura. Porque tienen miedo.
–¿Usted es creyente?
–Yo sí, pero no practico ninguna religión. Pienso que Dios es todo lo bonito que nos rodea. Es cada uno de nosotros. El ser humano puede ser maravilloso, pero tenemos que creérnoslo.
–Entonces no nos haría falta una justiciera como Lubna.
–Efectivamente. Ella emerge del mar, pero en realidad no quiere hacerlo.
–Pues tiene trabajo que hacer en España.
-(Risas) Un poquito... pero soy de las que piensan que hay más buena gente que mala.
–Todo esto me parece una tragedia.
–No, porque hay una esperanza. Algunos me dicen que el disco es un poco oscuro, pero la luz sólo puede verse en la oscuridad. Yo le pido a todo el mundo que no escuche el disco en un coche o haciendo otra cosa. Que lo escuchen a propósito, que se metan en la historia. Porque ahí es donde el disco hace su trabajo.
–¿Además tiene un efecto?
–Me gusta creer que sí. La gente me han contado cosas misteriosas. Creo que remueve por dentro, porque todos tenemos una caja de Pandora y es inevitable que algo te la abra y revivas cosas que creías enterradas.
–Madre mía, y la gente sigue pensando que usted es «la del Sobreviviré».
–Todos los seres humanos tienen sus etapas. Nos abrimos a la vida y yo no tengo miedo de seguir haciéndolo.
–¿No se cansa de la misma canción?
–No, porque la gente usa mi música como una banda sonora y es inevitable
–¿Le queda ilusión?
–Tanto en la música como en la vida.
El lector
Mónica Naranjo es una ávida lectora pero, como confiesa: «Todo me afecta mucho. Y si leo la prensa me convierto en una vinagres de la mala leche que me entra (ríe)». Aunque alguna vez cae en sus manos un diario, explica: «Procuro mantenerme alejada de la posibilidad de una sobredosis de noticias negativas, aunque sé que la información es muy necesaria».