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Ni Christie's ni Sotheby's, subaste su tiempo

El director de «El señor de la guerra» (2005) dibujaba en «In Time» (2011) un mundo apocalíptico que, sin embargo, no difería tanto del de hoy

Harold Lloyd, a punto de perder el tiempo en una icónica imagen de «El hombre mosca» (1923)
Harold Lloyd, a punto de perder el tiempo en una icónica imagen de «El hombre mosca» (1923)larazon

El director de «El señor de la guerra» (2005) dibujaba en «In Time» (2011) un mundo apocalíptico que, sin embargo, no difería tanto del de hoy.

Ya nos contó Andrew Niccol que el problema del futuro –inalcanzable para los presentes, salvo sorpresón médico de última hora– será el tiempo. El director de «El señor de la guerra» (2005) dibujaba en «In Time» (2011) un mundo apocalíptico que, sin embargo, no difería tanto del de hoy: los que tienen mucho viven como reyes y el resto sobrevive como buenamente puede. Con el cambio de que el «mucho» –el poder– entonces, en 2161, no lo dará el dinero, sino el tiempo. Quien disponga de él continuará habitando una sociedad con el gen del envejecimiento desactivado donde los segundos son oro y vida al mismo tiempo, y quien no comparta la misma suerte, morirá, se le agotará la vida. Un bien escaso que, en el largometraje, está en manos de una inmensa minoría: «Hay para todos, pero mientras unos tienen millones de años, la mayoría vive al día», intepretaban Justin Timberlake y Amanda Seyfried. Ahora, cambien esos «años» por euros, dólares o cualquier otra moneda y trasladarán la frase al hoy.

Y es en este presente en el que se encuentra Oliva Arauna, siempre atrevida con las prácticas artísticas más innovadoras, más radicales. Todavía recuerda la coleccionista cómo en los años 80 «nadie confiaba en las galerías y terminaron por darnos la razón». Con la misma premisa, Arauna se arriesga esta vez con otro «proyecto imposible», subastar el tiempo: «La nueva forma de rentabilizarlo, como lo fuera el arte en su momento», dice. Así se mete en la locura –presentada ayer en el Ayuntamiento de Madrid– de sacar a puja 25 minutos de la vida de 16 personalidades que van desde la alcaldesa Carmena al ex presidente Felipe González, más Luis Gordillo, Danh Vo y Michelangelo Pistoletto, artistas; Iñaki Gabilondo, periodista; Belisario Betancour, ex presidente de Colombia; la mediática Samantha Vallejo-Nájera; y Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, como muestra de la lista de «subastados» en la cena de gala del 7 de junio.

Pasar un rato con ellos, tantos como estipulan las bases, ya es posible si se dispone de los mil euros que marca el precio de salida –mismo caché para todos–. De ahí para arriba. ¿Y qué hacer con el premio? Aquello que acuerden las partes. Eso sí, el dinero no irá a sus bolsillos, sino, «fifty-fifty», a El Instante Fundación y a la ONG que elija cada «celebrity». ¿Y si nos estamos obsesionando con la guita cuando lo verdaderamente importante es el tiempo o, al menos, no desperdiciarlo?