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Conciertos

Un Van Morrison colosal engulle Madrid

El "león de Belfast" arrolla en Las Noches del Botánico con un concierto magistral

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Van Morrison actúa en las Noches del Botánico de MadridRicardo RubioEuropa Press

Faltaba la mitad de la grada por ocuparse cuando los músicos tomaban posiciones. La megafonía del Festival Noches del Botánico de Madrid anunciaba, en su noche inaugural, que quedaban 5 minutos para el comienzo del show pero Van Morrison salió cuatro antes de la hora acordada. Así se las gasta el león de Belfast: su genio es tan legendario como sus manías. Entre ellas, la de regresar a casa cada noche, pero, podemos confirmarlo, y muy en contra de sus principios, el genio pernoctará en Madrid entre el primero y el segundo de sus conciertos en la capital, el segundo, el 5 de junio, con todas las entradas vendidas. Su presentación fue, desde luego colosal, y eso sólo puede darse cuando todos los detalles están a su gusto sin pronunciar sus deseos, porque cualquier detalle puede torcer su ánimo, pero no fue el caso anoche.

El césped artificial del recinto del Jardín Botánico de la Universidad Complutense lucía como un tapete, tanto, que las más corajudas descalzaron las sandalias. La presencia de Morrison es tan enorme que el festival, el mejor lugar para escuchar música en directo en el verano de la capital, adelantó su arranque a primeros del mes de junio este año -cuando todavía hay exámenes y cuatrimestres- al recibir el sí del norirlandés, largamente perseguido.

Van Morrison actúa en las Noches del Botánico de Madrid
Van Morrison actúa en las Noches del Botánico de MadridRicardo RubioEuropa Press

Morrison salió al escenario con energía y una potencia vocal tremenda. Gafas de espejo, sombrero veraniego, traje azul y sus característicos murmullos como de mamífero de un millón de años. Sólo así, con una existencia más allá de los límites convencionales, se explica su talento y su legendario carisma huraño. ¿Quién, si no él, puede perdonarnos la vida y nosotros adorarle por ello? Arrancó con "Only a Dream" y siguió "Cutting Corners", dulce bienvenida.

El cowboy de Belfast templaba con sus manos a los músicos como un director de orquesta y no era en vano: sus instrumentistas bien podrían ser una filarmónica del soul y el blues. Qué manera de tocar, suave y despacio, perfecto. Qué escándalo y qué categoría. Cada pulsación, cada silencio, en su lugar. Intentaré explicarlo: sonaban como una mecedora en el porche en la noche madrileña, a una silla de mimbre a la fresca con la luna llena. Y una voz del más allá recordándote por qué estamos en este planeta durante un ratito: para subir y bajar.

Van Morrison actúa en las Noches del Botánico de Madrid
Van Morrison actúa en las Noches del Botánico de MadridRicardo RubioEuropa Press

Es menester acreditar a todos los instrumentistas: Chris White (saxo), David Keary (guitarra), John McCullough (teclado), Matthew Holland (tompeta), Neal Wilkinson (batería), Samuel Burgess (bajo), Alan Wickett (percusión) y las coristas Jolene O’Hara y Sumudu Jayatilaka se enfrentan cada noche a un equilibrio sin red, a una pirueta nueva. Sin "setlist", sin programa, sin brújula, a expensas de lo que el león consienta, anunciando el siguiente tema con un perezoso rugido ininteligible para la audiencia.

Así fueron cayendo al son de su arbitrariedad ""Back On Top" y "What Would I Do Without You" (de Ray Charles) enlazada con "Hardnose the Highway", antes del primer regalo de la noche: una "Days Like This" balsámica que hacía parecer menos hosco al irlandés. Y si parece que no está de muy mal humor es que está del bueno. Siguieron "Real Real Gone", "In The Afternoon" y "Cleaning Windows", cuando se produjo un hecho que confirmaba todo: Van Morrison levantó el pulgar antes de "Cold Cold Heart", uno de sus temas del disco que dedicó, como solo él puede hacerlo, al skiffle.

Si su repertorio resultó algo cicatero en éxitos tampoco importó demasiado, porque el sonido (demos crédito al festival por ello también) fue perfecto. Anunció "Aint gonna moan no more" y, después, "Broken record". Otra de las manías del "cowboy de Belfast" es que no quiere tocar de noche y el cielo estaba pálido con "Wild Night". Las estrellas no se intuían cuando arrancó "Gloria" (de Them, pero versionada por The Doors) en una profunda comunión con el público del que, ya se sabe, no se despidió: lo dejó acompañado de una sucesión de solos espectacular de sus instrumentistas. Gloria a Van Morrison.