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Los papeles secretos del médico de Isabel la Católica buscan dueño

El archivo de Julián Gutiérrez de Toledo contiene documentación inédita sobre el galeno y su tiempo
Una imagen de los papeles del médico de Isabel de Castilla y su hija Juana
Una imagen de los papeles del médico de Isabel de Castilla y su hija JuanaAstarloa
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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De los reinados de Isabel y Juana de Castilla, para la Historia Isabel la Católica y Juana la Loca, sabemos mucho en cuanto a acontecimientos, batallas y conspiraciones. Además de los grandes protagonistas que acompañaron sus vidas, desde Fernando de Aragón a Cristóbal Colón pasando por Tomás de Torquemada. Sin embargo, hay otros nombres que, pese a no ser conocidos por el gran público, son esenciales para saber más de ese periodo de nuestra historia.
Este es el caso de Julián Gutiérrez de Toledo, el físico de palacio, es decir, quien fuera uno de los encargados de curar de cuantas enfermedades padeciera la reina Isabel y su hija Juana. La Librería Astarloa de Bilbao, en asociación con otra de Madrid, ha localizado un pequeño gran tesoro secreto que busca propietario, incluso fuera de nuestras fronteras porque el Ministerio de Cultura no lo ha declarado bien inexportable. Hablamos de un conjunto documental de puño y letra de tan insigne galeno que nos permite saber un poco más sobre el personaje, así como sobre sus distinguidas pacientes. El precio de los documentos es de 7.000 euros.
No existe mucha información sobre Julián Gutiérrez, probablemente nacido en Toledo a mediados del siglo XV. De su infancia y juventud no ha quedado rastro documental alguno, ni de dónde realizó sus estudios. Lo que sí parece claro es que empezó a ejercer la medicina en la ciudad castellana en la que nació. Pero su mayor logro profesional lo obtuvo en 1491 cuando fue nombrado médico de la Corte de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón con un sueldo de 90.000 maravedíes. No lo tuvo fácil en su puesto como lo demuestran sus polémicas con Gabriel Álvarez Abarca, quien era segundo médico de Isabel la Católica.
En el archivo propiedad de Astarloa hay algunos documentos sobre los enfrentamientos del médico con sus compañeros de profesión. Por ejemplo, del 4 de enero de 1514 es un testimonio notarial a propósito del requerimiento que realizó al doctor Fernando Álvarez de la Reina sobre uso de pesas y medidas en la venta de medicinas y otros asuntos de su oficio de medico. Un par de meses más tarde, el 8 de marzo, un vecino de Granada llamado Pedro de Frías, realizaba una declaración, de la que hay copia en el archivo, a petición de Julián Gutiérrez, sobre los intentos de este último de solucionar las diferencias que había entre los médicos sobre su profesión.
Pero probablemente el más interesante de estos manuscritos es un memorial que dirige a Fernando el Católico en el que expone a sus continuas desavenencias con sus colegas De la Reina y Parra, y que provocaron que acabara preso al denunciar la corrupción que llevaba a cabo el aparato administrativo de la Corona. El mismo documento también añade detalles de la enfermedad padecida por el mismísimo monarca.
A partir de 1507, nuestro hombre pasó a ser el médico personal de la reina Juana de Castilla. Fue precisamente Julián Gutiérrez el encargado de avisar de exponer el estado de dejadez y abandono en el que había caído la hija de los Reyes Católicos.

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