Música

Sonido crudo con patatas para Venturi

Lanzan «Comida Rápida», álbum que suena a punk rock y que funciona como radiografía de un grupo de amigos

Grupo Musical Venturi ©Gonzalo Pérez Mata
Grupo Musical VenturiGONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Morder una hamburguesa, llenar la boca con patatas fritas, y mucho kétchup, que chorree. Un buen refresco para lubricar lo ingerido, y al siguiente bocado. Devorar grasa en tiempos de «foodies» es como hacer punk rock en la era del perreo: original y necesario. No son, pese a la gula, pecadores, aunque en Venturi no rechazan la lujuria. «Somos disfrutones», acotan, «cuatro piezas simples que encajan bastante bien, sin virtuosismo pero con personalidad, porque somos muy amigos desde siempre». La banda está compuesta por Daniel Durán (voz), Carlos Pérez (bajo), Jonás Batuecas y Lucas Olazábal (ambos batería y guitarra). Cuatro chavales que se rinden a la comida rápida para hacer una música aún más veloz: «Va un poco relacionado con el momento que vivimos ahora, que va todo rápido, y nuestros temas son directos y cortos», apunta Olazábal. Sus gustos se trasladan al punk que llegó en los 80 para derribar el rock virtuoso de la década anterior, y para potenciar la canción sintetizada, la que se reproduce para agitar, remover y calar de una sola vez, sin rodeos. Así lo demuestran en las 10 canciones –no sobrepasan los 3 minutos– que publican en su tercer álbum, «Comida rápida».

En el segundo, «No puede ser peor», el grupo ofrecía solos de guitarras más prolongados, se extendían en las partes instrumentales, pero «nuestro productor, Carlos Hernández, nos enseñó a cortar las partes que no aportaban», añade Olazábal. Van, por tanto, al grano, y se adaptan al consumismo al que se rinde hoy la música. «Antes era un arte experiencial, ahora las canciones no tienen tanto valor, aunque sean buenas», continúa Durán, «antes para producir un disco tenías que liar la de Dios, pero ahora los puedes costear tú, no es un trabajo tan especial». Pero no lo lamentan, sino que lo asumen e intentan que la música como negocio les salpique en su justa medida: «Hay un porcentaje muy pequeño de bandas que llegan a hacer lo que hemos conseguido», celebra Pérez. Prestan la atención justa y necesaria a los números, «los usamos como herramientas, para potenciarnos, pero controlándonos, que no se convierta en una obsesión».

Grupo Musical Venturi
Grupo Musical Venturi GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Comedias románticas

Al fin y al cabo, son chicos normales haciendo lo que les gusta: la vida misma. Nada impostado, por cierto, porque en el ADN de Venturi reside ser tan corrientes y apetecibles como una pizza cuatro quesos: «Muchas veces los artistas necesitan ir pareciendo que están locos, que son extravagantes. No hace falta todo eso. Tiene más valor lo natural, porque interpretar un papel al final se convierte en algo insoportable», opina Durán. En su caso, toman la banda como «una parte de los planes que hacemos todos juntos, una radiografía de nuestra historia como amigos», apunta Pérez. Añade Batuecas que «somos auténticos, una banda donde hay democracia. Decidimos entre todos». Y son esos viajes, esas cenas y esas charlas las que se reflejan en sus canciones.

Mientras que en «Ser cruel» apelan a esas relaciones que te pasan por encima, en «Fat Toni» lo que se baila (y se salta) es una comedia romántica. Se muestran melancólicos en «He visto que estás bien» y exprimen el sonido garage en «La noria». «Tenemos un mensaje que no encaja mucho con lo juvenil de ahora, porque demandan mensajes más existenciales, nosotros somos más vitalistas», define el bajista. Lleve o no la tortilla cebolla, sacan, además, su faceta más innovadora en «Safari», quizá de las canciones más diferentes del disco, y que definen como «un juego de Carlos y mío», recuerda el cantante, «con una batería electrónica, un ordenador y mucha experimentación». Un tema que es ejemplo de que un grupo está en continuo avance, sea o no de forma premeditada. Pues Venturi define, en palabras de Durán, su evolución «como la contraria a la natural. Por lo general, los grupos empiezan potentes, ruidosos y cañeros, y se van relajando. A nosotros nos han pegado una pedrada y vamos al contrario. Quizá acabemos haciendo heavy metal», ironiza.

Grupo Musical Venturi
Grupo Musical Venturi GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

La música de Venturi es, opinan, «la mejor que puede haber para los festivales». No es que compongan y graben con la mente en el directo, pero sí son conscientes de hasta qué punto sus canciones casan con ese entorno, casi obligan al oyente a ponerse de pie y entregar su cuerpo a cada ritmo. Una música enérgica, cruda, con los suficientes carbohidratos como para llenar de brío a cualquier persona latente. «No es donde está el foco ahora de la escena musical, pero no vamos a cambiar por mucho que lo exija la industria», afirma Olazábal. Van a lo suyo, pero con el cuidado y el control de no llenar demasiado los ojos antes que el estómago.